Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

viernes, 14 de marzo de 2014

Según se mire

Llueve sobre mojado (toma topicazo para empezar el artículo de hoy) pero es que no deja de impresionarme, y eso que he visto el fenómeno incontables veces ya, cómo las masas de homo sapiens se dejan manipular por los grandes mass media mientras continúan proclamando a voz en grito su presunta militancia en el bando de los Buscadores de la Verdad. Por ejemplo, con el patético pulso de Ucrania hemos tenido ocasión de comprobar cómo los medios de comunicación califican de "héroes", "mártires" y "representantes del pueblo soberano" a los manifestantes que protestaban en el centro de Kiev mientras ayer llamaban "agitadores", "violentos" y "grupos minoritarios radicales" a los manifestantes que hacían lo mismo en el centro de Madrid. Y eso que los primeros estaban colaborando de manera bastante agresiva en el golpe de Estado que se ha producido en Ucrania, con el beneplácito de los mercaderes y sultanes de la UE y EEUU, mientras que los segundos se limitaban a mostrar su ira más o menos controlada tras el empacho de corrupción que viene dedicándonos desde hace años la clase política española sin pudor alguno. O, por citar otro ejemplo, ahí tenemos a un grupo de intrépidos y sesudos tertulianos justificando la independencia de Crimea respecto a Ucrania de un día para otro mientras al mismo tiempo plantean la imposibilidad absoluta de Cataluña respecto a España. 

Hablando en plata, se opina una u otra cosa según el interés de cada momento. "Pero eso ya lo sabíamos", se puede argumentar. Y yo respondo: Precisamente por eso, porque lo sabemos desde hace tanto tiempo, me sigue asombrando que haya tanto indocumentado dando crédito a las opiniones prefabricadas y lanzadas a los cuatro vientos por la mayoría de los así denominados líderes de opinión, sin tomarse la más mínima molestia de analizar de qué molino provienen las muelas que les están haciendo tragar.

Un tercer ejemplo que me apunta Mac Namara, sentado detrás de mí (pensé que estaba durmiendo, pero olvidaba que los gatos duermen con un ojo abierto y otro cerrado y, en cuando ha visto que me he puesto a escribir, se ha dedicado a fisgar mi texto y a sugerirme ideas en voz alta): cualquier conspiranoico español, e incluso cualquier lector normal no especialmente volcado hacia la conspiranoia pero al que le divierte entretenerse de vez en cuando visitando las webs sobre "cosas raras", defenderá a capa y espada la teoría general de que los atentados del 11S de 2001 en EE.UU. no los cometieron una pandilla de árabes enloquecidos sino un equipo muy bien preparado y coordinado de comandos a las órdenes de ciertos escurridizos y siniestros grupos de poder que controlan de verdad el gobierno (y otras instituciones) norteamericano, así como la teoría particular de que la destrucción de las Torres Gemelas de Nueva York no 
se debió al impacto de los aviones sino a la colocación de explosivos que fueron detonados en el momento adecuado. Sin embargo, no se te ocurra mentar a esas mismas personas los atentados del 11M de 2004 en España, con la cantidad de detalles muy extraños que, diez años después, todavía nadie ha explicado bien (por ejemplo, no se me va de la cabeza el dato de que los vagones que reventaron con explosivos fueron ¡destruidos completamente! tres días después de esta barbaridad con la excusa de que ya habían sido revisados a fondo y fotografiados mil veces: ¿en qué cabeza cabe que se destruyan las pruebas de un crimen semejante con tanta rapidez?)  porque te contestarán  de inmediato, sin dejarte seguir hablando, que tienes que callarte y no decir nada, no atreverte a sugerir nada, ya que es cosa juzgada, hay una explicación oficial y no se puede dañar más a las víctimas y sus familiares. 

¿No es cosa juzgada, hay una explicación oficial y también víctimas y sus familiares el caso del 11S? Entonces, ¿por qué se puede especular con un suceso y no con el otro? Máxime cuando en el caso de España nos toca más el 11M... Un compañero mío de trabajo en aquella época perdió a su hermano en uno de los trenes (era difícil en 2004, y supongo que lo seguirá siendo hoy día, encontrar en Madrid a alguna persona que no conociera o se relacionara con alguna víctima o algún familiar de ellas) y otro compañero fue la única persona que se salvó en su vagón, en otro de los convoyes afectados. Por cuestiones laborales, hace años que no veo al primero, pero con el segundo coincido a menudo y puedo decir que él no tiene una visión especialmente positiva de su supervivencia. Resultó muy afectado físicamente y a día de hoy a pesar de numerosas operaciones no ha recuperado la normalidad. Por su caso me enteré de lo grave que resulta ser afectado por la onda expansiva de una bomba, ya que los órganos internos se "descolocan" y nunca vuelven a su sitio, lo cual provoca un dolor permanente en el cuerpo. Pero lo peor son las heridas mentales: la obsesión, el miedo, la paranoia incluso..., mucho más difíciles de curar. Hablar con las víctimas del terrorismo, sea éste o cualquier otro tipo de terrorismo, es exponerse a caer en una cólera sorda, una rabia inmensa y un deseo implacable de venganza (para qué andarse con eufemismos justicieros: es eso lo que se siente, en realidad, cuando uno empatiza con las víctimas y ve de cerca su sufrimiento) contra las bestias sanguinarias (porque me niego a llamarles siquiera homo sapiens) y adoradoras de Moloch que han sido capaces de actuar de forma tan cobarde como miserable.

Y así sucede con todo... Hay informaciones, debates, temas de interés, en los que es fácil entrar a fondo (o mejor dicho: pensar que se está entrando a fondo) porque son asuntos que están muy lejos de nosotros y sobre los cuales nada sabemos en realidad, mientras que no nos tomamos la molestia de estudiar asuntos similares (a veces exactamente iguales) que sí están a nuestro alcance, o al menos más cerca de nosotros, y sobre los cuales no queremos saber nada, no vaya a ser que nos pongamos a investigarlos y descubramos algo que no nos gusta o que nos rompa las ideas preconcebidas.

Ahí está, por ejemplo, el problema del poder en el mundo. Los últimos informes presentados por instituciones mundialistas, como la ONU, demuestran cómo se concentra cada vez más la riqueza (y por tanto la capacidad de control) del planeta en manos de unos pocos. Esta desigualdad suele achacarse, arteramente, a "las políticas neoliberales impuestas por los países ricos a las naciones pobres" como si los Estados fueran personas. Pues no: en España, un "país rico" (sí, a pesar del paro, la crisis y demás, estamos a este lado de la raya) hay muchos pobres que lo están pasando muy mal y que no han impuesto nada a nadie, mientras que en India, un "país pobre" (a pesar de su armamento nuclear, sus expertos en informática y su condición de país "emergente", están al otro lado de la raya) hay muchos ricos que lo están pasando como nunca lo pasaremos la mayoría de nosotros. El problema, entonces, está en las personas. Un dato que nos ayudará a entenderlo mejor es que las 300 personas más ricas de la Tierra poseen más dinero que los 3.000 millones (cerca de la mitad de la población total del planeta) más pobres, el 85% del capital para ser exactos. Y, para sintetizarlo aún más, las 200 personas más ricas tienen más dinero que los 3.500 millones más pobres. A medida que escalamos hacia el pináculo del poder el abismo es mayor, pero no deja de ser llamativo cómo coincide esto con el mensaje más famoso de Walter Rathenau, el viscoso ministro de Asuntos Exteriores de la destartalada República de Weimar...

Rathenau escribió un artículo que se publicó en el Wiener Press el 24 de diciembre de 1921 en el que se le escaparon las siguientes palabras: "Sólo 300 hombres, cada uno de los cuales conoce personalmente a los demás, gobiernan Europa de hecho. Ellos eligen a sus sucesores entre los miembros de su entorno. Esos hombres tienen en sus manos el poder para impedir o terminar con cualquier estado de cosas que consideren irracional". Exactamente seis meses después fue asesinado en un atentado con metralletas y granadas que, tradicionalmente, ha sido achacado a una conspiración ultranacionalista por la firma del Tratado de Rapallo.

Con el tiempo, se han publicado todo tipo de listas acerca de las familias más poderosas del mundo, supuestamente incluidas en la lista de los 300 (¿Qué diría Leónidas si viera cómo se manipula la cifra mágica de su  guardia espartana con la que frenó en las Termópilas la invasión persa de Jerjes?). En una rápida búsqueda por Internet, uno se puede encontrar con "las 8 familias más poderosas" (Rothschild, Rockefeller, Warburg, Lazard, Mosés Israel Seif, Kuhn Loeb, Lehman Brothers y Goldman Sachs) o con "las 9 familias" (todos los dichos más Morgan) o con "las 13 familias" (esta lista es más creativa e incluye a Astor, Bundy, Collins, Dupont, Freeman, Kennedy, Li, Onassis, Reynolds, Russell y Marlborough, aparte de Rothschild y Rockefeller, las únicas dos que repiten) y así hasta el infinito. Pero ¿Y en España?

En octubre de 2013, la revista Forbes reveló que eran 30, sólo 30, las familias que controlaban la mayor parte del capital de este país y calculaba su fortuna en unos 32.000 millones de euros. Igual que sucede a nivel mundial, a medida que se asciende por la pirámide de este selecto club, los poderosos son aún más poderosos y 3 familias, sólo 3 (de 300 a 30, de 30 a 3..., otra casualidad numerológica, de ésas que nos encontramos tan a menudo al buscar información sensible) acumulan más de 11.000 millones de euros. España no posee grandes industrias financieras, siderúrgicas o tecnológicas, como otros países del mundo desarrollado, así que concentra los negocios de sus ricos en el textil, los inmuebles, la alimentación y la inevitable Bolsa. El millonario tipo es un hombre (sólo hay 5 mujeres en los 100 nombres de la lista) con una edad de 66 años y medio (sólo 9 de los 100 tenían en ese momento menos de 50 años) al que no le gusta aparecer en los medios de comunicación y que suele invertir en la tierra (fincas, dehesas, viñedos y ganaderías) aunque sus negocios y bienes están internacionalizados con fuerte presencia en el centro de Europa. 20 de ellos están entre los 100 más ricos del planeta, empezando por el más rico según la lista: el cofundador de Inditex Amancio Prada, tercera fortuna oficial del mundo, sólo superado por el mexicano Carlos Slim y el norteamericano Bill Gates.

Otros ricos con pasaporte español son Isak Andic, Florentino Pérez, Alberto Cortina, Juan Roig, Manuel Jove, Rafael del Pino, Juan Abelló, Gabriel Escarrer... La lista se puede consultar completa en el reportaje de Forbes, en el que (tal y como sucede con su lista mundial) se echan a faltar algunos nombres que se supone deberían estar ahí. Por ejemplo, el del rey Juan Carlos. Hay otras listas interesantes por ahí, como la que publicaron Maribel González y J.F.Leal bajo el elocuente titular de "Las 70 familias de caciques que dominan España" o la que podemos encontrar también bajo el indicativo de "Oligarquía, 15 familias que controlan la bolsa y economía española"... La conclusión viene a ser la misma: en España, como en el resto de países, como en el mundo en general, hay un muy reducido grupo de personas que mandan mucho más que todas las demás juntas. Sin embargo, ¿no resulta un poco lamentable que el conspiranoico medio sepa muchos detalles sobre la vida y milagros de los Rothschild o los Warburg y prácticamente nada sobre los nombres más cercanos? ¿Se atreverá alguien a publicar alguna vez algo interesante sobre ellos?








3 comentarios:

  1. Se habrá dado cuenta de que en esas listas, las cuatro que cita, incluida la española, hay mayoría abrumadora de ricos de origen judío, que se evidencia, aún más, si ampliamos la muestra a los archimillonarios nuevos rusos, ucranios y exsoviéticos. Y dejaríamos aparte a los jeques, chinos, indios,... Y de Canadá, como siempre, ¡ca, nada!, no se sabe nada

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  2. Acabo de ver esto http://www.elespiadigital.com/index.php/noticias/historico-de-noticias/4875-la-representante-de-eeuu-en-el-consejo-de-seguridad-arremetio-como-una-loca-histerica-contra-el-embajador-ruso-tras-el-veto-por-crimea#commentse y lo que comenta de que no aparecera en los grandes medios de comunicacion ni la prensa normal. Otra Sarah Palin además de guiñola

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  3. Eso es asi hermano hermetico y yo como ferroviario, lo sufri muy de cerca, lo ve quien tiene los ojos abiertos, pero mi cospiranoia me dice que algo mas siniestro todavia 'actuo' en el descarrilamiento del tren de 'Santiago' y se 'alimento' de ello. Y tu ya sabes de lo que hablo...

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