Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Brave

Nunca he escondido mi debilidad por los cuentos de hadas y las leyendas "infantiles". Incluso en cierta ocasión escribí un artículo más duro de lo habitual (por lo personalizado) en esta misma bitácora en el que denigraba a una en aquel momento presunta responsable de un ministerio de un gobierno español y a una amiga suya con alto cargo bajo el brazo: ambas, un par de ignorantes de tomo y lomo emperradas en destruir la herencia oculta tras estas historias "para pasar el rato" que en realidad esconden claves de gran interés si se saben leer.  Así que nadie que me conozca un poco se sorprenderá si recomiendo una de las mejores películas de dibujos animados que he tenido la oportunidad de ver en los últimos años: Brave, escrita y dirigida por Brenda Chapman aunque, por problemas laborales dentro de la compañía cinematográfica fue más tarde sustituida por Mark Andrews. La mayoría de los críticos, cegados por su propia suficiencia y por el virtuosismo de las imágenes, se ha limitado a aplaudir la factura técnica de este largometraje sin llegar más allá e incluso calificándolo como un "Pixar menor" o "frustrado". Sin embargo, a mí me parece una de las mejores producciones de la compañía que, definitivamente, ha tomado el relevo del viejo Walter a la hora de transmitir a los niños (pero no sólo a ellos) la necesidad de cultivar los verdaderos valores que nos permiten aspirar a, algún día, poder llegar a ser humanos de verdad.  Incluso, ojalá, a llegar a ser algo más que humanos... 

Brave significa literalmente Valiente si bien, como forma verbal, To brave equivale a Desafiar. Quedémonos con este doble significado, que tendrá su explicación más adelante... Porque, como todos los verdaderos "cuentos para niños",  Brave relata en apariencia una historia simplona y entretenida bajo la cual, si nos fijamos, encontraremos algunos detalles de mayor trascendencia. Que los autores del guión se dieran cuenta o no de lo que estaban escribiendo, que introdujeran esos detalles a posta o por casualidad, no tiene importancia. El hecho es que alguien los colocó allí, para regocijo y consuelo de quien tuviera los ojos abiertos y para inesperada inspiración e iluminación de los demás.

No entraré aquí a evaluar la calidad técnica de los dibujos, que resulta simplemente extraordinaria como se puede apreciar en multitud de ellos: tal, la maravillosa textura de la cabellera de la pelirroja protagonista o el impresionante y detallado bosque en el que transcurre buena parte de sus aventuras. Me interesa la historia, que se centra en una Escocia medieval, en la que el rey Fergus y su reina Elinor tienen cuatro hijos: la mayor es Mérida (no deja de ser llamativo que escogieran un nombre tan español para una princesa escocesa: ¿acaso un guiño al hecho de que, tal y como cuentan los mitos irlandeses y en su día adelantó nuestro amigo Jorge María Ribero Meneses para ser confirmado más tarde por las investigaciones genéticas, los habitantes originales de las Islas Británicas son de origen español?), una chica independiente, belicosa y decidida, dotada de extraordinarios valor y voluntad y que por momentos parece la mismísima encarnación de Artemisa, sobre todo cuando emplea su arco con extraordinaria puntería. Los pequeños son un trío muy peculiar de niños: unos trillizos listos y juguetones que simbolizan, con el sexo cambiado y concentrados en una sola edad, la influencia de la Triple Diosa celta.

Mérida está, como se decía antes, "en edad de merecer" y sus padres desean casarle con el primogénito del líder de alguno de los tres clanes aliados de su padre, motivo por el cual se organiza un torneo para ver quién es más digno de su mano. Sin embargo, la chica no está por la labor de casarse y sentar la cabeza sino de encontrarse a sí misma y a su destino, en libertad. Su actitud provoca la irritación de Fergus pero, sobre todo, de Elinor, empeñada en "domesticar" y "normalizar" a su hija. Gracias a una treta legal (el torneo se organiza para que los aspirantes compitan por la mano de Mérida, pero ella indica que el arma a emplear será el arco y compite por su propia mano: al ser una fenomenal arquera, no sólo derrota sino que humilla a los tres aspirantes porque se gana a sí misma), la competición se convierte en un escándalo. Mérida discute con su madre y rompe un tapiz confeccionado a mano por Elinor que representa a la familia unida, antes de huir al bosque. Más allá de un místico crómlech, encuentra una bruja de la que obtiene un pastel hechizado para "hacer cambiar a mi madre". Antes de irse, la misma bruja le comenta que tiempo atrás cierto príncipe guerrero le pidió un encantamiento similar para adquirir una fuerza sobrehumana...

La idea de la protagonista es que Elinor cambie de opinión respecto a ella y la deje vivir su vida pero cuando le da a comer el pastel y éste surte efecto se da cuenta de que la brujería no es una actividad demasiado fiable..., porque su madre se convierte en una osa. Con la ayuda de los trillizos logra sacarla del castillo donde viven y regresar a la choza de la bruja, pero ésta ha desaparecido no sin antes dejar un mensaje en el que advierte de que la transformación será permanente al segundo amanecer (desde el punto de vista céltico y para ser puristas, debería ser el tercero, pero de acuerdo al desarrollo de la película no había material argumental para alargarla un día más) a no ser..., que Mérida logre "arreglar el vínculo que el orgullo rompió". Desolada y arrepentida, la joven trata de enmendarse arreglando la relación con su madre, que a su vez pone también de su parte tratando de entender las ideas y aspiraciones de su hija, aunque pierde la conciencia y la humanidad por momentos al convertirse poco a poco en una osa. Deambulando por el bosque, ambas encuentran unas ruinas donde descubren que el príncipe guerrero que también solicitó un hechizo (y la bruja, previsible, le dio el mismo) se convirtió en el terrible y demoniaco Mor'du, un oso asesino que, años atrás, estuvo a punto de acabar con la vida de Fergus, aunque se contentó con arrebatarle la pierna izquierda.

Mérida descubre al fin el secreto para arreglar la situación: el vínculo que debe arreglar es el tapiz que rasgó, que adquiere así un carácter mágico como los hilos con los que las Nornas tejen y destejen la vida de los mortales. Y además urge que lo repare, porque al volver al castillo descubre que los trillizos también han comido del pastel..., y se han convertido en tres simpáticos oseznos. Tras una serie de huidas y persecuciones, todos los personajes terminan en el crómlech, donde Fergus y sus hombres están a punto de matar a Elinor en su forma de osa cuando aparece Mor'du. Al final, Mor'du vence a los escoceses pero Elinor consigue matarle aunque queda mal herida. Mérida cubre a su madre con el tapiz, ya arreglado, mientras expresa en voz alta su arrepentimiento verdadero y su amor por su madre. La reconciliación se produce y tanto Elinor como los trillizos vuelven a su condición de humanos. La película termina con los clanes regresando a sus tierras, sin boda alguna y con Mérida y Elinor reconciliadas, cabalgando juntas, pero cada una su propio caballo.

He aquí una historia de pre-iniciación, especialmente recomendable para los más pequeños de la familia y en teoría dedicada también a las madres con hijas en edad adolescente. La propia Chapman ha contado que empezó a escribir el argumento inspirándose en su propia relación con su hija, una chica que definió como "muy fuerte de voluntad, con un carácter independiente". Se preguntó cómo sería ella de adolescente y se contestó a sí misma escribiendo el guión. Por cierto y como suele suceder tras el estreno de una película con "princesa Disney" incluida, se ha puesto de moda el look de la protagonista: en esta ocasión, la espectacular melena pelirroja, como puede apreciarse en la imagen de la famosa agencia Cosplay, aquí a la derecha. Sin embargo...

Sin embargo podríamos buscar una interpretación diferente. Las canciones de la banda sonora nos facilitan algunas pistas curiosas. El tema principal, Volaré, resulta un tanto etéreo pero ya nos indica por dónde van las cosas y nos muestra el deseo más profundo de la protagonista: Allá donde el viento habla/y el cielo es más azul/allá donde las estrellas/te iluminan con su luz empieza situándonos en un lugar fuera del mundo corriente, un mundo al que aspira Mérida sin tener muy claro cuál es, pero que le llama poderosamente. Un lugar en el que Correré/Volaré/Con el viento cabalgaré: las referencias a las cabalgadas y las cabalgadas mismas que vemos en la película nos conducen una y otra vez al símbolo esotérico del caballero:

 el hombre que monta su caballo y lo conduce, es decir, que se domina a sí mismo, a su parte animal. Allá donde el bosque esconde/secretos que nunca sabrás/las montañas se hacen eco/de historias de tiempo atrás sigue indicándonos que lo que interesa no es la vida convencional, en el castillo convencional, con un marido convencional integrado en un clan convencional, sino los "secretos". Los principales secretos que se desvelan en las aventuras de la protagonista son los fuegos fatuos, el crómlech y la bruja. Todos hablan de historias antiguas acerca de civilizaciones anteriores y de poderes mágicos, olvidadas por las gentes corrientes pero cuya influencia es obvia para aquéllos dispuestos a ir más allá de lo convencional. Seré fuerte como la rocas/y orgullosa gritaré se refiere de nuevo a las piedras del crómlech pero ¿por qué gritará orgullosa? ¿Tal vez porque esas extrañas "rocas" le ayudarán a reconocerse a sí misma como diferente, como heredera de cierto linaje ahora ignorado y por tanto secreto para el mundo?


A la luz del Sol nos aclara aún más cosas. Como una estrella es nuestro amor/en la distancia nos da su calor resulta un comienzo curioso pues aunque el título habla del Sol (el título en español) la referencia no es a este astro sino a una estrella que está "en la distancia". ¿Y qué comparación es ésa del amor con una estrella? Y con su tenue iluminar/hoy nos recuerda lo que hicimos mal/y aunque el orgullo nos separó/el destino al fin nos unió insiste en que se trata de una estrella, ya que da tan poca luz, y de una estrella muy especial, porque nos recuerda un error, una caída del pasado debido a ese orgullo antes mentado. El orgullo es el pecado de Lucifer, el que "quiso ser como Dios". El asunto evoluciona aún de forma más interesante cuando canta Nuestro muro/se va a derrumbar/Puedo sentir la tierra vibrar/Yo quiero huir de esta prisión/hacia la luz del Sol. Más claro no puede ser: Mérida se siente prisionera en un mundo que no es el suyo, pero la fuerza de esa estrella especial (teniendo en cuenta la anterior referencia luciferina -ojo, no satánica sino luciferina, que es muy diferente-, ¿es posible que la estrella no sea tal sino un planeta muy concreto, asociado a esta influencia? ¿Venus, por ejemplo?) logrará romper sus cadenas materiales pues su poder es de tal calibre que puede hacer temblar la misma tierra. Y una vez libre, podrá escapar de la cárcel hacia la luz de un Sol que tal vez no sea el mismo Sol al que estamos acostumbrados... ¿Cómo llegamos hasta aquí?/Cuánto nos queda aún por decir/Pero no será nunca nada igual/porque esto no ha hecho hoy más que empezar nos conduce de nuevo hacia el lamento por el antiguo error y la promesa de arreglarlo, ahora que se conoce la situación, el punto en el que se encuentra la protagonista.


Dando vueltas a lo que sugieren las canciones y a ciertas características del relato, algunas ya sugeridas, podemos armar una interpretación alternativa, más peligrosa. Una interpretación con obvios toques gnósticos. Veamos: un alma llamada Mérida se da cuenta de que vive en un mundo que no la satisface y al que no encuentra sentido. Siente cariño por la familia que le ha tocado, pero en realidad se siente ajena a cuanto le rodea, porque la verdad es que ella es diferente del resto de jovencitas: no hace lo mismo que las demás y no aspira tampoco a lo mismo, pues pertenece a una estirpe que un día "cayó" en el mundo y desde entonces busca restañar la Herida. Por eso siente nostalgia de una patria perdida (la de su propio espíritu, aunque no es consciente de ello) que nunca ha visto pero que persigue desde el fondo de sí y a la que ansía llegar aunque sea volando. Necesita encontrar el sentido de la existencia: es decir, el camino hacia esa patria lejana y estelar, y para eso debe ser libre de ataduras. 

Lo primero es conquistarse a sí misma, lo que hace en el torneo, en el que lucha para liberarse y ser merecedora de seguir su propio camino. Pero cae en un error habitual en el estrecho y difícil sendero del Ocultismo verdadero: confunde la espiritualidad con la hechicería. Eso le causa grandes problemas con su familia de este mundo, problemas que debe resolver, puesto que es imposible lograr armonía y avances en mundos sutiles si antes no se ha hecho lo propio en el plano material. Hay que tener mucho cuidado con la Bestia, encarnada en la condición de oso: el hombre (y la mujer, y los niños) corriente, progresivamente animalizado por los efectos del materialismo. Y, en especial, con Mor'du (Murder: Asesinar, en inglés) la encarnación del Gran Encadenador. El momento cumbre, el que resuelve todo, es el enfrentamiento en medio del crómlech (con los líticos poderes de los antepasados) contra Mor'du y la derrota de éste. La lucha es terrible y peligrosa, pero uno sólo se puede enfrentar al rostro desfigurado del Demiurgo si es valiente y rebelde, si posee el Fuego (rojo, como la cabellera roja) en su interior. Y el Fuego no se compra, ni se adquiere de otra manera: se tiene o no se tiene.


La película es, en efecto, un relato de pre-iniciación, que no termina con el clásico The End. Al final de la historia, Mérida no ha hecho otra cosa que ganarse el derecho a empezar a buscar el conocimiento que desea encontrar. El final no es más que el principio de su próxima y más importante aventura..., pero ésa es otra historia.

O eso, o he bebido demasiada vodka.












2 comentarios:

  1. Mu gustó tanto esta película, que tengo a la rebelde princesa como fondo de pantalla. Y que su nombre fuera Mérida me llamó mucho la atención (soy extremeña) no sabía que los habitantes de Escocia pueden tener origen español. Completamente de acuerdo, a veces las películas no son lo que parecen.

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  2. Tito, eres un CRACK! Pensé que no iba a llegar al final de la publicación (a veces soy bastante perezosa para acabar un artículo), pero me quito el sombrero. Chapeau. Buenísimo. Personalmente, la peli me encantó! pese a que me tuve que "enfrentar" con las típicas críticas de algunos amigos que decían que como me podían gustar estas ñoñerías...ya ves, la ignorancia es atrevida.
    GRACIAS por escribir.
    Helena

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