- ¿Pero es que no os dáis cuenta de que estamos en sus manos? ¡Somos esclavos! "Ellos" nos vigilan, nos controlan constantemente, nos guían y deciden por nosotros, quién sabe con qué oscuros motivos... Tal vez seamos un simple experimento, o nos cuiden como si esto fuera una granja para engordarnos y comérsenos, ¡o sólo porque les servimos como un elemento decorativo simpático!
- ¿Pero en manos de quién se supone que estamos? ¿De quién? Eres un pesado. Te pasas todo el día advirtiéndonos contra los misteriosos "Ellos" sin identificarlos, sin explicarnos cómo son, sin decirnos dónde están siquiera. Yo no veo a ninguno de esos personajes misteriosos... Nunca lo he visto. Y tampoco observo ninguna cadena que me retenga y me impida ir donde quiera.
- Ni yo.
- Ni yo tampoco. Oye, me cargan un poco tus conspiranoias...
- ¡No seáis necios! No necesitan mostrarse ante nosotros. Ni colocarnos cadenas físicas. Simplemente actúan y nos controlan sin que nos enteremos, porque tienen mucho poder para hacerlo. Tal vez nos hayan insertado microchips o...
- ¡Venga ya!
- Cada día alucinas más...
- ¡Está bien, está bien! Reconozco que suena absolutamente paranoico... Lo más probable es que no necesiten insertarnos nada, dado su grado de monitorización de nuestra sociedad. Después de todo, son "Ellos" los que proveen nuestro alimento, los que acotan el territorio donde vivimos, los que deciden cuánto vivimos y cuándo morimos..., aunque nos hagan pensar que las cosas dependen de nosotros.
- Mira, ya estoy un poco harto de tus mareantes teorías. Yo me largo.
- Yo también. Y sólo volveré a hacerte caso cuando tengas una prueba de la existencia de "Ellos". Mejor, cuando puedas enseñármelos.
- Reconócelo, amigo, no estás bien. Deberías descansar un poco...
- ¡No! No os vayáis, por favor. Os demostraré que esos seres existen. Que no podéis actuar en libertad e ir donde queráis... No estoy loco. Por favor, tenéis que creerme...
Pero los demás neones le abandonaron y le dejaron solo, junto a la reproducción del Partenón derruido. Solo, una vez más. O tal vez no..., porque sabía que alguno de "Ellos", uno de esos misteriosos y semidivinos Humanos, estaría observándole, acechándole como de costumbre, desde fuera del acuario... El pequeño pececillo se quedó flotando un instante entre dos aguas y se dijo que lo intentaría una vez más, las que hiciera falta. Al fin y al cabo, la memoria de los peces es muy corta y sus compañeros volverían a pasar junto a la maqueta del Partenón enseguida. Para entonces habrían olvidado su reciente arenga y tendría una nueva oportunidad para demostrarles que no vivían libres en el océano, sino prisioneros en un mundo submarino artificial, rodeados de plástico y cristal...
Excelente historia.
ResponderEliminartienes razon,buena manera de plantear la vida.... gracias
ResponderEliminarMuy buena metáfora
ResponderEliminarExelente!!mejor explicacion imposible
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarInteresante explicación, muy trabajada. Te he encontrado en los 20blogs, suerte!
Saludos desde motor,
Ricard