Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Lucharon en batallas decisivas

Estamos terminando 2013 y podría decir que ha sido un año raro. Bueno, tan raro como los últimos cincuenta durante esta reencarnación. Han pasado muchas cosas y de algunas he conseguido enterarme mientras que otras, a día de hoy, sigo analizándolas con el microscopio (o con el telescopio, según). Pero lo que sí es cierto es que desde el punto de vista literario ha sido uno de mis mejores años, hasta el momento. A finales de mayo se publicó mi tercera novela, La tumba de Gerión (un proyecto especial que llevaba ya años de retraso en ver la luz). En junio apareció mi relato Valhalla en la antología de Ciencia Ficción Más Allá de Némesis (coordinada por Juan Miguel Aguilera). Y ahora en noviembre, además de la publicación de mi cuento Gigantes y cabezudos en la antología de género detectivesco España negra (reseñada en el artículo anterior), llega al mercado Lucharon en batallas decisivas: mi último ensayo, esta vez centrado en la Segunda Guerra Mundial.

Lucharon en batallas decisivas obedece a un interesante planteamiento de Ediciones Robinbook, en cuya colección de Historia Bélica se puede encontrar ya. Se trata de analizar el mayor conflicto contemporáneo desde una perspectiva inédita en papel: a través de las historias personales de los personajes que participaron en esa suprema ordalía que es la guerra, capaz de hacer aflorar lo más terrible del ser humano (a través de su capacidad para hacer daño a los demás) pero, paradójicamente, también lo más hermoso (en forma de virtudes como el honor, el coraje o la inteligencia). Esta forma de presentar los sucesos en capítulos forzosamente breves permite además disfrutar del libro en cualquier lugar en cualquier momento, por ejemplo durante los trayectos en transporte público, según me ha confirmado ya algún lector. La editorial ha publicado hasta ahora cuatro textos de esta colección, de los cuales el mío sirve como un repaso (muy) sintetizado al período completo 1939.1945 a través de diez capítulos. Cada uno de ellos incluye una síntesis previa del escenario sobre el que operaron estos personajes.

Los capítulos son Blitzkrieg, asalto a Polonia (con la ruptura formal de hostilidades a raíz de la invasión alemana del territorio polaco); La batalla de Inglatera, "Nunca tantos..." (o la confirmación de que Hermann Göring fue tan gran piloto de caza en la Primera Guerra Mundial como un perfecto inútil como organizador de la Luftwaffe durante la Segunda Guerra Mundial); Operación Barbarroja, la guerra deseada (la guerra verdadera que desde el primer momento deseó Adolf Hitler, cuyo objetivo no era la conquista del mundo ni todas esas tonterías que se repiten tontamente por ahí, sino la destrucción de la Unión Soviética en cuanto para él encarnaba el régimen político alumbrado por el "judío internacional" que éste deseaba extender a todo el planeta); El Alamein, el zorro en el cepo (donde brilló uno de los principales generales alemanes, admirado en ambos bandos por sus excepcionales cualidades militares y personales, Erwin Rommel el "zorro" del desierto); El Atlántico, "¡Hundid el Bismarck!" (que demuestra la supremacía británica en el océano, su primera y principal trinchera, casi se podría decir que su "trinchera eterna" frente al enemigo); Stalingrado, la batalla decisiva (donde la URSS decidió el destino de la guerra en una de las batallas más terribles); Pearl Harbour, la excusa perfecta (la excusa para Franklin D. Roosevelt, que estaba como loco por llevar a EE.UU. al conflicto pero no encontraba el argumento con el cual convencer a su reacia población local); Normandía, la nueva Troya (una batalla en la que se pueden contar bastantes más cosas que el tópico de  "salvad al soldado Ryan"); Iwo Jima, la bandera de Rosenthal (y el fin de las aspiraciones japonesas a pintar algo en el Pacífico) y Berlín, el Ragnarok (el apocalipsis del III Reich).

Cualquier aficionado al tema, al echar un vistazo al libro, podría preguntar: ¿y por qué no Montecassino, o Kursk, o Guadalcanal..., o cualquier otra batalla también importante? Pues sencillamente porque el espacio del libro es limitado. Y la idea no era confeccionar una enciclopedia exhaustiva del conflicto, sino un cuadro general del que extraer las pinceladas concretas, que es lo que lo hace diferente a otros ensayos sobre este asunto.

A lo largo de Lucharon en batallas decisivas (que por cierto no era el título original), podremos conocer desde la maldición de Tamerlán y su influencia en la invasión alemana de la URSS hasta la importancia que tuvo una gaita para el desembarco de Normandía, pasando por quién fue el mejor francotirador de toda la guerra, por qué un oso fue nombrado oficialmente soldado del ejército polaco, dónde apareció el más famoso de los militares japoneses treinta años después de terminadas las hostilidades o cómo se llamó el mejor piloto de caza de toda la historia de la aviación militar..., entre otras curiosidades, algunas más conocidas que otras, sobre este período tan dramático como determinante de nuestra época contemporánea.

"¿No paras nunca? ¿Cómo puedes escribir tantas cosas, teniendo en cuenta el poco tiempo que tienes, con todas las otras actividades que realizas aparte?" Eso es lo que suelen preguntarme algunos conocidos que ignoran mi condición de alumno en la Universidad de Dios. Y eso que estoy en tercero de carrera. Cuando llegue, no sé, a séptimo u octavo, me salgo de la tabla...





 

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