Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

jueves, 13 de enero de 2011

Siete estudios científicos completamente prescindibles


Independencia de criterio
no sólo es un buen nombre para un grupo de rock alternativo sino un concepto muy útil para sobrevivir en estos días extraños en los que oficialmente se nos incita a ser libres (no sé cuántas veces he escuchado en los últimos tiempos la vieja advertencia de Delfos en labios de personas que no tienen ni idea de lo que están diciendo cuando, con aire de estar de vuelta de todo, te lanzan aquello de “conócete a ti mismo”) pero extraoficialmente se nos conmina a comportarnos como ganado sumiso y productivo.

Cada día que pasa se publica un estudio o un informe diferente que nos dice lo que debemos pensar y hacer, lo que es “bueno” o “malo” para nosotros, qué escuchar, qué leer, qué comer… Y, para elevar el nivel de esquizofrenia general, lo que en un momento dado se presentaba como fenomenal para nuestra salud ahora resulta que es perjudicial. Y viceversa. Esto sucede mucho en los estudios sobre alimentación y, si uno tiene tiempo y ganas para gastar en las hemerotecas, resulta muy llamativo comparar las conclusiones de los presentados un año con los de cinco o seis años más tarde. 

La cerveza, por ejemplo. Resulta que llevamos no sé cuántos años escuchando que la ingesta de cerveza es un factor muy negativo para conservar la forma (esos abdominales planos, achocolatados, que son el sueño de nuestros ciudadanos ¡y ciudadanas! contemporáneos) y esta semana se ha presentado en Gijón un informe según el cual “la barriga cervecera es un mito” ya que un consumo de hasta tres cañas por día (hasta medio litro diario) “no engorda” siempre que esté asociado a la mítica dieta mediterránea (y además reduce el riesgo de diabetes e hipertensión) e incluso “en algunos casos permite bajar de peso”.  Después de leer esto no me quedaba otra cosa que hacer que mirar mi propia barriguita cervecera y coaccionarla para que desapareciera acusándole de mera ilusión de los sentidos. La muy listilla todavía no ha desaparecido, pero me consuelo pensando que Buda, el Iluminado, tenía mucha más barriga (debía beber la cerveza por toneles).

Para eludir suspicacias sobre la tendenciosidad de las conclusiones, no parece que este estudio cervecero en concreto haya sido financiado por alguna marca del sector (y si así ha sido, el dato se ha ocultado en la información facilitada) porque se presentó en el Colegio Oficial de Médicos de Asturias y su elaboración ha corrido a cargo del Hospital Clínic, la Universidad de Barcelona y el Instituto de Salud Carlos III...  Y es que las instituciones científicas elaboran informes de todo, con ese afán suicida por intentar aprehender con nuestra limitada lógica humana la inmensidad casi infinita (o no) del Universo en el que estamos sumergidos. Una revista norteamericana, The Week, publicó hace unos días la lista de algunos de los estudios más extravagantes e inútiles de los miles y miles que aparecen cada año. La publicación seleccionó en concreto la siete investigaciones más absurdas de 2010 y la verdad es que cuando uno observa en qué se gastan el dinero algunas importantes instituciones sólo puede llegar a una conclusión: o hay mucho descerebrado dirigiendo equipos científicos o es que merece la pena blanquear dinero con esta excusa.

Veamos los siete informes de The Week:

1º) Tener pechos grandes (si eres mujer, claro) te permite recibir mejores propinas. Michael Lynn, de la Cornell University, es el autor de esta fascinante revelación gracias a un estudio cuyo título es, atención, Determinantes y consecuencias de la sexualidad y el atractivo femenino: test reales con camareras de restaurante (sic). Tras un "duro" trabajo de campo en diversos restaurantes, el tal Lynn llegó a la conclusión de que las camareras que más dinero recolectaban en propinas eran: las que tenían pechos grandes (y enseñaban al menos un poquito de carne), las esbeltas y las rubias. Y si las camareras reunían los tres factores, pues... ¿Realmente una universidad pudo pagar un estudio semejante, cuando ya sabíamos desde tiempos inmemoriales por el venerable refranero español lo que tira más que dos carretas? 

2º) Tener pechos grandes te ayuda a moverte por el mundo si eres autoestopista. Concretamente, te da un diez por ciento más de posibilidades de subir a un coche respecto al resto de los que ponen el dedo al lado de la carretera. No, no es una continuación del informe anterior, aunque bien podría ser la segunda parte (y se me ocurre toda una colección de secuelas: Tener pechos grandes te ayuda a aprobar los exámenes, Tener pechos grandes te ayuda a ascender en el trabajo, Tener pechos grandes te ayuda a gastarte más dinero en sujetadores, etc.). En este caso, los redactores del texto son franceses y ojo también al título: Tamaño de pecho y autoestopistas: un trabajo de campo. Deberían haber titulado "un trabajo de carretera", más bien.

3º) Los hombres no se cansan nunca del sexo. Otra conclusión "revolucionaria" aportada en este caso por un grupo de científicos australianos que trabajaron con hombres de entre 75 y 95 años de edad a los cuales les preguntaron directamente: "¿Les gustaría hacer el amor más a menudo de lo que lo hacen?" La respuesta casi mayoritaria: "Sí". Con un aplomo que cualquiera diría emana de la experiencia propia, la psicóloga clínica y adjunta de la Columbia University Judith Kuriansky remachaba el asunto afirmando que muchos de los hombres en torno a los 75 años de edad "no están todavía para el arrastre"

4º) A los niños pequeños les gustan los coches y a las niñas pequeñas, las muñecas. Un duro golpe para Pajines, Aídos, De la Vegas y otras "apóstolas" del feminismo puro y duro que en los últimos años han campado a sus anchas en España..., aunque no hacía falta que la Universidad de la Ciudad de Londres realizara el estudio porque cualquier padre de familia que tenga hijos de ambos sexos puede constatar por sí mismo que, por mucho que intente dar la misma educación a sus vástagos, ellos tendrán siempre unos intereses distintos a los de ellas (y esto no es de ahora, precisamente: me acuerdo de Aquiles, cuando su madre le disfrazó de mujer para evitar que se lo llevaran a la guerra de Troya y el astuto Ulises, a su vez disfrazado de mercader, le descubrió en el gineceo porque mientras todas las chicas miraban la ropa, él miraba las espadas).

5º) Si quieres dedicarte a la música y eres mujer, importa mucho tu apariencia personal. No sé cuánto dinero empleó Noola Griffiths para financiar su estudio, total para concluir que la ropa que llevan puesta las cantantes en las actuaciones influye poderosamente en la manera en la que la audiencia percibe su espectáculo (por cierto, falta por investigar si tener pechos grandes también ayuda). Algo que por otra parte se sabe desde siempre en el mundo de la música (y en el resto de mundos asociados al espectáculo) y si no que se lo digan a Lady Gaga y los demás. Ahora estamos esperando que la tal Griffiths empiece la segunda parte de su estudio, a ver si también importa mucho la apariencia personal si te dedicas a la música y eres hombre. Ansioso estoy por conocer sus conclusiones.

6º) Las hormonas del crecimiento mejoran el rendimiento de los atletas. Aunque parezca increíble, fue la propia Agencia Mundial contra el Dopaje quien encargó el informe que terminó con semejante aseveración. A lo mejor tenían alguna duda, después de las broncas (acompañadas por multas y sanciones) que le han montado en los últimos años a practicantes de diversos deportes, entre ellos bastantes españoles, y en algunos casos sin que quedara demasiado claro que los afectados se doparan ex profeso.

7º) La mayoría de los ciudadanos prefiere los fines de semana y el día que menos le gusta es el lunes. Trabajadísima deducción publicada por una revista especializada: la Journal of Social and Clinical Psychology. Según ella, el momento de la semana en que nos sentimos mejor es el viernes por la noche y el peor, el lunes por la mañana..., y además disfrutamos más en casa descansando sábado y domingo que el resto de la semana trabajando. No es por dramatizar, pero sería interesante extender este estudio también a las personas que están en paro.
 

 

1 comentario:

  1. Me recuerda al personaje de Robin Williams en Despertares:

    -He pasado los últimos veinte años de mi vida intentando conseguir un gramo de mielina de una tonelada de gusanos.
    -Pero, eso es imposible.
    -Sí, yo lo demostré.

    Los americanos hacen estudios sobre todo, hace algún tiempo leí sobre uno que trataba de demostrar si la oración favorecía o no la recuperación de enfermos de cirugía cardíaca. Pero su modelo de universidad da mucho eso, desde los primeros años tienen que preparar trabajos prácticos sobre cosas que se les ocurran. Produce un 90% de bosta y unos científicos la mar de buenos.

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