Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Shit burger


Lo de arriba es igual a lo de abajo y no hay nada nuevo bajo el sol, tal y como insiste en recordarnos permanentemente mi tutor en la Universidad de Dios. En mayo de 2010 ya comentamos en esta bitácora acerca de uno de los  negocios del futuro que no sólo constituye una metáfora de nuestro tiempo de imposturas, en el que nada suele ser lo que parece, sino que sospecho se convertirá en uno de los mayores peligros para la salud humana por su relación directa con nuestra alimentación: la carne artificial. Por resumir un poco lo que allí contamos (el que quiera toda la información, ya sabe dónde tiene el archivo del blog, ahí a la izquierda), la empresa New Harvest, fundada en 2004, confirmaba estar trabajando en lo que definían como “carne fermentada”, producida en laboratorio a partir del cultivo de células madre o de músculo de pollos, cerdos y corderos.

La compañía anunciaba que en pocos años podría poner en el mercado hamburguesas, salchichas y bastoncitos de pollo y, en unos diez años más, filetes y chuletas con todo el aspecto, el sabor y el olor de las verdaderas pero…, “fermentadas”. Naturalmente, aparte de presentarse como una “alternativa al sufrimiento animal” y un “beneficio para el medio ambiente”, este proyecto insistía en las presuntas ventajas sanitarias de semejante producto, como el control y prevención de enfermedades y contaminantes, la inclusión de elementos buenos para la salud como altos niveles de ácidos grasos poliinsaturados (el famoso Omega 3 de los anuncios de televisión) o incluso la posibilidad de fabricar comida/medicamento. Algo así como ir al médico y mantener el siguiente diálogo:

-Hola doctor, tengo tuberculosis…

-No se preocupe hombre: tómese estas chuletas de Sajonia fermentadas tres veces a la semana durante las próximas tres semanas y se curará.

Y no sólo New Harvest… Ya entonces hablamos de las cantidades de dinero invertidas en un proyecto similar por parte de gobiernos como el japonés, el australiano y, en Europa, Holanda y los países escandinavos…

Bien, pues no ha hecho falta esperar mucho. El médico Mark Post (en la imagen de la derecha), jefe del departamento de fisiología de la universidad holandesa de Maastricht, acaba de anunciar la presentación de la primera hamburguesa artificial para el otoño de este mismo 2012. Así lo ha confirmado en la conferencia anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia que se ha celebrado en la localidad canadiense de Vancouver (vaya, justo donde se rodaba la serie de Expediente X… ¡Viva la sincronía!). Por lo que contaba Post, su proyecto no se diferencia gran cosa del de New Harvest, puesto que se basa en la producción de tejido muscular en laboratorio a partir de células madre: un tejido que imita exactamente a la carne natural y en consecuencia puede sustituirla.

La primera hamburguesa ya se ha confeccionado a partir de suero fetal bovino (dicho así, te quita todas las ganas de probarla..., de hecho, a medida que estoy escribiendo este artículo estoy empezando a sopesar seriamente las ventajas del vegetarianismo), aunque de momento a un precio prohibitivo para los usuarios de las cadenas comerciales: 250.000 euros, nada menos. El objetivo ahora es presentar la nueva carne sintética el próximo otoño y después ir mejorando poco a poco la producción hasta conseguir un precio bastante más asequible. Al ritmo en el que la industria suele mejorar este tipo de iniciativas, en muy pocos años veremos cómo se extiende el uso de esta carne artificial que, sumada a la generalización de los productos transgénicos, acabará provocando un colosal rosario de nuevas enfermedades y dolencias (más negocio para las multinacionales farmacéuticas, de paso) en la sociedad, por la sencilla razón de que nuestro cuerpo está preparado para procesar los alimentos de origen natural, no los de origen artificial, so pena de desarrollar todo tipo de problemas físicos.

¿Alarmismo injustificado? Sin considerar los productos estrictamente artificiales, existen muchos estudios y documentos advirtiendo en contra de los productos elaborados…, la mayoría de ellos a buen recaudo para que no lleguen al conocimiento del gran público y que éste pueda decidirse a asumir la soberanía que debería tener sobre su propia alimentación en lugar de renunciar alegremente a esa responsabilidad. Después de todo, ¿acaso no somos lo que comemos? La mayoría de los nutricionistas lo saben y por eso en sus recomendaciones para el control del peso y la mejora de la salud lo primero que tratan de prescribir son productos como los refrescos azucarados (más de uno son pura y exclusiva química) además de recomendar el consumo de los naturales (sobre todo los de la llamada dieta mediterránea) a ser posible sin cocinar, como los vegetales o las frutas.

  De vez en cuando alguno de esos informes se filtra a los medios, como el elaborado hace poco por expertos de la Comunidad Valenciana dirigidos por el catedrático de Fisiología Ángel Nadal , del Instituto de Bioingeniería y la Universidad Miguel Hernández de Elche. El equipo de Nadal ha confirmado la relación entre la exposición al componente plástico Bisphenol A (BPA) con el desarrollo de la obesidad y la prediabetes. Este componente se fabrica para multitud de productos, no sólo alimenticios, pero está presente por ejemplo en las botellas de agua o en los biberones. Una pequeña ingesta del BPA altera con facilidad las células grasas y las fuerza a engordar más de lo que deben y también puede provocar un error de interpretación en el páncreas de manera que segregue un exceso de insulina (hormona que regula el metabolismo de la grasa, precisamente).  ¿Llevará esta información a las empresas productoras de este plástico a dejar de fabricarlo o al menos a dejar de emplearlo en envases con productos destinados al consumo humano? Se admiten apuestas…, pero no es la primera vez que alguien advierte sobre los peligros del BPA (otros trabajos aparecidos en diversas revistas científicas lo asocian con un mayor riesgo de cáncer de mama, trastornos endocrinos y complicaciones cardiovasculares, entre otros) y ninguna autoridad pública ha hecho nada al respecto.

Otro detalle interesante del estudio del equipo de Nadal es la certificación de que el BPA no es más que uno los 20 disruptores endocrinos utilizados habitualmente en artículos de uso diario. Es decir, no basta con controlarlo o incluso retirarlo de circulación, porque hay muchos otros elementos de riesgo de este tipo conviviendo a nuestro lado a todas horas camuflados en diversos artículos, como la dioxina, los ftalatos, el tributilestaño o la nicotina. Y no podemos limitarnos a la obesidad, sino que hay que hablar también de los otros problemillas que generan estos productos como infertilidad, problemas cognitivos, cáncer..., entre otras dolencias.

Los elementos químicos y los plásticos son enemigos declarados de nuestra alimentación, pero ¿cómo frenarlos en una civilización como la nuestra que se basa, precisamente, en el uso y el abuso del plástico? Todo es plástico a nuestro alrededor: desde los teclados de los PCs hasta la pintura de la pared, pasando por tantos componentes de nuestro coche, los cubiertos de cocina, buena parte del mobiliario y hasta el bolso de paseo… Tan es así que también en este caso se invierten sumas astronómicas en la producción de diversos plásticos que no provengan del petróleo, dada la previsión de su creciente escasez. Hace pocos días hemos conocido que, también en Holanda, se ha llegado a producir etileno y propileno indistinguibles de los fabricados con petróleo gracias a un catalizador de hierro confeccionado con nanopartículas que puede transformar materia orgánica vegetal como árboles o césped en plástico. ¿Hay mejor metáfora de nuestro mundo contemporáneo que ésta que nos convierte en destructores del paisaje natural para transmutarlo en estériles y estilosos (según el diseño actual) objetos muertos?

Y he dejado lo mejor para el final. Antes comentaba que también en Japón se ha experimentado en los últimos años en busca de carne artificial. Los nipones son muy aficionados a los sucedáneos, desde las hamburguesas de tofu hasta las salchichas de soja o los palitos de surimi..., pero hay un tipo llamado Mitsuyuki Ikeda que trabaja en el Centro de Evaluación Ambiental en Okayama y que ha dejado todo lo anterior reducido a mera tontería al presentar una hamburguesa fabricada con soja, salsa para carne y proteínas extraídas de..., excrementos humanos. 

Desde luego, nadie puede negar a Ikeda (a la izquierda, con una muestra de su "apetitosa" cocina..., ¡sí, en la bolsa de plástico pone "SHIT BURGER" realmente!) una firme candidatura al título de mejor reciclador de nuestra época. Su sistema, según sus propias explicaciones, consiste en extraer las proteínas y los lípidos del "barro de las aguas residuales" y luego combinar este particular elemento con un potenciador de la reacción para más tarde batir el conjunto y añadir la soja y la salsa. Y voilá: una sabrosa hamburguesa de caca, baja en grasas y cuya fabricación también se presenta como beneficiosa para el medio ambiente y etcétera, aunque su producción es de momento entre diez y veinte veces más cara que una hamburguesa de carne normal. Sin tener en cuenta el aspecto psicológico del asunto y el propio origen de la materia prima.

Lo dicho: van a conseguir que me haga vegano...







 
 

lunes, 27 de febrero de 2012

Año nuevo otra vez

Pues ahora sí que sí: ya vamos todos derechitos al final del mundo. La semana pasada, el 22 de febrero para ser exactos, los indígenas de Guatemala festejaban la llegada de Oxlajuj No’j. Es decir, el año nuevo de 1528 según la cuenta del famoso calendario maya que se supone concluye el próximo 21 de diciembre. Este año nuevo es el último pedacito de tiempo notable antes del final del Quinto Sol de la llamada “cuenta larga”. A estas alturas quien más quien menos estará ya familiarizado con el complejo sistema calendárico de esta civilización precolombina pero por si acaso alguien acaba de llegar de vacaciones, recordamos que se trata de tres calendarios en uno: el sagrado o Tzolkin que dura 260 días, el civil o Haab que dura 365 días y la Cuenta Larga. Los dos primeros son cíclicos pero el tercero no repite ningún día durante 5.200 años y se supone que empezó a utilizarse hace unos cuantos milenios. En concreto, el equivalente a nuestro 11 de agosto del 3114 antes de Cristo según el calendario gregoriano…, aunque teniendo en cuenta los numerosos errores (los registrados y los supuestos pero aún indemostrados) en nuestra forma de computar los años, cualquiera sabe si en realidad comenzó en esa fecha o el 5 de noviembre del 1666 antes de Cristo, por decir otra cualquiera.
 
El calendario maya se llama de esta manera porque le hemos querido llamar así pero según algunos investigadores igual podríamos haberlo llamado el calendario olmeca, cultura más antigua que los mayas, y aún menos conocida, que también lo utilizaba. O calendario precolombino, porque otros sistemas locales de control de tiempo como el mexica son muy similares y probablemente estaban basados en las mismas premisas. Hoy se sigue empleando de modo un poco exótico y marginal, pero en fechas características como ésta se habla mucho de ello porque todo lo étnico está de moda y garantiza atención mediática y tal vez divisas de turistas ansiosos de vivir “nuevas experiencias” en “culturas diferentes”. En el caso de Guatemala, cuna de la cultura maya, el propio presidente Otto Pérez Molina se fue (aquí le vemos en mangas de camisa) al centro arqueológico de Iximché, a un centenar de kilómetros de la capital del país, para asistir personalmente a la celebración de sacerdotes y chamanes indígenas junto con diversos funcionarios y diplomáticos.

Pérez Molina dio allí su discurso político correspondiente (que si la riqueza de las tradiciones, que si la multiculturalidad, que si etc.) también anunció que a partir de ahora todos los días 21 de cada mes hasta el temido 21 de diciembre se llevarán a cabo actos de celebración similares en los distintos centros ceremoniales arqueológicos conocidos. Con un inteligente truco de mercadotecnia, el presidente guatemalteco le dio la vuelta al calcetín y en lugar de hablar del fin del mundo de 2012 insistió en la nueva era que comienza a finales de este mismo año (así de paso hacía un guiño a todos los seguidores de la New Age que seguramente están ahorrando ya, especialmente en Estados Unidos, para pagarse el viaje a su país a finales de este año). Y el autodenominado Consejo de Ancianos también habló del “nuevo amanecer” para la humanidad, un “tiempo sagrado” y “propicio para pedir” (esto es algo que siempre me ha cargado de las religiones: que se pasan el día pidiendo) que “las semillas ancestrales sean resguardadas” y “la libre determinación y respeto a los territorios de los pueblos indígenas”…, en fin, la palabrería de costumbre para dotar de una pompa y una solemnidad excesivas a lo que sus antepasados tomaban con mucha más naturalidad.
 
Por cierto, el nombre de Oxlajuj No’j significa “las Trece Sabidurías”, lo cual es bastante más alentador (sea lo que sea que se nos venga encima los próximos meses) que si se hubiera llamado “el Jaguar Rabioso” o “las Inundaciones del Inframundo”.

Curiosamente, el mismo 22 de febrero también se celebró otro año nuevo muy lejos de allí: el Losar o comienzo del año en Tibet, que en esta ocasión está dedicado al Dragón de Agua (y el dragón es un elemento beneficioso y proveedor de protección y buena fortuna en los países asiáticos, también símbolo de sabiduría). La llegada del año en Tibet siempre se produce con un mes de diferencia respecto a China. No en vano fueron tradicionalmente países vecinos aunque los chinos siempre ansiaron apoderarse del país de los Himalayas y lo invadieron varias veces. La última, de momento, en 1950, momento a partir del cual controlan con mano de hierro la región, hasta el punto de que obligaron a partir al exilio al Dalái Lama y, con él, a muchos miles de tibetanos. No deja de ser curioso que China, por lo demás un país enorme y bastante pacífico en comparación con otras superpotencias de la Historia, se empeñara tanto en el control de esta zona que no parece tener un especial interés económico o estratégico…, aunque sí lo tiene espiritual y esotéricamente hablando (pero el régimen chino es materialista y ateo, ¿no?).
 
En la actualidad Tibet está cerrado a la prensa extranjera y los pocos turistas que dejan pasar las autoridades chinas tienen que gastar mucho dinero, esperar mucho tiempo y emplear mucha paciencia para soportar unas visitas tan limitadas como dirigidas, en las que no tendrán demasiados problemas en captar la represión cultural y religiosa impuesta por los mandarines de Pekín. Pese a ello, las protestas han marcado esta fiesta, con una veintena de monjes inmolados (a lo bonzo, como manda la tradición) durante los últimos meses y con las constantes llamadas a la población del gobierno tibetano en el exilio que pide no celebrar las fechas porque no se pueden festejar en libertad…
 
Año nuevo por aquí, año nuevo por allá, el caso es que la Humanidad se pasa el día celebrando otro año que pasó, lo cual por sí solo demuestra la tontería de obsesionarse con el fin (que no es un punto y aparte, sino un punto y seguido para volver a empezar) de uno de los muchísimos calendarios (en este caso el maya) en vigor en el planeta en este momento. Y es que los occidentales lo festejamos el 1 de enero pero los ortodoxos lo hacen el 14 de enero, los tailandeses y vecinos del sur de Asia el 14 de abril, los iraníes el 21 de marzo, los aimarás el 21 de junio, los mapuches el 24 del mismo mes, los etíopes el 11 de septiembre, los judíos también en este mes, los neopaganos de inspiración céltica el 1 de noviembre, los hindúes a mediados de este mismo mes, los musulmanes depende (este año toca precisamente en noviembre)…
 
En realidad, deberíamos festejar sólo un año nuevo: el que comienza cada uno de los días de nuestra vida, cuando abrimos los ojos por la mañana en este mundo y descubrimos que aún estamos aquí, que seguimos vivos a pesar de todo y que tenemos la oportunidad de vivir el comienzo de una nueva jornada para aprovecharla de verdad en lugar de malgastarla en bobadas como hacemos habitualmente.

viernes, 24 de febrero de 2012

ONGs bajo sospecha

Dicen los psicólogos que cuando una persona insiste mucho en negar una idea es porque está muy de acuerdo con ella pero no quiere que los demás se den cuenta. Lo clásico del tipo que argumenta cosas como "¡Que conste que yo no soy nada xenófobo, lo digo bien alto y que nadie se atreva a ponerlo en duda, y como prueba de ello os recuerdo que una de mis amigas es francesa!" y poco después empieza a soltar toda suerte de lindezas contra marroquíes, rumanos, uruguayos o pakistaníes. Siguiendo ese argumento, me llama la atención que las ONGs pongan siempre especial acento en su carácter definitorio general (Organizaciones No Gubernamentales) en lugar de en el de su labor social o particular (no se llaman, por ejemplo Organizaciones de Ayuda a las clases desfavorecidas de la Sociedad, Organizaciones para la Limpieza y Cuidado de la Naturaleza o, incluso, Organizaciones Solidarias). Todas las veces que he intentado comentar esta reflexión con Mac Namara, enseguida me interrumpe con una de sus ideas conspiranoicas:

- Ah, pero por supuesto. La inmensa mayoría de las ONGs son muy gubernamentales..., aunque su control está en manos de ciertos gobiernos concretos, no de cualquiera, y además de permitir captar importantes cantidades de dinero sirven a los intereses de quienes manejan a esos gobiernos por el mundo adelante, allá donde no llegan otras técnicas de control como los ejércitos y las multinacionales. Por supuesto, la mayoría de sus miembros, socios y simpatizantes desconocen este extremo y creen estar colaborando en un proyecto muy humano.

- Tal vez sea así en algunas organizaciones, pero creo que tu opinión es extremadamente dura para poder generalizarla -le digo a mi gato-. Conozco gente que trabaja por nada en organizaciones de este tipo. Ni siquiera cobran la voluntad: dedican su tiempo libre, su esfuerzo y su dinero para ayudar a otros, sólo porque creen en la necesidad de echar una mano a quien lo necesita...

- Sí, claro. Ya te he dicho que la mayoría de los que colaboran en sus labores lo hacen con buena intención, e incluso son capaces de materializar algunos pequeños proyectos positivos para la sociedad, pero todo ello no hace sino ayudar a crear una mejor cobertura para sus propósitos reales, que sólo son conocidos en la cúpula de este tipo de grupos privados... -insiste mi gato conspiranoico- Piensa, por ejemplo, por qué no se llaman OP, Organizaciones Privadas. Ese nombre respondería mejor a su definición, ¿no?, pero suena..., mal. Las organizaciones gubernamentales deben tener fines públicos pues los gobiernos son de toda la población pero las organizaciones no gubernamentales por definición tienen fines privados. Es interesante documentarse sobre los fundadores y los orígenes de estas asociaciones, así como de las vías a través de las cuales recaudan sus fondos. Te encuentras sorpresas muy graciosas como por ejemplo el nombre de George Soros  fundando y/o financiando varias de ellas. Y no hace falta recordarte que Soros es uno de los más crueles tiburones y especuladores financieros de los últimos decenios, ligado al famoso linaje Rotschild y experto en arruinar a millones de personas mediante el ataque a sus monedas, como lo hizo por ejemplo con España e Italia antes de la fundación del euro..., e incluso con el Reino Unido. No olvidemos que le conocen como "el hombre que quebró el banco de Inglaterra".

- Quizás apoye ONGs como una especie de compensación a sus actividades financieras... -matizo tímidamente.

- No me hagas reír, insensato. Es pura propaganda para convertirse en "filántropo" en la Wikipedia, además de adquirir influencia en los países donde ejercen sus asociaciones "solidarias" y de paso evadir impuestos a través de ellas... Pero, mira, ya que hablas de ONGs, te voy a hablar de la indignación creciente que hay en Egipto contra ellas.

- ¿En Egipto? -la verdad es que me toma por sorpresa con esta afirmación.

- Sí, en Egipto, donde muchos egipcios, un año después de su "revolución popular" cuyo alcance te desvelaba yo en parte por aquél entonces,  están empezando a sospechar que ha sido una gran engañifa. Lo que ha sido, por cierto... Mubarak y su familia cayeron, sí, pero todos los demás siguieron, y siguen, en sus puestos. Y la "revolución" no ha traído más trabajo y pan sino todo lo contrario. No es de extrañar que muchos estén ahora empezando a abrir los ojos. Y no hablo sólo de la gente del pueblo, sino de cuadros preparados del gobierno de El Cairo. Hace pocos días nada menos que la ministra de Cooperación Económica Faiza Abu al-Naga, aquí a la izquierda, declaraba públicamente que "Estados Unidos empleó sus ONGs en Egipto para desestabilizar la situación y crear el caos en nuestro país" y que "Washington decidió usar sus recursos para que esta situación continúe, para aprovecharla en sus intereses y en los de Israel".

- Raro que no saliera el nombre de Israel...

- No es ningún secreto que la política exterior de los norteamericanos respecto a Oriente Medio está milimétricamente coordinada con la israelí... Pero sigo: el mismo gobierno egipcio había anunciado ya a principios de este mes de febrero la entrega al Tribunal Penal de 43 empleados de diversas ONGs internacionales con presencia en su país, acusados de financiación ilegal de sus actividades y de apoyo a las protestas contra el Estado. Y probablemente de algunas cosillas más, que no han trascendido. Las acusaciones se presentaron contra 14 egipcios que colaboraban con esos grupos. El resto eran 19 personas de pasaporte norteamericano, otras 5 serbias, dos alemanas y tres de otros países árabes. Pocos días después fueron arrestados dos más: un australiano y un norteamericano acusados de pagar en metálico a trabajadores egipcios para que se sumaran a las huelgas y protestas en el país.

- Sería interesante conocer los nombres de las organizaciones implicadas.

-  Te los digo ahora mismo: Instituto Internacional Republicano, Instituto Nacional Democrático, Centro Internacional para Periodistas, Casa de la Libertad y Fondo Konrad-Adenauer. Por los nombres, no da la impresión de que se dediquen precisamente a repartir mantas y comida entre los más necesitados, ¿verdad? Y sin embargo, son oficialmente organizaciones no gubernamentales pero, ¿por qué unas asociaciones privadas que, insisto, se supone que no dependen de ningún gobierno, son tan firmemente apoyadas por el de Estados Unidos? Y ello hasta el punto de que la Casa Blanca llegara a plantear hace unos días la suspensión de su apoyo financiero militar  valorado en 1.300 millones de dólares al gobierno egipcio si éste no "deja en paz" a estas organizaciones privadas... Aunque te voy a dar una pista, para que veas los peones en juego. Mira qué curioso que uno de los 19 norteamericanos detenidos es Sam LaHood que, igual no lo sabes, es hijo de Ray LaHood. ¿Y quién es Ray Lahood? Pues..., ¡el Secretario de Transporte del gobierno de los Estados Unidos! En la foto adjunta aparecen ambos: el padre gubernamental y el hijo no gubernamental.

 - ¡Menuda desfachatez! ¿Y esto por qué no se cuenta en Europa?

- Oh, a los ingenuos y mal informados habitantes del Viejo Continente les basta con saber que "el pueblo" egipcio sigue "rebelándose" y "exigiendo su libertad" en una "fiesta democrática" que lleva a "ocupar festivamente las calles" y de la que "deberíamos tomar ejemplo los ciudadanos europeos". Y muchos ignaros compran la versión, cuando se les cuenta que "todo Egipto se manifiesta" sobre imágenes de la Plaza Tahrir en la que caben unas decenas de miles de personas..., ¡pero sin mostrar ni una sola imagen del resto de El Cairo, donde viven más de 24 millones de personas que tal vez no estén a favor de esa manifestación! Eso, por no mencionar las demás ciudades egipcias, de las que no hay demasiadas imágenes de "manifestaciones festivas" a pesar de la presunta popularidad de la protesta...

- Sí, la manipulación informativa en este caso es flagrante -reconozco-. Ya sabes que yo estuve en aquellas tierras justo un par de semanas antes de que comenzara todo el lío y, excepto en algún barrio céntrico de El Cairo, en el resto del país no vi ningún signo especial de malestar ni de tensión que hiciera presagiar lo que ocurriría después.

- La cosa puede ser incluso más grave aún. Las autoridades egipcias acusan a las ONGs de las que antes te hablaba no sólo de colaborar en la desestabilización de Egipto sino en un plan para su desmembramiento. En las oficinas de estas asociaciones se encontraron incluso algunos mapas de la futura posible división del país de los faraones. El popular diario Al-Ahram llegó a publicar un artículo en el que descubría y explicaba un plan elaborado en los años ochenta del siglo XX por el profesor Bernard Lewis, de la Universidad de Princeton. Lewis nació en el Reino Unido pero tiene la doble nacionalidad israelí y estadounidense. Y este detalle es importante en este caso porque su plan diseña la partición de Egipto en cuatro países más pequeños y manejables. El primero, ubicado en el noreste desde el Sinaí hasta el delta oriental del Nilo, pasaría a control israelí, a fin de contribuir al engrandecimiento de la patria judía: el Gran Israel del sueño sionista. El segundo, ubicado en el noroeste y con capital en Alejandría -donde te recuerdo que se han multiplicado los enfrentamientos religiosos en los últimos tiempos-, sería un país mayoritariamente cristiano, una especie de Líbano egipcio. El tercero, al sur en la zona nubia fronterizo con Sudán. Y el cuarto, netamente musulmán, con el resto del territorio y capital cairota.

 - Pero ¿esto es posible? -pregunto anonadado.

- ¡Alma cándida! Hace muy pocos años se hizo algo similar en la Europa balcánica, con el Estado antiguamente llamado Yugoslavia, más pequeño que Egipto y hoy dividido en seis países diferentes: Croacia, Eslovenia, Serbia, Montenegro, Bosnia-Herzegovina y Macedonia... Y aún no ha terminado su fragmentación pues la idea es arrancarle a Serbia su cuna histórica de Kosovo para entregársela a Albania. Nadie levantó la voz ante la destrucción del país original.

-"Divide et impera" -cité al clásico.

 - Exacto. El nuevo orden mundial brama contra las naciones y su forma de aniquilarlas pasa por una doble estrategia que busca la desafección de sus ciudadanos: arrebatarles poder y soberanía para transferirlas a organismos internacionales y arrebatarles poder y soberanía para transferirlas a entes regionales a los que se eleva de forma forzada y engañosa a la categoría de mini-naciones dentro de las naciones. Los españoles han hecho un cursillo acelerado sobre este asunto en los últimos decenios, en los que se ha inventado y promocionado descaradamente una historia falsa para las regiones que se están utilizando como ariete contra el Estado, aunque muchos ciudadanos sigan ciegos a la maniobra, a la que no quieren dar crédito. Pero no te quepa duda de que si a los que mandan les interesa en un momento dado romper el Estado español como hicieron con el yugoslavo, el checo, el soviético y los que haga falta, lo harán. El español y cualquier otro. Todo depende de la rentabilidad del movimiento en un momento dado. Eso sí: luego te lo venderán como una "alegre primavera democrática"...



miércoles, 22 de febrero de 2012

Un universo se balanceaba sobre la tela de una araña...

La detección, en los últimos años y gracias a las últimas tecnologías, de varios centenares de planetas extrasolares (alguno de los cuales ya hay quien quiere proponer como futuro objetivo de un viaje espacial, a pesar de su lejanía y en función de sus supuestas características similares a la Tierra) ha vuelto a generar cierto interés por la exploración del universo: un campo científico que llevaba bastante tiempo abandonado por el gran público pese a que hace mucho que aprendimos que estamos vivos de milagro, viajando sobre un pequeño guisante que flota en medio de la sopa estelar...  Sólo por eso convendría que invirtiéramos más dinero y esfuerzo en estudiar nuestro medio ambiente cósmico. Y la verdad es que un puñado de científicos especializados nunca ha dejado de mirar "ahí arriba", o quizá sería mejor decir "alrededor", y hacerse preguntas acerca de nuestra mareante posición en medio de los vastos campos de eternidad sobre los que vagabundeamos desde vaya usted a saber cuánto tiempo exactamente. Estos expertos han elaborado todo tipo de teorías sobre el universo que no terminan de llegar al común de los mortales, por su dificultad de comprensión y/o por la limitada preparación del susodicho común.

Muestra de lo complicado que puede llegar a ser entender estas materias es por ejemplo la teoría del espacio tiempo superfluido. Según los norteamericanos George Chapline y Pawel Mazur, hay que tener en cuenta ambas variantes no de acuerdo a como se consideran habitualmente sino como si fueran una sola sustancia superfluida (como su nombre indica) con determinadas características, por ejemplo que fluye con fricción cero. Al rotar el universo sobre sí mismo, esta sustancia se dispararía hacia todos los horizontes posibles y de esta forma los sembraría de galaxias y contribuiría al crecimiento general. En este panorama, la materia oscura (que ni Chapline, ni Mazur, ni ningún científico sabe qué demonios es y por eso la llaman oscura, no porque sea negra) actuaría como fuerza encargada de acelerar la expansión del cosmos.

Una teoría que me gusta más (porque hace muchos años, antes de que se planteara desde el punto de vista científico, escribí un cuento sobre esta idea) es la de los llamados universos evolucionantes, que los considera como gigantescos seres vivos capaces de tener descendencia. El candiense Lee Smolin relaciona esa posibilidad con la existencia de los agujeros negros. Según su hipótesis, una cantidad de materia comprimida hasta el extremo que llegara a penetrar en el interior de uno de estos agujeros (¡lo de arriba es igual a lo de abajo una vez más!) podría llegar a rebotar y volver a "nacer" como un "bebé universo" cuyas leyes físicas podrían incluso ser distintas de las que regían el universo de donde esa materia era original. De acuerdo con este planteamiento, cuantos más agujeros negros tuviera un universo, más "fértil" sería pues habría más posibilidades de concebir universos nuevos.

Los norteamericanos Lauris Baum y Paul Grampton han puesto sobre la mesa  una idea similar, a partir de uno de los enigmas clásicos de la cosmología: ¿por qué tras el Big Bang el universo comenzó en un estado ordenado de baja entropía, en lugar de nacer en un estado mucho más caótico? (suponiendo que existiera el Big Bang: es la teoría de moda hoy día, pero...) Y la pregunta subsiguiente: ¿por qué a medida que se desarrolla el universo se desordena y se incrementa gradualmente esa entropía? Baum y Grampton echan mano también de la materia oscura y plantean que si esta fuerza aumenta sin límite llegará un momento en el que dará tanto de sí el universo que literalmente lo romperá: es el Big Rip o Gran Rasgadura. Es en ese instante cuando aseguran que, en efecto, el universo se romperá en varios pequeños trozos que saldrán disparados alejándose unos de otros más rápido que la velocidad de la luz. La destrucción se detiene cuando la densidad de la materia oscura equivale a la densidad del universo y en ese momento los fragmentos se comprimen sobre sí mismos, pero por separado y en lugares diferentes. Y así nacen como "universitos" o pequeños universos, cada uno de los cuales posee sólo una parte de la entropía total del universo padre y por tanto es una entropía baja. Después cada cual se desarrollará hasta que el ciclo se repita, quizás ad infinitum. 

En este momento podríamos vivir en uno de esos universos pequeñitos, del estilo del que describen Baum y Grampton. Eso es lo que creen algunos investigadores según los cuales el patrón de puntos de la radiación de fondo de microondas posee una sospechosa deficiencia y es la existencia de un número sorprendentemente pequeño de puntos grandes. Si esto es realmente así, es posible que el espacio esté envuelto sobre sí mismo o que posea alguna forma extraña, que no se corresponde con la imagen que solemos hacernos de él. Una de las más exóticas que se ha planteado es que tuviera forma ¡de trompeta! El sueño de Louis Armstrong... 

Otro estadounidense, Walter Lewin, es de los que piensan que existe un número "infinito" de universos y que el nuestro es sólo uno más. Hay una paradoja curiosa en este sentido y es que se supone que sólo han pasado 13.700 millones de años desde el Big Bang, pero resulta que nuestro universo abarca una distancia de 90.000 millones de años luz. ¿Cómo es posible eso si no hay nada más rápido que la luz? (O no lo había, hasta los recientes experimentos con neutrinos que han puesto en jaque a todos los expertos). Según Lewin, porque esa constante sólo es válida dentro de una misma galaxia, mientras que las galaxias se expanden entre ellas a mayor velocidad. Hmmm..., ¿una ley universal que no lo es? En todo caso, el hombre puntualiza que aunque no podamos ver más allá de esos 13.700 millones de años con nuestra tecnología actual, nada indica que exista una puerta cerrada con un cartelito que diga "Éste es el fin del universo" y que lo más lógico es que existan multitud de ellos.

La teoría más curiosa sobre el universo (y la que particularmente me parece más próxima a la verdad) es que no es real. Un filósofo llamado Nick Bostrom fue el encargado de proponer formalmente una idea que tanto los sabios que gobernaron a nuestros antepasados como cualquier buen aficionado a la Ciencia Ficción plantearon en numerosas ocasiones antes de que algún científico se tomara en serio esta posibilidad: y es la de que podamos estar viviendo dentro de una simulación por computadora (en el caso de nuestros antepasados, sus sabios decían que vivíamos "en la mente de Dios" y, en algunas teologías, nuestra existencia era la de un simple sueño, por lo que insistían en la importancia de mantener a Dios dormido: ¡si despertaba, todo a nuestro alrededor -empezando por nosotros mismos- desaparecería de su memoria!). 

Sabemos por cierto que nuestros sentidos nos engañan con suma facilidad y que, en realidad, nada de lo que vemos, oímos, olemos, gustamos o tocamos existe como nos parece existir, sino que estamos sumergidos en un océano de energías que nuestro cerebro interpreta de una forma u otra. Vemos las mismas cosas porque interpretamos de la misma manera esas energías, pero hay personas que pueden ver otras cosas porque interpretan de otra manera estas energías (esas personas han sido adoradas o perseguidas a lo largo del tiempo, tras recibir muchos nombres diferentes: brujas, chamanes, santos, diablos...). Bostrom lo plantea con bastante claridad: imaginemos una civilización superpoderosa, muy desarrollada en el tiempo. Tanto, que ha sido capaz de crear un gran simulador (como los que usamos para nuestros juegos  de ordenador, verbigratia el entretenidísimo Civilization) en el que desarrollar no un puñado de culturas, sino un montón de mundos y estrellas al mismo tiempo, un auténtico universo...  Todos los enigmas cosmológicos (empezando por la materia oscura) y los datos que no nos cuadran en nuestra imagen general del lugar donde se supone que estamos se explicarían con facilidad como fallos del sistema o como "parches informáticos" colosales.

Es fascinante (aunque da un poco de grima) pensar que, después de todo, Aquél al que llamamos Dios, el Creador, el Todopoderoso..., puede que no sea más que un crío adolescente lleno de granos en la cara que pasa las tardes en su propio universo (el único real) divirtiéndose con las evoluciones de su humanidad informática compuesta de homo sapiens ignorantes de su verdadera esencia.





lunes, 20 de febrero de 2012

Hombres & Mujeres

Uno de los grandes atractivos de Príncipe Valiente del inmortal Hal Foster, que sin duda contribuyó a fundamentar su éxito popular, es la credibilidad que siempre supo imprimir a unas historietas que, a pesar de presentarse con un marchamo histórico, resultan absolutamente fantásticas e irreales desde casi todos los puntos de vista. Mucha de esa credibilidad nace de los comportamientos corrientes de los personajes, que no son simples héroes y villanos luchando entre sí en paisajes exóticos, sino que afrontan todo tipo de sentimientos, sufrimientos, necesidades y placeres mundanos como todo hijo de vecino. En el tebeo contemporáneo esto ya no sorprende pero en la época en la que Foster publicó sus planchas resultó una novedad digna de tener en cuenta. E, incluso a día de hoy, no conozco muchos personajes del mundo del comic que sean capaces de alternar con tanta naturalidad una sangrienta lucha a espada contra varios enemigos bien armados con el cuidado amoroso de una prole abundante, puesto que Val no sólo es el príncipe heredero de Thule y unos de los caballeros favoritos del rey Arturo en la Mesa Redonda, sino el esposo modelo de la reina Aleta y padre de cuatro hijos.

 Tampoco sabría decir qué parte de la saga de Foster (que, por cierto, estos días celebra sus primeros 75 años de obra maestra en la historia del tebeo, y cuando hablo de "obra maestra" me refiero exclusivamente a la etapa de Foster, no a las posteriores de Murphy y Gianni) me ha resultado más fascinante a lo largo de las aproximadamente 133 veces que he leído su obra, siempre como si fuera la primera vez: si las aventuras propiamente dichas del héroe enfrentado a ejércitos enemigos, brujas malvadas y monstruos indescriptibles o el relato de su difícil adaptación a la vida diaria, con los mil y un problemas comunes y corrientes a los que se enfrenta cualquier tipo con familia, con independencia de su estatus económico o social. Recuerdo por ejemplo las dificultades de relación de Val con Aleta, su bella y susceptible esposa, reina de las Islas Brumosas, con la que discute de manera similar a la de cualquier hombre con su mujer, por muchos dragones que haya matado o muchas veces que haya salvado el reino. A propósito de ello emplea una frase que en un momento dado llega a convertirse en un auténtico mantram en el guión de las historietas y que resultará conocida a todo miembro masculino de una pareja heterosexual: "Al enfurruñado Val le gustaría saber un poco más sobre el extraño comportamiento de las mujeres".

Es un hecho evidente para cualquiera (excepto para los fanáticos obcecados y por lo general autoengañados partidarios de la -inexistente- igualdad entre sexos) que hombres y mujeres somos muy distintos: pensamos, sentimos y actuamos de manera muy diferente y por tanto nunca reaccionamos igual ante una situación concreta. A menudo he llegado a creer que el problema radica en que muy pocos niños llegan a desarrollarse con la edad hasta convertirse en verdaderos hombres y, cuando mueren a los 80 ó 90 años siguen siendo niños aunque en cuerpo de viejos, mientras que las niñas no existen: son sólo mujeres con poca información (¡pero ya mujeres hechas y derechas!), que a medida que pasa el tiempo van desarrollando su cuerpo y apropiándose de nuevas habilidades. Contrariamente a lo que muchos ignorantes suelen pensar, estas diferencias no son malas ni implica que tengamos que estar enfrentados constantemente unos con otras. Al contrario: significa que somos complementarios y que podemos -y debemos- vivir mucho mejor si desarrollamos una virtud por desgracia tan escasa como es la tolerancia y aprendemos a entendernos en la medida de lo posible. 

Ciertos sabios de Asia quintaesenciaron muy bien esta complementariedad en el famoso símbolo del Yin y el Yang, máximo icono de la polaridad, aunque la inmensa mayoría de los actuales ciudadanos asiáticos jamás han llegado a comprenderla y hacer honor al concepto, ni en el caso de las relaciones hombre/mujer ni en el de otras polaridades. Y lo mismo ocurre en el resto del planeta. Nadie nos enseña no ya a entendernos, sino a ver la necesidad de entendernos. Al contrario, vivimos en una sociedad en la que los portavoces de la estupidez, la ignorancia y la mala fe se empeñan en enfrentar constantemente lo masculino con lo femenino, promocionando la aberrante idea de que alguno de ellos es superior al otro. Y así padecemos en la actualidad la dictadura de lo políticamente correcto (en ésta, como en tantas otras cosas) según la cual el Machismo debe ser erradicado para siempre del planeta y sus representantes, poco menos que lapidados, mientras que el Feminismo (que no es más que una degenerada versión del Machismo) es el estado "ideal" de las mujeres y sus representantes (representantas, en este caso), poco menos que glorificadas.

Sin embargo acabo de leer un libro muy curioso de David Deida, uno de esos gurúes internacionales del coaching y el desarrollo personal, que proporciona algunas pistas interesantes, al menos para los hombres. La verdad es que no lo hubiera leído si no fuera porque un colega de la Universidad de Dios insistió en que le echase un vistazo, ya que el título de la obra se las trae y me dejó un poco frío: El camino del hombre superior, ¡nada menos! A lo que hay que añadir el pomposo subtítulo de Los desafíos del amor y del deseo sexual en el hombre de hoy. Guía espiritual, ¡ahí es nada! Así que por recomendación de este colega le eché un ojo y, a pesar de que no comparto su visión de las cosas y algunas de las conclusiones a las que llega, sí tengo que reconocer que Deida resuelve algunas claves que sin duda serán útiles para aquellos hombres a los que, como a Val, les interese saber "un poco más" sobre el "extraño comportamiento" femenino.

Como no es cuestión de reproducir aquí el texto de este autor, me limitaré a sonsacar algunas de sus ideas a mi juicio más útiles:

* "El error maculino es pensar que algún día las cosas cambiarán. No es así. La situación nunca cambia. Mientras la vida continúe, el reto creativo es forcejear, jugar y hacer el amor con el momento presente mientras ofrecemos nuestros dones únicos (...) deja de esperar que lleguen los buenos momentos. Para empezar, dedica al menos una hora al día a hacer aquello que tienes la esperanza de hacer cuanto tus recursos económicos sean más abundantes, o cuando los niños hayan crecido y se hayan ido de casa (...) El mundo y tu mujer siempre te plantearán retos imprevisibles. O bien los vives plenamente, dando tu don en medio de estos desafíos o estás esperando un futuro imaginario que nunca llegará."

* "Nunca cambies de opinión para agradar a una mujer (...) Siempre deberías escuchar a tu mujer y después tomar tu decisión. Pero si eliges seguir su sugerencia pese a que en lo profundo de tu corazón sientes que hay otra opción mejor, lo que estás diciendo en realidad es: 'No confío en mi propia sabiduría'. Al decir esto, te estás debilitando. Y también estás debilitando la confianza que tu mujer tiene en ti: ¿por qué debería confiar en tu sabiduría si tú mismo no lo haces? Si niegas tu verdad más profunda para agradar a una mujer, todo el mundo sentirá tu falta de autenticidad."

* "El hombre nunca debe pensar que las pruebas que le plantea su mujer tendrán un fin y que su vida será más fácil. Más bien, él debe enteneder que ella hace estas cosas para sentir su fuerza, integridad y apertura (...) cada momento de tu vida es una prueba o una celebración. Esto es válido también para cada momento que pasas con tu mujer, sólo que multiplicado por dos. No es sólo que su simple existencia sea una prueba para ti, sino que uno de sus placeres más profundos en la intimidad es ponerte a prueba y sentir que su prueba no te saca a ti de tu sitio (...) Nunca se acaba: ése es el secreto. No puedes escapar de ello, encontrar a otra mujer no te librará de ello. La terapia no te librará de ello, ni la bonanza económica ni la maestría sexual. Tu mujer te pone a prueba porque te quiere, quiere sentir tu verdad y tu amor, y que ambos son más fuertes que las púas y pinchos que ella puede lanzarte. Sólo entonces podrá relajarse y rendirse, confiar en ti."  

* "Lo masculino quiere decir exactamente lo que dice. La palabra de un hombre es su honor. Pero lo femenino dice lo que siente. La palabra de una mujer expresa su verdad, pero su verdad de ese momento preciso (...) La regla básica es ésta: no creas el contenido literal de lo que diga tu mujer a menos que el amor fluya profunda y plenamente mientras lo dice. E icnluso así has de saber que probablemente te está hablando de sus sentimientos de ese momento, no necesariamente del tema de que esté hablando. Nunca bases tus planes en lo que la mujer diga que quiere hacer (...) en cualquier momento puede cambiar de opinión al variar sus sentimientos."


Hay muchas más cosas en el libro y, por supuesto, como siempre sucede con este tipo de obras una cosa es sentar la teoría y otra desarrollar la práctica. Pero al menos hay algo importante en el texto de Deida y es que su lectura supone un cierto alivio para los homo sapiens neófitos en los misterios femeninos. 







viernes, 17 de febrero de 2012

La defensa del sistema

Los tertulianos que comentan la actualidad del día a día en los medios de comunicación deberían leer, si no lo han hecho ya, uno de los artículos más inquietantes (aunque en absoluto sorprendentes para los que frecuentamos la Universidad de Dios y para aquéllos a los que les lleguen sus ecos a través de esta bitácora) que se ha publicado en los últimos tiempos en las revistas científicas. Es un artículo, por cierto, que no ha tenido mucho eco fuera de este ámbito (otra cosa nada sorprendente, dado su contenido). Lo firman varios especialistas en el estudio de la mente humana y se ha publicado en Current Directions in Psychological Science, editada por la norteamericana Association for Psychological Science. La conclusión básica de este trabajo es que, por triste que parezca, las personas corrientes siempre tienden a defender los sistemas en los que están inmersos, aunque éstos sean corruptos o injustos.

Eso sí, los psicólogos que han elaborado este informe facilitan cuatro justificaciones concretas para excusar en cierto modo a la gente por mantener esta actitud de “mantenella y no enmendalla”

1) La amenaza (del sistema mismo, y no sólo de las propias personas que lo integran; en tiempos de crisis, especialmente, la mayoría de la gente necesita creer no sólo que está haciendo lo correcto sino que además las reglas del juego que especifican cómo debe hacerlo también son correctas).

2) La dependencia (cuando la persona depende para su vida diaria de que el sistema funcione y por tanto defiende cualquiera de sus actuaciones; un experimento desarrollado por los autores del texto condujo a una serie de estudiantes a sentirse dependientes de su universidad y a partir de ese momento los estudiantes apoyaron las políticas de financiación de su institución educativa -que les afectaba directamente- mientras criticaban las del gobierno -que no les afectaba directamente- pese a ser las mismas).

3) La imposibilidad de escape (relacionada con la anterior, cuando la personas es incapaz de ver la fórmula para librarse de él y por tanto termina por adaptarse -ah, la sabiduría de mi libro de cabecera favorito, el Refranero Popular: "Si no puedes con él, únete a él"- y aprobar una serie de situaciones que, si las considera respecto a otros sistemas que ni le van ni le vienen, consideraría simplemente indeseables).

4) Y el escaso control personal (cuando la persona no tiene influencia para actuar sobre el sistema y cambiarlo de alguna forma; según este trabajo, cuanto menos control tenga un individuo sobre su propia vida, más apoyará al sistema y a sus líderes, pues le aportarán un orden y un cierto sentido de la existencia).

Sistema es, en este caso, sinónimo de muchas cosas. No tenemos que pensar sólo en la Matrix, el Gran Juego en el que estamos inmersos desde el momento en el que decidimos encarnar. Ni tampoco en grandes organizaciones políticas o sociales, según cuyas reglas de juego nos vemos obligados a actuar so pena de acabar en la cárcel o en un psiquiátrico. Sistema puede entenderse también como gobierno, empresa, matrimonio, asociación, etc. Cuando se reduce a este tamaño, parece increíble que el homo sapiens se muestre incapaz de liberarse de semejantes cadenas, pero así es. 

Un amigo muy cercano me contó un caso muy concreto: la presión ilegal (pero encubierta) y el boicot sistemático a que les sometía en su trabajo un delegado sindical corrupto (ya sé que en este momento los principales "malos" de la película son los banqueros y los grandes empresarios, pero las novelas y las películas deberían habernos enseñado que los mayores villanos son los que se disfrazan para no parecerlo y luego te clavan la navaja por la espalda: éste es uno de esos casos). La situación empeoró hasta el punto de llegar a poner en riesgo la actividad laboral de este amigo y sus compañeros, pero nadie, absolutamente nadie, fue capaz de levantar la voz y denunciar la situación. Siguiendo los puntos anteriores, la rebelión contra este sistema laboral no se producía en parte por dependencia (“dependes del trabajo y si protestas contra un fulano que se supone te está representando y velando por tus derechos, aunque no sea cierto, sabes que a continuación él y sus amigos van a ir a por ti y no te dejarán en paz hasta que te marginen o te echen”, me decía) y en parte por escaso control personal (“quise denunciarle pero ¿qué podía hacer yo solo? El resto de compañeros me daban la razón y me animaban a que presentara la denuncia contra él pero se negaron por miedo a acompañarme en la firma”).

Al final, mi amigo resolvió la situación cambiando de trabajo. Se libró de este sinvergüenza, pero no de la sensación de impotencia y amargura por su incapacidad real para afrontar el sistema. Tampoco se libró del reproche hacia sí mismo por no haberse atrevido, al final, a denunciarle, aunque nadie le hubiera apoyado oficialmente. Para ello tendría que haber asumido la soledad que siempre implica el camino del desafío, el único que merece la pena en la vida. Le dije que no se preocupara porque muy probablemente en su nuevo trabajo tendrá ocasión de enfrentarse a una situación muy similar y resolver esta contradicción interna suya en la que vive desde que cambió de empresa... Antes de empezar la carrera en la Universidad de Dios ya había yo aprendido que cuando la vida nos pone un problema por delante es para que lo resolvamos, y en esa acción debemos además aprender algo concreto. Si miramos para otro lado y eludimos el problema o lo resolvemos de manera mecánica, volverá a presentarse ante nosotros tarde o temprano, invariablemente. Y, por cierto, cuanto más tardemos en afrontarlo, más poderosa será su siguiente visita.

Volviendo al artículo, los psicólogos incluyeron sus ideas en la conocida como Teoría de la Justificación del Sistema, incluida en la psicología social. Según esta teoría, las personas tienden a defender su situación, sea buena o mala. Y si es mala, la "reconvierten" mentalmente para que parezca la única posible. De esta manera se gratifican psicológicamente justificando su propio ego y el grupo social al que pertenecen. Retorno al Refranero Popular: "Más vale malo conocido que bueno por conocer..."

Con todo esto, queda claro que cuando la gente ha de soportar un sistema determinado y, cuanto peor se encuentra dentro del mismo, más propensa es a justificar hábilmente sus deficiencias en lugar de rebelarse. El límite está, seguramente, en la subsistencia pura y dura: si llega un momento en el que la persona no puede sobrevivir porque no tiene qué comer ni un techo bajo el que cobijarse, terminará por saltar y enfrentarse al sistema, pues ya no tiene nada que perder. Pero hasta llegar a esa frontera, hay un amplio margen con el que mantener al rebaño bajo control. Lo vemos a diario.