- La crisis financiera es irresoluble -con esta dura sentencia me saludaba Mac Namara esta mañana, al regresar de uno de sus viajes secretos sobre los que nunca habla. Mi gato conspiranoico está convencido de que, tal y como están las cosas, nadie está en disposición de arreglar la actual situación de crisis, que ha llegado a un punto irreversible... - Lo único que podéis hacer es esperar a que todo el sistema termine de derrumbarse y, con él, la civilización tal y como todavía la conocéis en este momento. El regreso a la Edad Media no tardará mucho más, aunque se llame de otra manera.
- ¿No te parece que eres demasiado agorero? -le interpelé, un poco molesto porque con su belicosa actitud terminaba de sacarme de mi ensimismamiento navideño- Acabamos de superar un fin del mundo el pasado 21 de diciembre: podrías esperar un poquito más antes de ponerte a anunciar el siguiente...
- Sólo hay dos posibilidades de evitar el colapso a corto o medio plazo: una, realista pero poco probable, y otra, poco menos que imposible. La realista es que estalle una guerra mundial, da igual el motivo. Morirían millones de personas y se destruirían varios países, como siempre en estos casos, pero eso supondría un relanzamiento económico eficaz para los supervivientes durante unos cuantos decenios. Además, es una solución ya utilizada en el pasado por "ellos", los que mandan de verdad, a su entera satisfacción. No obstante, me parece poco probable porque hoy no es como antes, cuando un pequeño grupo de potencias poseía el monopolio de las armas. Si hoy se desatara un conflicto de este tipo, "ellos" correrían el riesgo de que se les fuera de las manos, puesto que hay demasiada gente armada sin un control eficiente en distintas partes del mundo. Y no me refiero a los civiles norteamericanos precisamente.
- Menuda hipótesis optimista -bufé- ¿Y cuál es la posibilidad poco menos que imposible?
- Un despertar masivo de la conciencia en el homo sapiens. Muchas personas están abriendo los ojos y se han percatado ya de que esto no funciona, que deberían cambiarlo, pero su porcentaje aún es ínfimo comparado con el de los borregos que siguen dormidos y no son capaces de despejarse hasta que no se ven ante el tajo del matarife..., cuando ya es demasiado tarde.
- ¿En serio no ves otra manera de terminar con la crisis del sistema? -pregunté con el ánimo encogido.
- No, porque el sistema es la misma crisis. Está viciado desde el principio a través de la usura y no tiene salido en ningún caso mientras no se resuelva ésta. Habría que desmantelar todo el sistema financiero mundial y rediseñarlo entero. Y de forma que todos los ciudadanos tuvieran un correcto conocimiento del mismo y ejercieran su responsabilidad compartida para controlarlo. Hoy las finanzas están reservadas a un grupo muy exclusivo de sicarios del Poder Oscuro, que emplean un lenguaje característico, un argot incomprensible para el profano con sus "hedge funds", sus "joint ventures", sus "value investing", sus "financial advisors" y demás abracadabras destinados a ocultar sus verdaderos objetivos. Si todo fuera más claro, la gente podría darse cuenta por ejemplo de la estafa que supone el Banco Central Europeo: ese engendro que os han vendido como estabilizador financiero máximo para el Viejo Continente y que no es más que una mala copia de la Reserva Federal, el banco privado que controla el dólar y, con él, al gobierno de los Estados Unidos.
- Explícamelo.
- Dejando aparte el timo de la imposición del euro como moneda común en economías de muy diferente calidad, lo que lógicamente distorsiona el valor real de la divisa y acaba castigando al ciudadano provocando una subida espectacular de los precios, el BCE funciona gracias al dinero que aportan todos los países miembros de la eurozona, España entre ellos. Y aquí está la primera incoherencia que suele ocultarse a los ciudadanos: aunque los capitales que maneja proceden de los presupuestos de esos países europeos, y por tanto de los impuestos que los susodichos países os cobran, sus gobiernos no pueden ni controlar ni hacer uso de ese dinero directamente. Ni siquiera influir en la directiva del banco, compuesta por banqueros no impuestos por los ejecutivos nacionales o de la UE ya que éste debe "preservar su independencia de gestión". Es una manera de decir que puede hacer lo que le dé la real gana según sus propios intereses, que no tienen por qué coincidir con los de los ciudadanos de cuyos bolsillos salieron los fondos. Piensa en Grecia, en Portugal, en Irlanda, en España... Países con problemas, que necesitan dinero para engrasar sus economías y hacerlas funcionar... Pues resulta que ninguno de ellos, pero tampoco Alemania o Francia ni ninguno de los restantes miembros de la eurozona, pueden pedirlo al BCE.
- ¿Cómo? ¡Pero es como si yo abro una cuenta corriente con varios colegas, aporto una fracción del dinero y luego no me dejan recuperar ni siquiera esa parte!
- Exacto. El país con problemas, digamos España, lo único que puede hacer legalmente (porque así se dictaminó en su momento sin que nadie fuera de la casta financiera tuviera nada que decir ni supiera cómo funcionaba el asunto) es emitir deuda pública en una subasta pública para recoger dinero de los "inversores nacionales e internacionales". Entonces el BCE presta tu dinero, vuestro dinero, a bancos privados a un interés bajo. Digamos, a un 1%. Los bancos privados, de donde naturalmente proceden los directivos del BCE, compran la deuda pública a un interés de, digamos en el caso español, el 7%. ¡Es decir: los bancos privados usan el propio dinero español, vuestro dinero, que el BCE les dejó a un interés bajo para a su vez prestarlo a las autoridades españolas a un interés muy superior y hacer el gran negocio! Siguiendo el ejemplo que mencionabas, es como si el banco donde has abierto la cuenta corriente con tus amigos no te prestara dinero a ti pero sí lo hiciera a un intermediario a un precio bajo para que luego él te lo revendiera a uno alto... Y no sólo eso: resulta que importantes sumas de ese capital aportado por semejantes "inversores" van destinadas a "rescatar" a los bancos que por codicia, ambición o simple mala gestión, han dilapidado sus recursos previamente.
- ¡Pero eso es una estafa! -salto, indignado.
- Eso es lo que te estoy diciendo...
- ¿Y por qué hay que rescatar a un banco? ¿Por qué no dejar que se hunda y punto, como cualquier otra empresa?
- Alma inocente... Los bancos son los templos de Mammón, la suprema religión del materialismo. En vuestra decadente civilización actual, lo controlan todo, lo compran todo. Empezando por vuestros gobiernos. Y no sólo a ellos: compran los partidos de todos los colores para asegurarse de tener siempre una ficha ganadora pase lo que pase..., y ellos se dejan comprar porque todos necesitan y codician su financiación ilimitada, la misma que le está vetada al ciudadano corriente. Mira lo que ha ocurrido recientemente con casos como el de Bankia, donde han sido varias las formaciones políticas de muy diferente calado las que han vetado una investigación a fondo: tantas como gente suya había implicada en su gestión. Entre ellos, Rodrigo Rato, por cierto todo un ex director gerente de otra sacrosanta institución: el Fondo Monetario Internacional.
- Entonces, ese empeño del propio FMI, del BCE, del Banco Mundial..., de imponer recortes...
- Todo obedece a un intento de volver a reducir la crisis a un tamaño manejable, porque se ha infladoa demasiado, para poder así seguir exactamente como hasta ahora. Esto es muy interesante y una nueva muestra del sueño en el que vive sumida la mayor parte de la Humanidad: ¿te das cuenta de que los grandes sacrificios que se imponen a los ciudadanos están destinados a salvar el sistema? ¡Pero ese sistema es el que nos ha llevado a la crisis! ¿No sería más lógico entonces cambiarlo, aprovechar la crisis para intentar algo diferente, en lugar de intentar mantenerlo?
- Además, ahora que lo dices -recuerdo- en los últimos días ha habido opiniones contradictorias respecto a la utilidad de los recortes. El Instituto de Macroeconomía y Estudios Coyunturales, una de las principales instituciones financieras germans, recomendaba este lunes pasado "un cambio radical de estrategia" para afrontar la crisis del euro porque la imposición de la austeridad a toda cosa "ha fracasado". Según decía, "muchos economistas y prácticamente todos los expertos de la UE subestimaron el efecto negativo de las medidas de ahorro sobre la economía..."
- Lo cual demuestra una de dos: o bien todos esos "economistas" y "expertos" son unos perfectos inútiles y deberían ser puestos de patitas en la calle o bien obedecían órdenes de "ellos" para engañar a la gente de forma coordinada -sentencia rotundo.
- Visto así...
- No me fío de nadie. Mira lo que ha ocurrido con Olivier Blanchard, economista jefe del FMI, que debería estar encarcelado y te diré por qué. En diciembre del 2011, un tipo tan prestigioso en el mundo económico como Paul Krugman (Premio Nobel de Economía, entre otras cosas, lo cual es otra muestra de la inutilidad de este galardón) alababa en su artículo del The New York Times a Olivier Blanchard calificándole irónicamente de ser un hombre "poco serio". Para Krugman, en la foto aquí a la derecha, semejante definición había que entenderla como una loa a su trabajo "teniendo en cuenta que las Personas Muy Serias se han equivocado en todo". Conocido detractor de las políticas habitualmente aplicadas por el FMI y el BM, en su opinión había que tener en cuenta que Blanchard "al menos está ayudando a construir una institución menos enloquecida por la austeridad que las demás" en ese enfrentamiento que hemos visto en los últimos tiempos entre los partidarios de arreglar la crisis a base de austeridad y los partidarios de hacerlo a base de crecimiento... Como si ambas cosas fueran excluyentes entre sí: ése es uno de los misteriosos secretos de los nigromantes financieros. En fin, Krugman extractaba parte del blog de Blanchard en el que éste tachaba a los inversores de "esquizofrénicos" y añadía que "Olivier está sugiriendo que los programas de austeridad severa pueden ser literalmente autodestructivos, perjudicando tanto a la economía, que acaban por empeorar las perspectivas fiscales".
- Creo recordar aquel artículo. Comparaba el asunto con la tópica imagen del supersticioso doctor medieval que sangra a su paciente para tratar de curarle. La sangría solía empeorar la situación del enfermo, por lo que el médico le sangraba aún más para forzar la mejora..., y lo único que conseguía es que fuera aún a peor. En este círculo vicioso el paciente por lo general acababa yéndose para el Otro Barrio.
- Exacto. La conclusión de Krugman, presuntamente compartida con Blanchard, es que "la austeridad reduce las perspectivas de crecimiento, con lo cual termina por convocar aún más políticas de austeridad". Sin embargo, el FMI ha sido uno de los principales defensores de esta teoría de lo austero. A pesar de lo que dijera el economista jefe en su blog.
- Pero, ¿por qué quieres meter en la cárcel a Blanchard?
- A primeros de enero, este "simpático" individuo aprovechó la embriaguez y el atontolinamiento generalizado propio de las fiestas navideñas para
publicar sin llamar demasiado la atención un informe oficial del FMI titulado "Errores en el pronóstico de Crecimiento y Multiplicadores Fiscales". De nuevo la jerga incomprensible para ocultar conclusiones de interés... ¿Y qué dice ahí? Pásmate: reconoce oficialmente el "error" del Fondo Monetario Internacional al recomendar recortes a los gobiernos europeos pues "los pronósticos subestimaron significativamente el aumento del desempleo y la caída de la demanda interior con la consolidación fiscal" y "no previmos que la austeridad acabaría con el crecimiento". Si se hubieran constatado los "errores de cálculo", el FMI "habría recomendado medidas de austeridad menos severas en el caso de España y Portugal para evitar así un deterioro masivo de las economías de estos países como en el caso de Grecia". Hablando en plata: una parte nada desdeñable de las empresas cerradas y los parados en la calle, de las rebajas salariales de los todavía empleados, de la subida de impuestos, de los recortes sociales, de la emigración en busca de un horizonte laboral mejor y hasta de los suicidios de la gente desesperada por su pésima situación económica personal ¡ha sido completamente innecesaria! El tal Blanchard y sus esbirros no sólo no piden perdón por todo el daño que han causado al mundo en general y a España, Grecia o Portugal en particular, sino que además se mantienen, de momento, en su doctrina oficial: la misma que ha conducido a este desastre. Me dirás si es o no es para meterle en prisión.
- No irá allí -musito, asombrado-. Es uno de los grandes sacerdotes de Mammón, ¿no es cierto?
- Se non è vero, è ben trovato... Lo cierto es que este tiparraco y otros como él seguirán cobrando unos sueldos espectaculares y disfrutando de una inmaculada situación de poder por ayudar a destrozar consciente o inconscientemente la economía personal de tanta gente. ¿Comprendes por
qué la única forma de cambiar y mejorar las cosas pasa por destruir este sistema y sustituirlo por otro? Y eso, empezando por despojar del poder a reptiles como éste... Esta mañana me he reído mucho al ver una noticia que llegaba desde Sídney y según la cual el gobierno de Australia tiene intención de que sus alumnos de Primaria estudien a partir del próximo curso principios básicos de economía y negocios para que "aprendan a comprender cómo funciona la economía" y "sepan gestionar en el futuro sus finanzas personales". Está bien..., pero ¿les enseñarán también cómo la casta bancaria pervierte los principios de la economía a través de la manipulación de la finanza? Porque la clave de todo esto, insisto, pasa por la usura. Esto es, el mal uso del dinero y su conversión en un fin en sí mismo, en lugar de un simple medio, que es lo que debería ser y para lo que fue creado en su día.
Me quedo pensativo con todo lo que me cuenta Mac Namara. En la radio los informativos hablan de la Bolsa, la prima de riesgo, la deuda... Mi gato conspiranoico me mira fijamente y remata:
- Aquí el único y verdadero tipo de interés soy yo.
Y se marcha meneando la cola.
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