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miércoles, 24 de octubre de 2012

La invención del pueblo judío

Uno de los motivos por los que me decidí a ejercer la profesión de periodista en esta reencarnación fue la sorpresa personal que me llevé, siendo más joven que ahora, al comprobar muy directa y personalmente la facilidad con la que se puede manipular al homo sapiens: esa criatura que se las da de poseer inteligencia y libre albedrío. El asombro derivó en pura curiosidad por conocer cuáles eran los mecanismos concretos, cómo había que tocar las teclas de su personalidad para inducirle en un sentido o en otro hacia la forma de actuar requerida. Mi objetivo no era tanto convertirme en amo de títeres de las marionetas humanas sino evitar transformarme yo mismo en una de ellas. Taitantos años después, voy teniendo una ligera idea de cómo funciona el asunto. Hay una serie de reglas fijas, sencillas y fáciles de aplicar: la clave, quizá, está en carecer de escrúpulos para ejecutar esas reglas. 

Por ejemplo, tomemos la Biblia, el libro más famoso del mundo, del que ya hemos comentado algunas cosillas en esta bitácora. Cualquier persona medianamente ilustrada (es decir, que sepa leer y razonar lógicamente) y que se haya tomado la molestia de entretenerse con este volumen se habrá dado cuenta de varias cosas. Por citar sólo tres:

* En primer lugar, que es uno de los libros con mayor número de actos criminales jamás publicados (sobre todo, si leemos una edición con una antigüedad de al menos cincuenta o sesenta años, porque las últimas han sido edulcoradas hasta la extenuación, como si los lectores de hoy fueran corderitos ingenuos e incapaces de soportar los contenidos, no como nuestros ancestros). Hay de todo: desde asesinatos hasta auténticos genocidios, desde robos de mayor o menor cuantía hasta soberanas estafas, desde justificación del incesto hasta promoción de la poligamia con especial menosprecio y humillación de la mujer... Ni siquiera el Juego de Tronos de JRR Martin contiene más actos inhumanos y despreciables, cometidos incluso por un ente personalista tan poderoso como demoníaco que es adorado con el nombre de Dios Creador (y lo pongo con mayúsculas porque así aparece ahí, no porque le tenga el menor respeto). 

* En segundo lugar, que se presenta como una colección de textos de una sola religión cuando existen (al menos) dos religiones muy diferentes bajo el mismo título: la racista, xenófoba, violenta y sanguinaria agrupada en buena parte de los textos del llamado Antiguo Testamento y la pacifista, universalista, blandita de carácter y hasta se podría decir que promotora de moral de esclavo agrupada en la mayoría de los textos del llamado Nuevo Testamento.

* En tercer lugar, que una persona lo suficientemente instruida en Mitología e Historia podrá detectar con suma facilidad cómo la inmensa mayoría de las narraciones moralizantes y hasta de los personajes principales que aparecen tanto en la primera como en la segunda parte no son en absoluto originales. De hecho, no son otra cosa que reinterpretaciones (en algunos casos, copias groseras) de las narraciones moralizantes y los personajes principales que aparecen en las culturas que precedieron a los autores de la Biblia. Básicamente, en la antigua Mesopotamia y en el antiguo Egipto, pero también en Grecia, Frigia y otras culturas mediterráneas.

Bien, sabiendo esto, ¿cómo es posible que a día de hoy, 24 de octubre de 2012, se sigan publicando sucesivas ediciones de este libro en todo el planeta con el título de Sagrada Biblia? ¿Cómo es posible que se cite sus textos constantemente en los servicios religiosos con la coletilla "Palabra de Dios"? ¿Cómo es posible que sea el origen y sustento de las tres religiones monoteístas más extendidas del mundo? ¿Cómo es posible que haya gente que viva por, para y según los preceptos contenidos en sus páginas y, aún más, que esté dispuesta a morir por ellas?

Y éste es sólo un pequeño ejemplo de la manipulación.

Supongo que a estas alturas ningún lector habitual se sorprenderá ante los párrafos precedentes. El motto de este blog dice: "Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes". Es en recuerdo de un viejo amigo de una vida anterior que sintetizó magistralmente en sus libros buena parte del espíritu de aquéllos que en su día sentimos la llamada en nuestro interior y, en consecuencia, decidimos ingresar en la Universidad de Dios..., con entretenidas consecuencias personales de todo tipo.

Pero estábamos en la manipulación. Lo de la Biblia es sólo una muestra de lo fácil que es inventarse un pasado, una Historia, incluso una divinidad..., y hacer que la gente corriente lo asuma como algo no sólo real sino perfectamente válido en los tiempos contemporáneos. Hay otro libro que se publicó no hace mucho que abunda en este asunto y que ha resultado muy polémico en el propio país de su autor. Tan polémico, que sus ediciones posteriores en inglés, francés y español (originalmente apareció en hebreo) han sido, no voy a decir censuradas, sino, digamos, silenciadas desde el punto de vista publicitario y de promoción, para que no obtenga una gran difusión. Y
sin embargo, la merece. El libro se titula La invención del pueblo judío y lo firma Shlomo Sand, un historiador israelí profesor titular de la Universidad de Tel Aviv, que ha desatado la cólera de muchos de sus conciudadanos con un análisis lúcido e implacable de la realidad. Y no se puede decir que Sand sea un tipo precisamente sospechoso de revisionismo histórico ni nada parecido. Sus padres, de origen polaco y simpatías comunistas, sobrevivieron a los KZ, los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, y emigraron, como tantos otros judíos, hacia el gran sueño del Sionismo en 1948. Shlomo combatió en las filas del ejército israelí durante la Guerra de los Seis Días y se graduó en la Universidad de Tel Aviv donde hoy ejerce su profesión. También ha enseñado en universidades francesas y norteamericanas y ha cosechado diversos honores universitarios. Pero..., ha cometido un gran, terrible, pecado en su sociedad con la publicación de este texto, que le ha llevado a ser criticado, insultado y despreciado en su país. El pecado es el cuestioniamiento del sionismo: la columna vertebral de la política y la sociedad (por no mencionar la religión) de Israel.

¿Qué dice La invención del pueblo judío? Básicamente, posee dos ideas tabú. Ideas que no son originales, porque fueron defendidas incluso por los propios sionistas de los primeros tiempos, pero que en la actualidad no parecen muy políticamente correctas. La primera: que la mayoría de los judíos, hoy, no son descendientes del pueblo judío original y su linaje ni siquiera proviene de Oriente Medio, sino de pueblos conversos a esta fe, la mayoría de ellos procedentes de fuera de Palestina. La segunda: que los únicos y verdaderos descendientes de los judíos antiguos son..., ¡los actuales palestinos!

 Tal vez lo mejor sería dar la palabra al propio Shlomo Sand. Poco después de la publicación del texto original, en 2008, fue entrevistado por el diario español Público. Éstas son algunas de las cosas curiosas que contó en esa entrevista:

* "El pueblo judío es una invención cristiana. Pongamos por ejemplo el supuesto exilio judío: nunca existió. Cuando los romanos destruyeron el Templo en el año 70 de la era cristiana, no expulsaron a los judíos por la fuerza. Los romanos nunca exiliaron a pueblos, algo que sí hicieron los asirios y los babilonios con algunas elites (...) La historia sionista tomó un mito cristiano del mártir Justino que fue el primero que dijo en el siglo III d.C. que Dios había castigado a los judíos con el exilio porque no aceptaron a Jesús. Ésa es la primera vez que alguien afirma que los judíos fueron deportados (...) los romanos no permitieron a los judíos que vivieran en Jerusalén, pero los cristianos crearon la fantasía de que no se les permitió vivir en toda Judea (...) Nunca hubo exilio. No hay ningún libro científico que lo diga."

* "La idea del nacionalismo judío se cimentó en la segunda parte del siglo XIX (...) Los judíos empezaron a pensar que eran un pueblo desde el segundo Templo (cuando la destrucción a manos de los romanos) (...) pero eso es una invención (...) No creo que haya habido un pueblo judío hasta la época reciente. Incluso le diré que ni siquiera pienso que hoy exista un pueblo judío (...)  Atención, el judaísmo fue el que se dispersó, no los judíos. Es cierto que salieron comerciantes y soldados que llevaron consigo la idea monoteísta, pero no fueron muchos. Los macabeos conquistaron Edom y obligaron por la fuerza a sus habitantes a convertirse al judaísmo, por ejemplo. Lo mismo pasó en Galilea. Desde el siglo II a.C. hasta el siglo II d.C., el judaísmo fue el primer monoteísmo proselitista."

* "La inmensa mayoría de judíos en el Mediterráneo no venían de Palestina. Eran conversos. Desde la época de Adriano, en el siglo II, se experimentó una drástica caída del número de judíos, pero fue porque muchos se convirtieron al cristianismo. De cuatro millones de creyentes judíos se bajó a un millón (...) Otro ejemplo es el de los judíos de Yemen: también hubo un reino judío en Yemen durante 120 años, a finales del siglo V y principios del VI, una tribu que se había convertido al judaísmo (...) Con los jázaros ocurre exactamente lo mismo: es el judaísmo, y no los judíos, el que se expande. La masa democráfica más numerosa es la de los jázaros. Es curioso que el sionismo reconoce la importancia de los jázaros hasta 1967 y después deja de ser una tesis legítima (...) los mongoles expulsaron a los jázaros hacia Europa (...) Los judíos de Polonia y de otros países de Europa Oriental sólo pueden venir de los jázaros."

* "Me he preguntado a menudo por qué había tantos judíos en España y no en Francia o Italia, por qué había tantos judíos en el lugar geográficamente más alejado de Palestina (...) Creo que la respuesta se ha de buscar en la conquista bereber de judíos y musulmanes. El conquistador Tariq ibn Ziyad pertenecía a la tribu Nafusa, la misma tribu de la reina Kahina (...) hay una reina judía bereber, Dahia Kahina, que luchó contra los musulmanes. El historiador árabe Ibn Jaldun menciona que en la zona había tribus judías muy populosas (...) Si en 711 Tariq ocupó un puesto tan destacado es muy posible que en 694 fuera un soldado en el ejército judío de Kahina. No puede ser de otra manera. Con gran seguridad Tariq era un judío que se convirtió al Islam (...) Muchos judíos se sumaron al ejército musulmán porque padecieron mucho durante los reinos visigodos (...) Si leen los testimonios antiguos, se ve que los cristianos acusan conjuntamente a los musulmanes y a los judíos de la conquista de España." 


* "Si no hubo exilio en  Palestina, si los romanos no expulsaron a los judíos, ¿qué les ocurrió a los judíos de Palestina? Muchos historiadores israelíes, incluyendo Yitzhak ben Zvi, el segundo presidente de Israel, o David Ben Gurion, afirman hasta 1929 que los palestinos árabes son los verdaderos descendientes de los judíos (...) Sin embargo, decir esto hoy es causa de escándalo (...) El sionismo nació entre Alemania y Polonia y por eso recibió una forma medio alemana y medio polaca (...) y para el sionismo el judaísmo es pueblo y nación (...) El sionismo no era religioso pero utilizó la religión porque no disponía de otros instrumentos para delimitar el judaísmo (...) Al día de hoy, el sionismo conserva su carácter etnoreligioso y eso destruirá el Estado de Israel (...)  El Estado de Israel dice que es el Estado del pueblo judío y que es un Estado democrático y judío a la vez, y eso es un oxímoron, una contradicción, porque un Estado democrático pertenece a todos sus ciudadanos. Sin embargo una cuarta parte de los ciudadanos de Israel no son judíos pero el Estado dice que pertenece sólo a los judíos (...) ¿Cuánto tiempo puede durar esa situación?"

 Pensar en todas estas cosas resulta intelectualmente muy estimulante porque nos proporciona un ángulo novedoso y seguramente más próximo a la realidad que las fragmentarias y tópicas imágenes que conservamos, fruto de la cada vez más deficiente educación contemporánea. No obstante, hay que reconocer que resulta también muy incómodo para todas esas personas cuya idea sobre el antiguo mundo y los pueblos del Mediterráneo Oriental se reduce a los clichés impuestos a las grandes masas precisamente a partir de los años sesenta por las superproducciones "bíblicas" de Hollywood (financiadas, por cierto, en su mayor parte por capital judío).

Cerrando el círculo respecto al comienzo de este artículo, Shlomo Sand advierte de que nunca debemos olvidar que "la Biblia no es un libro histórico, es un libro de teología. Fueron los protestantes, y luego los judíos, los que convirtieron la Biblia en un libro de historia".
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Muy buena lectura, ¡sin nada hereje de por medio!, "la herejía, sólo es cuestión de tiempo", frase que la tomo como mía (julianoelapóstata, je, je...). Ademas, sabréis queridos lectores (alumnos por libre u "oyentes" on line, que el Almhadiyenad ese de Irán, sí, el mismo que habla mal del estado judío, pero no de los judíos, es judío; pertenece a uno de los clanes judíos que hay en Irán, y es de público dominio, además. (j&A)

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  2. Magnífica lección inaugural de curso en la Universidad de Dios, sección de postulantado o de noviciado. (j&A)

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