- Malditos terrestres: ellos lo han querido...
El comandante del crucero de guerra interestelar Morbidus Drake Telonium ordenó detonar el misil nuclear a bordo de su nave. Habían viajado desde muy lejos demasiado tiempo para traer un mensaje de paz a la Tierra y los habitantes de aquel primitivo planeta les habían engañado. Tras facilitarles unas coordenadas engañosas para aterrizar, les habían atrapado en un silo orgánico provisto de unas babas inmundas pero eficazmente pegajosas que envolvieron e inmovilizaron el crucero con sus trescientos tripulantes y toda su tecnología de última generación. Seguramente pensarían retenerles allí mientras estudiaban la mejor forma de apoderarse de ellos y de sus secretos por la fuerza. Pero los terrestres no contaban con la fiereza de los guerreros de su raza, dispuestos a destruirse a sí mismos, y al planeta entero de aquéllos que habían osado capturarles, antes que caer en manos de un enemigo tan traicionero.
Cuando el técnico de alto nivel del Área 51 Alfred Fox Bernstein falleció mientras toda la base permanecía en alerta esperando infructuosamente la llegada de la nave extraterrestre que había contactado con ellos horas antes anunciando su inmediata llegada y que jamás apareció, sus jefes pensaron que se trataba de un derrame provocado por contaminación radiactiva. La autopsia reveló que la microexplosión se había producido en el interior de su nariz y desde allí la onda expansiva había afectado de manera letal al cerebro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario