Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

lunes, 10 de junio de 2013

Eye in the sky

Como buen felino, Mac Namara posee una gran sensibilidad y por tanto es un consumado melómano. Debe ser el único gato del mundo que se pasea por ahí escuchando música con un iPod (eso sí, sólo dentro de nuestro apartamento, porque llamaría la atención si se diera una vuelta de esta guisa fuera de casa), que sujeta a su propio lomo con uno de esos complementos que compra la gente que hace footing para colocarse en el brazo. Claro que él no es un gato normal pero..., en fin, que nunca deja de sorprenderme. Lo cierto es que le gusta todo tipo de música, aunque como era de esperar sus preferencias no pasan por la clásica, ni la folk, ni la pop..., sino por la conspiranoica. ¿Existe música conspiranoica? ¡Por favor, estamos hablando de Mac Namara! Naturalmente que existe esa clasificación..., al menos para él. La mejor prueba de que está oyendo algo de ese estilo es que nunca la escucha mientras está en movimiento o comiendo o haciendo cualquier otra cosa, sino que se dedica exclusivamente a su aparatito de música, perfectamente agazapado en una esquina de la habitación, en estado de alerta y con los ojos muy abiertos, como si eso le ayudara a comprender mejor las "canciones con mensaje", como las califica en su particular clave.

- ¿Qué escuchas hoy? -le pregunto mientras ordeno libros.

- Uno de los discos advertencia más famosos del siglo XX... -contesta rotundo y, ante mi mirada inquisidora, aclara-: Adelantando lo que tenemos hoy. Ya sabes que los Amos que gobiernan el mundo trabajan siempre con muchos años de anticipación. De vez en cuando alguien tiene acceso a sus planes y los filtra en forma de novelas o películas de "ciencia ficción". Pero en los últimos decenios los humanos habéis incorporado otra forma de avisar: la música.

- ¿Ah, sí? Sorpréndeme -le reto.

Entonces mi gato conspiranoico se quita los cascos y enchufa su iPod a la minicadena. Escucho el inconfundible estribillo de Eye in the sky de The Alan Parsons Project, uno de los discos más poperos y exitosos de los años ochenta del siglo pasado, y pongo cara de uva pasa.

- ¿Esto es lo que tú llamas un disco de advertencia? -planteo con escepticismo.

-¿Has escuchado la letra? -me responde, preguntando a su vez.

Estoy a punto de contestarle que cientos de veces..., pero, en realidad, lo que he hecho en tantas ocasiones es oír la melodía y, apenas, tararear el estribillo. Da tanta pereza ponerse a traducir del inglés... Picado, busco las letras originales y las encuentro enseguida en el interior del disco original. Incluida la de esta canción que en su día fue superventas. Me obligo a traducir y leer.


Don't think sorry's easily said,
don't try turning tables instead...
You' ve taken lots of chances before,
but I'm not gonna give anymore.
Don't ask me.
That's how it goes, 
cause part of me knows what you're thinkin'...

(No creas que es fácil pedir perdón,
no intentes dar la vuelta a la situación...
Tuviste un montón de oportunidades antes,
pero no voy a darte ninguna más.
No me preguntes.
Así es como funciona,
porque parte de mí sabe lo que estás pensando...)

Don't say words you're gonna regret,
don't let the fire rush to your head...
I've heard the accusation before
and I ain't gonna take anymore.
Believe me:
the sun in your eyes
made some of the lies worth believing.

(No digas palabras que más tarde lamentarás,
no dejes que el fuego llegue a tu cabeza...
Escuché las acusaciones antes
y no voy a aguantarlo por más tiempo.
Créeme:
el sol en tus ojos
hace que merezca la pena creer algunas de las mentiras.)

I am the eye in the sky
looking at you, 
I can read your mind.
I am the maker of rules
dealing with fools,
I can cheat you blind.
And I don't need to see anymore
to know that
I can read your mind, I can read your mind.

(Soy el ojo en el cielo
observándote, 
puedo leer tu mente.
Soy el que fija las reglas
negociando con los tontos, 
puedo hacerte trampa incluso a ciegas.
Y no necesito ver más
para saber que
puedo leer tu mente, puedo leer tu mente.)

Don't leave false illusions behind,
don´t cry cause I ain't changing my mind...
So find another fool like before
cause I ain't gonna live anymore believing
some of the lies while all of the signs are deceiving.

(No abandones las falsas ilusiones, 
no llores porque no voy a cambiar de opinión... 
Así que encuentra a otro tonto como antaño
porque no voy a seguir viviendo creyendo
algunas de las mentiras cuando todas las señales son engañosas.)

I am the eye in the sky...

(Soy el ojo en el cielo...)

Rumio el texto y planteo:

-Una canción de desamor, ¿no?

-¡Vamos! -bufa Mac Namara- Ni tu mismo te lo crees. Sólo con el estribillo ya sería suficiente. Ese ojo del Gran Hermano que te observa desde el espacio, como los sistemas de vigilancia de Echelon, que organiza el gran juego, que puede leer tu mente... Lo que sugiere el resto de la canción lo puedes imaginar hasta tú. Pero es que además, ésta es sólo la pieza más conocida de un álbum todo él muy llamativo. Empezando por la portada. Mírala con cuidado.

Recuerdo bien esa portada, de un fondo verde cuarto de baño con un ojo de Horus amarillo solar bien impreso sobre ella. Sé, porque Mac Namara me lo ha contado muchas veces (y porque lo vimos también en la asignatura de Simbología y Alfabetos Mágicos de la Universidad de Dios), que una de las principales claves para interpretar los mensajes secretos pasa por la comprensión de que los mismos símbolos y gestos significan cosas muy diferentes para los que están en uno o en otro bando, aunque gráficamente se expresen de manera similar. El ojo, en el lado de los "buenos" alude al 
despertar, al estado de alerta y comprensión del mundo por parte de aquél que sabe, pero en el lado de los "malos" se refiere al control social y a la dictadura mental promocionada y ejercida por aquél que también sabe y además trata de imponer su poder personal sobre los demás. Entre las 13 (vaya...) fotografías de la contraportada, hay una en la que aparece un satélite con un objetivo apuntando al observador, otra en la que se ve una sala de control con varias pantallas y una tercera en la que el ojo aparece, como si fuera el anagrama de una empresa de seguridad, en la manga de una camisa similar a la empleada por los guardias de este tipo de compañías.

- ¿Sabes quién diseñó esta portada? -pregunta Mac Namara y, antes de que me dé tiempo a contestar negativamente, explica-: un colectivo británico de diseño gráfico llamado Hipgnosis. Interesante fusión de Hipnosis y Gnosis, ¿no te parece? Este grupo fue impulsado por Storm Thorgerson, Aubrey Powell y más tarde Peter Christopherson, al frente de un equipo bastante amplio de gente que entre otras cosas trabajó para algunos de los grupos de rock y pop más famosos de la segunda mitad del siglo XX, muchos de ellos relacionados con las más delirantes leyendas urbanas, algunas de las cuales tú conoces bien que tenían bastante de realidad, más que de leyenda. Entre otros discos, diseñaron las portadas de 'A saucerful of secrets', 'The dark side of the moon' y 'Wish you were here' de Pink Floyd, 'In through the out door' y 'Houses of the Holy' de Led Zeppelin, 'Never say die!' de Black Sabbath, 'Animal magnetism' de Scorpions, 'The Electric Light Orchestra' de la ELO..., y muchos otros. Incluyendo varios de la propia banda de Alan Parsons como 'Pyramid' o 'Tales of mystery and imagination'".

Contemplo de nuevo la portada, simple en su concepción, atractiva en su sencillez. Y me fijo en los títulos de las melodías. Ahí consigo apuntarme un punto al adelantarme a mi felino amigo, a la hora de señalar una pista.

-Vaya... Veo que el primer tema se titula nada más y nada menos que Sirius...


Añadir leyenda
Sirius o Sirio, la Estrella del Perro, uno de los cuerpos celestes por excelencia no sólo en los tratados mitológicos sino en los conspiranoicos. Para los antiguos egipcios, era no sólo el eje de su calendario alrededor del cual giraba todo el año sino la conexión cósmica con la divina Isis, la diosa por excelencia en la Tierra Negra. Un astrónomo británico llamado Robert Temple publicó un libro más que interesante sobre este asunto,  El misterio de Sirio (en esta edición que reproduce la imagen, con el añadido en portada del rostro del gran Akhenaton, que sabía también), en el que relataba el asombroso conocimiento que la aislada tribu africana de los dogon poseían acerca de la existencia de esta estrella y su gemela Sirio B. Según estos nativos instalados en el valle del Níger, los datos astronómicos a los que ellos no tenían manera de acceder debido a su nivel prehistórico de tecnología se deben a la visita de "dioses" (léase viajeros de otros planetas) que llegaron a sus tierras y con los que se relacionaron mucho tiempo atrás. No hace falta recordar que esta idea es, todavía hoy, absolutamente herética para la ciencia oficial, incluso como mera posibilidad.

-Sirius, sí. Como para no verlo. ¿Qué más? -pregunta indolente mi gato.

Eye in the sky es el segundo tema y después viene Children of the moon (Los niños de la luna). Es pensar en nuestro satélite y empezar a imaginarme cosas. No es ya una deformación profesional de conspiranoico: es que en esta reencarnación he nacido Cáncer, así que resulta inevitable. Así que la letra de la canción también sugiere cosas interesantes. Traduzco algunas frases inquietantes en voz alta:

-"Dejamos que el hombre ciego nos guiara durante demasiado tiempo. Es fácil ver en qué nos equivocamos... Estamos perdidos en medio de un mundo sin esperanza... Niños de la luna: escondidos del sol y del cielo... Seguid la peregrinación al Templo del Amanecer. El altar está vacío y el sacrificio está hecho. Dejamos que los Hombres Locos escribieran las reglas de oro. Nosotros no éramos más que necios mortales."

-¿Quién será el "hombre ciego"? ¿A quién pertenece ese Templo del Amanecer? Temple of the dawn...¿Recuerdas a la Golden Dan? ¿Y quiénes son los Hombres Locos? El que escribió esa letra, ¿en qué estaba pensando?

-Oh, venga, Mac... Son unos versos simples para un disco pop... Símbolos tontos, palabras que riman...

-Sigue leyendo.

A continuación aparece Gemini (Géminis), pero no me atrevo a decir nada en voz alta. No sé si Mac Namara espera que diga algo sobre el programa espacial del mismo nombre, el Géminis, que sirvió para definir la carrera hacia la Luna (los "niños de la luna..." de la canción anterior ¿tendrán algo que ver en este inmenso dolor de cabeza que se me está poniendo entre ceja y ceja?) que materializaría luego el programa Apolo o espera más bien que me refiera al doppelgänger. Encuentro algo más claro el quinto corte, el último de la primera cara en el LP original: Silence and I (El silencio y yo). Y tiro por ahí:

-"Si llorara en voz alta por las penas que he conocido y los secretos que he escuchado, podría aliviar mi mente. Alguien podría compartir la carga, pero no puedo pronunciar ni una palabra..." Suena como el que sabe algo muy gordo pero no puede revelarlo so pena de que le peguen un tiro o poco menos.

-Tal vez se lamenta de no poder ser más explícito en sus letras..., de tener que estar permanentemente en silencio, porque si decidiera hablar le sucedería como al protagonista de la canción siguiente, que titula: 'You're gonna get your fingers burned'. Es decir: 'Vas a quemarte los dedos'.

- Y gato escaldado, del agua fría huye -añado con sorna.

Pero Mac Namara hace como que no me escucha y traduce en voz alta:

-Este tema es también bastante claro, un poco en la línea de 'Eye in the sky'. Escucha esta parte de la canción: "Mírame de cerca, capta mi atención. Si lo haces, te ruego que me recuerdes. ¿Quién es ahora el fuerte? ¿Quién es el débil? Entre aquéllos que buscan y no saben dónde encontrarme..." Porque, y ahora viene lo gordo, advierte de que "...Pensé que habías aprendido, pero vas a quemarte los dedos ... Entiende que lo que ves es sólo una ilusión... Cada movimiento es un juego de manos y cada palabra está prevista para enmascarar lo que ocurre ante ti..."

Mi gato conspiranoico se embala a partir de ese momento:

-Después viene la canción 'Psychobabble' (Balbuceo psicótico), otra de las claves del álbum, porque inevitablemente nos conduce hacia los proyectos de control mental, estilo Mk-Ultra. En la época de la primera edición de este disco empezaban a filtrarse las primeras informaciones acerca de estos programas criminales de los servicios secretos norteamericanos, aunque en honor a la verdad nunca se insistirá lo suficiente en que no sólo se desarrollaron en Estados Unidos, ni mucho menos. Observa este fragmento en particular: "Deja que te hable acerca de un sueño que tengo cada noche... Tómame por un loco si piensas que eso es lo correcto. Pero lo cierto es que nunca estoy solo, aunque no haya nadie a la vista. No sé por qué tengo pánico de que un relámpago me alcance..." O éste otro: "Ayúdame a encontrar lo que no quiero saber. Me estás llevando Allí, pero yo no quiero ir. No me importa que me golpee el balbuceo psicótico..." ¿Dónde es Allí, que además aparece en mayúsculas para subrayar la importancia del lugar? O aún este tercer pedazo bastante obvio:  "Estás leyendo mi mente, no estás mirando a mis ojos. Dices que yo he hecho cosas que no he hecho. Pero no me importa si me golpea el balbuceo psicótico..."  Después de esta canción tenemos 'Mammagamma': un título intraducible, de corte instrumental y repetitivo, que bien podría sugerir los condicionamientos mentales psicóticos a los que alude el afectado en la letra anterior. Y a continuación aparece 'Step by step' (Paso a paso), otra declaración de intenciones. Escucha: "Sólo fui un comodín en un juego serio. No tuve el coraje para jugar. Pero tarde o temprano encontraré una razón para tirar todo a la basura ... tengo que hacer Algo respecto a eso". ¿Está reconociendo que se ha arrepentido y quiere hacer público todo lo que sabe (eso es hacer Algo: algo importante)?

Mac Namara se calla un instante para tomar aire y yo meto baza:

-Creo que al final no llega a confesar -sentencio- porque el título de la última canción es 'Old and wise' (Viejo y sabio). Si hubiera contado lo que conocía, no le hubieran dejado llegar a viejo, ¿no crees? Y eso que tenía un amigo, según la canción, al que podría haber explicado todos sus secretos. O a lo mejor lo hizo y por eso el amigo ya no existe, puesto que en un momento dado reconoce que lo perdió. Aún así, es como si le cantara a su recuerdo. Mira: "Tan lejos como mis ojos pueden ver, hay sombras que se acercan hacia mí. Y quiero que tú sepas acerca de aquéllos que dejé tras de mí. Siempre compartiste mis pensamientos más profundos. Me seguiste donde fui..." hasta que dejó de seguirle por lo que fuera. Siguiendo tu lógica, hasta que se lo cargaron. Y por eso le recuerda con nostalgia y cierta ternura y, si alguien le preguntara en el futuro, dice que "yo sonreiría y diría que fuiste un amigo mío".

Al terminar el repaso me quedo unos instantes contemplando el álbum, sin saber qué decir. Es una locura. La interpretación de todas esas letras en la versión de Mac Namara no tiene ni pies ni cabeza, aunque durante un breve instante y debido a su insistencia y sus sugerencias pueda habérmelo parecido. Pero es ridículo: ¿cómo van a meter todos esos mensajes conspiranoicos en un simple disco de música ligera? Es buscar los tres pies al gato (y nunca mejor dicho) porque sí. Trato de construir una frase lo bastante contundente como para echar por tierra sus desvaríos, pero él se me adelanta. Antes de desaparecer pasillo adelante con los auriculares puestos de nuevo en su iPod a fin de reservarse para sí mismo la música que le gusta, me suelta:

-Sé que te he cambiado la perspectiva de las cosas una vez más. Nunca volverás a escuchar de la misma manera la música de The Alan Parsons Project. Especialmente la de este disco. 

Y el maldito tiene toda la razón.





 



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