Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Ser filósofo

La Filosofía es mucho más, y mucho más importante, de lo que considera la gente corriente. La decadencia del sistema educativo y la ignorancia general entre los responsables de la enseñanza contemporánea en colegios y universidades han conducido a ésta, que antaño fuera la primera de las materias de estudio para el ser humano instruido, al último lugar de la fila. En el mejor de los casos, la toman como una afortunada colección de frases agudas y cínicos silogismos, ordenada en torno a una serie de biografías de personajes semilegendarios que no tenían nada mejor que hacer más que pasarse el día cavilando.

No obstante, sólo captando la verdadera esencia de la Filosofía y, sobre todo, poniéndola en práctica, se puede cursar la carrera en la Universidad de Dios. Filósofo significa, etimológicamente, Amante de la Sabiduría. Amante literal, con todo lo que eso lleva consigo cuando uno se para a pensarlo.

Mi profesor Epícteto, preclaro como de costumbre, lo explicó en cierta ocasión con suma claridad:
"No te llames filósofo, ni hables bellas máximas ante los profanos: haz más bien lo que esas máximas recomiendan. Por ejemplo, en un banquete no debes decir cómo hay que comer sino comer como se debe hacer (...) Si se te presenta la ocasión de hablar sobre cosas bellas y espirituales entre profanos, guarda silencio, porque existe el gran peligro de tener que dar cuenta acerca de cosas que todavía no has digerido. Y, cuando alguien te reproche que en realidad no sabes nada de nada y tú no te molestes por esa acusación, sabe que es entonces cuando comienzas de verdad a ser filósofo (...) Aquél que no es filósofo nunca espera de sí mismo su propio provecho o perjuicio sino que siempre está a expensas de los demás. Aquél que sí es filósofo no espera de nadie más que de sí mismo todo provecho y también todo perjuicio. 

Si quieres conocer algunas señales de que progresas en el estudio de la sabiduría, éstas son: no censuras a nadie, no alabas a nadie, no te quejas de nadie, no acusas a nadie, no hablas de ti mismo como si fueras alguien o supieras algo importante (...) Si alguien te alaba o te adora, te burlas en secreto de él; si alguien te reprende, no buscas justificarte sino que te exploras y examinas en busca de lo que debes curar dentro de ti mismo para fortalecer tu salud espiritual (...) Tienes hacia todas las cosas sólo una actitud prudente y amable. Si alguien te trata de simple o de ignorante, no te apenas. 

En una palabra: estás siempre en guardia contra ti mismo, como si fueras ese hombre que te tiende continuamente trampas y es tu peor enemigo."

 



1 comentario:

  1. Muy bueno, y ......lo bueno, si breve, dos veces breve, je, je,... Muy bueno, maestro, vas progresando en la universidad de Dios.(j&A)

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