Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Islas en el cielo y la tierra hueca

Algunos lectores de mi última novela, Islas en el cielo, dicen habérselo pasado en grande leyéndola (bueno, en realidad, todos los lectores que me han hecho llegar una crítica directa al respecto desde que se publicó el pasado mes de junio -las novedades respecto a esta obra se pueden seguir en el blog http://islasenelcielo.blogspot.com/- dicen haberse entretenido mucho con ella; lo cual me hace plantearme si es que todavía la han leído pocas personas o es que quienes la consideran una mala novela no se atreven a decírmelo por si les aplico Martillos tronando, Rompe espaldas o cualquier otra técnica de Kenpo) pero me plantean una queja científica: cómo se me ocurre partir de la base de la existencia de una Tierra hueca cuando hoy todo el mundo sabe que vivimos sobre un planeta macizo. Eso hubiera estado bien si la hubiera escrito hace cincuenta o cien años, pero no hoy...

Está bien pero, ¿vivimos de verdad sobre un planeta macizo? Lamento comunicar a más de uno que en realidad ésa es sólo una creencia mayoritaria.

Cuando en el siglo XIX se reinventó en Inglaterra la máquina de vapor (sabemos hoy que algunos científicos grecolatinos ya habían hecho sus pinitos en la materia muchos siglos atrás, pero sus avances técnicos fueron frenados y silenciados por el fanatismo religioso anti científico impuesto por la Iglesia de Roma durante la Edad Media) y se empezó a probar una nueva máquina llamada locomotora de vapor que revolucionaría la industria, la prensa de la época publicó alarmados artículos acerca de los riesgos de viajar a velocidades en torno a los 40 kilómetros por hora, que era lo máximo a lo que aspiraba a funcionar el nuevo medio de transporte. Según los científicos de la época, montar en una máquina de ese tipo suponía arriesgar la vida puesto que si uno no moría por la presión ejercida por el aire (!) lo haría ante la imposibilidad de poder respirar normalmente a semejantes velocidades (!!)... Hoy tenemos trenes que marchan a más de 300 kilómetros por hora. Sería interesante montar a alguno de aquellos científicos británicos en una máquina del tiempo y traérnoslos aquí para que viajaran en uno de ellos y nos contaran su experiencia.

Éste es sólo un caso de muchos que conozco y que desde siempre me han llevado a mantener una postura tan escéptica y crítica ante la ciencia como ante la religión o cualquier otra actividad humana. Aceptamos sin rechistar cualquier cosa que se nos cuenta desde los medios de comunicación invocando el principio de autoridad y prestigio (- Es que esto lo ha dicho Fulanito...) cuando a estas alturas ya deberíamos saber que semejante argumento de presunto peso no lo es en absoluto (por recordar un tema de moda: ignoro por qué se le sigue haciendo tanto caso a los informes de las agencias financieras de riesgo como Moody's y compañía, cuando ninguna de ellas fue capaz de prever la famosa crisis internacional e incluso días antes de que se manifestara con hechos como la quiebra de Lehman Brothers otorgaban su mejor puntuación a esta empresa). En el caso de la ciencia, como en el resto de los parámetros que condicionan nuestra vida diaria, se nos exige que aceptemos una serie de realidades absolutas que no son (y los propios científicos lo saben) más que meras hipótesis generalmente tenidas como las más probables pero no certificadas realmente como auténticas.

Hay muchos investigadores que han escrito sobre esto, como Dan Agin, profesor emérito de genética molecular y biología celular de la Universidad de Chicago, doctor en psicología biológica y, por si fuera poco, editor jefe de Science Week. Agin es autor de un par de libros interesantes, que nunca han sido best sellers (¿por qué será? ¿tal vez por sus títulos, que los convierten en difícilmente promocionables?): Mentiras de la ciencia y Ciencia basura, cómo nos engañan políticos y multinacionales. 

Algunas opiniones de Agin en entrevistas que le han realizado: "No hay certezas en la ciencia. Todas las conclusiones que tenemos están basadas, o deberían estarlo, en los hechos tal y como hoy los conocemos, pero si mañana llegan nuevos hechos tendremos que cambiar las conclusiones. Eso no es fácil, por supuesto, y muchas personas se aferran a sus conclusiones y lo harán hasta la muerte, sin importar la importancia de los nuevos hechos (...) los científicos son influyentes porque la gente les ve como autoridades..., pero la verdad es que la mayoría de ellos sabe mucho acerca de su especialidad y no demasiado sobre todo lo demás (...) los científicos son personas como las demás y sus motivaciones no son diferentes. Algunos están en esto porque les gusta competir con otra gente inteligente. Otros, para mejorar su status social y ganar dinero. Tal vez una minoría, porque quieren conocimiento puro y disfrutan resolviendo enigmas  (...) Sí, supongo que la ciencia es hoy un 'sacerdocio' aunque no se pronuncien votos, ni se vistan hábitos y en general no suelan dictarse leyes morales."

A partir de este punto trataré de contestar algunas de las preguntas que me han hecho acerca de la novela, todas girando en torno a esa misma crítica antes apuntada. No olvidamos la definición oficial según la cual, el interior de la Tierra está dividida en varias capas según su composición química o sus propiedades físicas. La superficie externa es una corteza sólida bajo la cual se encuentra un manto de alta viscosidad y entre ambos está la llamada discontinuidad de Mohorovicic, una zona de transición que se ubica entre los 10 y los 70 kilómetros de profundidad. Luego vendría el manto, con distintas zonas de transición, que llegaría desde una media de 33 kms. de profundidad hasta cerca de 3.000. Y en el fondo, tenemos el núcleo de ferroníquel, dividido en externo e interno. El primero, de carácter líquido; el segundo, sólido. Hago notar que todos estos datos oficiales figuran en las descripciones científicas precedidas siempre con expresiones de este tipo: "hoy se cree que", "los científicos piensan que", "evidencias sugieren que" y otras por el estilo.

Comentario 1: Si la Tierra fuera hueca, se sabría: no es de recibo imaginar conspiraciones para esconder información, en las que siempre aparecen los EE.UU., la NASA y otras organizaciones así.

Respuesta 1:  No necesito llamar a Mac Namara para hablar de conspiraciones, porque cualquier buen periodista que lleve los años suficientes ejerciendo esta profesión (insisto en el verbo ejercer, puesto que no incluyo en esta referencia a los periodistas del "corta y pega" que por desgracia tanto abundan en la actualidad) podría contar un montón de historias acerca de asuntos que jamás le dejaron publicar. Hoy por ejemplo se está empezando (tímidamente todavía, pero se está empezando) a revelar en público en medios de comunicación importantes lo que en ciertos ambientes periodísticos ha sido vox populi durante muchos años: la implicación de EE.UU. en el atentado de ETA que costó la vida a Carrero Blanco, para forzar a España a evolucionar hacia la democracia en lugar de instalar a un segundo Franco en el poder. Si eso hubiera sido así se sabría... ¡Sí, se sabía! Pero no se dejó contar por las reacciones que pudiera haber provocado en aquel momento. Ahora han pasado suficientes años para que se pueda empezar a contar la historia. Hay muchos más secretos que un buen número de periodistas conocen pero no se pueden publicar y en ellos están implicados no sólo el gobierno norteamericano, sino el británico, el ruso, el alemán, la NASA, el Vaticano y diversas instituciones que tienen fama de actuar de manera oscura y de ocultar hechos de diverso calibre porque realmente lo han hecho y lo siguen haciendo hoy día. Por poner un caso más de muchos que se podrían citar: en 2010 se destapó un informe oficial que denunciaba que cientos de soldados franceses y de sus colonias fueron utilizados como cobayas humanos sin su conocimiento para estudiar "los efectos fisiológicos y psicológicos producidos sobre el hombre por el arma atómica" durante ¡21o ensayos nucleares! entre 1960 y 1996. Muchos murieron y muchos otros han desarrollado enfermedades cancerígenas por esa causa. Por lo tanto, si la Tierra fuera hueca..., podría no saberse oficialmente porque así interesara.

Comentario 2: ¿Qué sentido tendría ocultar a la humanidad un hecho de semejante trascendencia como que el planeta fuera hueco y albergara vida? ¿A quien beneficiaría o perjudicaría este ocultamiento? ¿Por qué esconder algo que es sólo cuestión de tiempo que sea desentrañado?

Respuesta 2: Lo cierto es que el hecho de que la Tierra sea posiblemente hueca nunca ha sido, históricamente, un secreto para nadie excepto en los últimos tiempos. Los científicos vienen difundiendo mayoritariamente la teoría de que la Tierra es maciza sólo desde hace unos sesenta o setenta años pero aunque han logrado convertir esta idea en una creencia general no han podido demostrarla hasta el momento. La perforación más profunda de la superficie terrestre no llega ni a los 15 kms., apenas un arañazo en el grosor de la corteza. No existe en la actualidad una manera fiable de conocer qué hay ahí abajo. ¡Simplemente, no lo sabemos! Toda los conceptos del manto, el núcleo interno, etc., son suposiciones no comprobadas. Lo más cerca que hemos estado de saber qué puede haber ha sido medir con un sismógrafo la transmisión de ondas desde un punto de la superficie del planeta hasta otro en sus antípodas. Y los resultados no han sido precisamente concluyentes: sólo ha servido para confirmar la existencia de capas de distinta densidad en el interior del planeta, lo que puede apoyar tanto la teoría de Tierra maciza como la de la Tierra
hueca. Antes de nuestra época, la posibilidad de que hubiera "alguien" bajo nuestros pies está contemplada en culturas de todo el mundo y de todas las épocas. Existen infinidad de leyendas sobre esos habitantes de otras civilizaciones que vivirían en estratos inferiores a la superficie, generalmente con mayores adelantos técnicos y que de manera esporádica interrelacionarían con nosotros. Aún hoy en Oriente es creencia generalizada que el Dalai Lama ha sido uno de los cargos político/religiones tradicionalmente en contacto con "la gente de dentro"..., hasta la invasión china del Tibet, que rompió el contacto. Lo que es cierto es que algún motivo que no conocemos (¿para mantener bajo control a la gente, pues si se supiera de la existencia de otra humanidad diferente se podría cuestionar nuestro actual modus vivendi?) todo lo relacionado con la teoría de la Tierra hueca ha sido desprestigiado y ocultado por sistema desde mediados del siglo XX..., hasta que llegó Internet.

Comentario 3: ¿Cómo es que nadie nunca en todas las expediciones realizadas al Polo Norte o al Polo Sur han captado imágenes de las enormes bocas polares que se supone existen allí y comunican el interior de la Tierra con el exterior?

Respuesta 3: Podemos contestar con otra pregunta: ¿hemos llegado de verdad al Polo Norte o al Polo Sur? Todas las imágenes y los relatos que tenemos de los viajeros en aquellas zonas son prueba de que estuvieron cerca pero no de que alcanzaron su objetivo, entre otras cosas porque sabemos que a partir de cierto punto las brújulas y el resto de instrumentos magnéticos se vuelven literalmente locos y es prácticamente imposible fijar el punto exacto donde uno se encuentra. Y por allí no hay ninguna referencia física relevante como para poder decir con propiedad: hemos llegado. De hechos, las fotos que se nos muestran como prueba podrían haber sido tomadas en casi cualquier sitio con hielo y nieve. Por cierto..., en el Polo Norte no hay hielos donde colocar la banderita de turno (así como en el Polo Sur sí existe tierra real: la Antártida). Sólo el Océano Glacial Ártico, sobre el que existen algunas banquisas de hielo y también los famosos icebergs pero eso es alrededor, no en el Polo estrictamente hablando. Por lo demás, las condiciones meteorológicas en la zona son infernales la mayor parte del año, hasta el punto de que los aviones comerciales tienen estrictamente prohibido establecer rutas que sobrevuelen los Polos aunque tengan que dar grandes rodeos. Aunque las tormentas son allí moneda corriente, algunos satélites han conseguido obtener algunas fotografías extrañas que han logrado burlar la censura y distribuirse gracias a Internet. 

Comentario 4:  Si existen esas bocas polares, ¿por qué no se introduce el agua de mar por ellas como si fuera un sumidero y se embalsan los océanos en el interior de la Tierra secándose su superficie?

Respuesta 4: La teoría de la Tierra hueca presupone que la gravedad del planeta no se encuentra en el núcleo central del planeta sino en la corteza, que tendría una extensión de unos mil kilómetros de grosor aproximadamente en los cuales se encontrarían los materiales pesados que provocan el fenómeno gravitatorio, antes de dejar paso, en el interior, a un espacio habitable. De esta forma, los océanos estarían "pegados" a esa corteza tanto en la superficie exterior (en lugar de "salir volando" el agua hacia el espacio) como en la superficie interior (en lugar de "caer" hacia el centro de la Tierra). Los mares de dentro y los de fuera se encontrarían en esas bocas polares. De esta manera, en el interior existiría, igual que en la superficie, una serie de tierras emergidas junto a otras inundadas. El intercambio de presiones y temperaturas entre el interior y el exterior podría ser la causa que generara las constantes tormentas en los polos. Sólo en muy contadas ocasiones se han dado las circunstancias como para poder obtener imágenes de los Polos libres de esa cuasi eterna nubosidad y en muchas menos ocasiones esas fotos han llegado al dominio público como sucedió con la famosa serie del satélite ESSA a finales de los sesenta, de la cual podemos ver aquí un fotograma.

Comentario 5: Si existiera vida en el interior del planeta y fuera una civilización avanzada, ¿por qué no se manifiesta con el fin de enriquecernos y ayudarnos a preservar la naturaleza, a garantizar la integridad y supervivencia del planeta? No puedo creer que se queden de brazos cruzados viendo cómo degradamos el planeta y poniendo en serio peligro su propia supervivencia.

Respuesta 5: Ésta es la misma pregunta que generalmente se formula respecto a la existencia de civilizaciones extraterrestres: ¿por qué no se manifiestan ante nosotros? La respuesta es evidente: ¿Por qué habrían de hacerlo? En primer lugar, supone una auténtica e ingenua fábula creer que una civilización por el hecho de ser superior a otra tenga que actuar de "misionera" por el universo ayudando a sus "hermanos menores". Echemos un vistazo a nuestra propia Historia: generalmente, las civilizaciones superiores lo que han hecho ha sido esclavizar o destruir a las inferiores. Hoy mismo en Occidente vivimos (todavía) bastante bien a costa de la miseria de la mayor parte del mundo, aunque hipócritamente hayamos creado unas organizaciones como la UNESCO o las ONGs para hacernos la ilusión de que nos preocupamos por los más desfavorecidos. No: una civilización avanzada no es sinónimo de bondadosa y no tienen por qué aparecer para ayudarnos. Es más, si estuvieran lo suficientemente adelantados respecto a nosotros, si nos vieran tan abajo en la escala evolutiva, lógicamente ni siquiera considerarían la posibilidad de intentar contactarnos, de la misma forma que nosotros no pensamos en buscar a los líderes de los monos que viven en la jungla para ofrecerles las ventajas de la democracia y la sociedad de consumo... En segundo lugar, si vivieran a salvo en el interior de la Tierra, con sus propios recursos y encima una tecnología superior que les permitiera vivir sin necesidad de contactar con nosotros, les daría igual nuestro destino o el de la superficie del planeta. Por mucho poder que pensemos tener, la Tierra es más poderosa que la humanidad y llegado cierto punto de degradación medioambiental nos destruirá (nos destruiremos a nosotros mismos) antes de que podamos hacerla verdadero daño. Para los habitantes del interior sería un motivo de tranquilidad si "los locos violentos de allá afuera" se destruyeran a sí mismos de una vez por todas.

Comentario 6: Resulta inverosímil la existencia de un Sol interior que brillara en el interior del planeta e hiciera posible la vida de otros humanos. Los posibles mares interiores hervirían con el fuego que desprendería ese Sol haciendo imposible la existencia de cualquier forma de vida.

Respuesta 6: Éste es, a mi modo de ver, el punto más frágil de toda la teoría y el que más me hace dudar de su posibilidad. El Sol interior tendría que ser lo bastante pequeño como para, en efecto, no quemarlo todo pero también lo suficiente grande como para proveer luz y calor al mundo interior. Según esta teoría, además, ese Sol imposibilitaría el paso de la noche al día, por lo que se eliminarían las estaciones y se facilitaría una temperatura agradable y similar durante todo el año. Plantas, animales y hombres podrían desarrollarse con mayor facilidad e incluso adquirir tamaños colosales en comparación con la superficie. Las auroras boreales, que sólo se pueden ver cerca del Polo Norte y el Polo Sur y en ningún otro lugar de la Tierra serían no el fruto de la interacción del viento solar con la magnetosfera y la ionosfera como dice la ciencia hoy sino los reflejos de ese Sol interior al atravesar los nubosos cielos de los Polos... 
 

Espero que todos estos argumentos y contraargumentos hayan servido para hacer pensar un poco al respecto. Ojo, no quiero decir con todo esto que yo me crea la teoría de la Tierra hueca o la de la Tierra maciza. No sé si la roca a bordo de la cual viajamos por el espacio a velocidades mareantes (aunque la ilusión de los sentidos nos haga creer que no nos hemos movido un milímetro mientras leíamos este artículo cómodamente sentados ante el ordenador) es realmente tan sólida como una bola de billar o se parece más bien a un globo inflado. Pero en realidad eso es lo interesante del asunto: precisamente porque no lo sé seguro y porque nuestra ciencia actual tampoco lo sabe, por mucho que insista en que lo más probable es lo que ella nos cuenta, la teoría de la Tierra hueca es tan atractiva para escribir sobre ella. Y somos los escritores de género fantástico los que tenemos la mejor oportunidad de hacerlo, no los de dramones románticos o los de historias del Oeste.




4 comentarios:

  1. Que buenisima entrada.
    Me apasiona este tema, y lo que usted ha escrito me parece de lo mas interesante que he leído acerca de ello.

    Y me quedo con estas palabras:

    "Precisamente porque no lo sé seguro,[...] la teoría de la Tierra hueca es tan atractiva para escribir sobre ella.
    Y somos los escritores de género fantástico los que tenemos la mejor oportunidad de hacerlo"

    Totalmente de acuerdo.
    Un saludo!

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