Menos mal que se acaba este tormento porque ya no puedo más. Para mí es un esfuerzo tremebundo juntar letras para escribir estos textos. No entiendo cómo hay gente como al dueño de esta bitácora a la que le gusta perder tiempo construyendo frases. Por cierto que está a punto de volver por estos lares. A partir de octubre podréis volver a entreteneros con sus paranoias.
Yo me despido con otro pensamiento redondo del gran Johann Wolfgang:
Sólo es digno de disfrutar la Libertad aquél que la conquista a diario. Nadie es más esclavo que el que cree ser libre cuando en realidad no lo es.
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