Esto se supone que es un chiste. Cada uno que lo interprete como quiera.
Una tarde, un acaudalado banquero iba en su limusina cuando vio a dos hombres junto al arcén de la carretera vestidos pobremente y arrancando los hierbajos del campo para luego masticarlos con gesto de resignación. De inmediato, ordenó a su chófer que se detuviera, bajó del vehículo y se acercó a ellos. Cuando estuvo a su lado le preguntó a uno:
- Oiga, ¿por qué están comiendo esos hierbajos?
- Es que no tenemos dinero para la comida... Nos quedamos sin trabajo hace tiempo y ya se nos ha acabado la subvención del paro. Además, el alcalde y el presidente de la Comunidad Autónoma nos fríen por un lado a impuestos con el IBI, la recogida de basuras, el del coche y otros, mientras el gobierno nos fríe por el otro lado con el IVA, el IRPF y otros impuestos también. Así que sólo podemos comer esto.
El banquero se mesa la barbilla y concluye:
- Ya veo, entonces les propongo que se vengan a mi casa y yo los alimentaré. Soy banquero y puedo hacerlo. Soy muy rico, ¿saben?
- Oh, gracias, señor... Es usted realmente amable. Sin embargo, le advierto de que tengo esposa y dos hijos. Están allá, debajo de aquel árbol, donde crece hierba un poco más verde.
- No importa, que vengan también -y volviéndose hacia el otro pobre, añadió-: usted también, si quiere comer hasta que no pueda más.
El segundo hombre le contestó con lágrimas en los ojos:
- Pero señor... Yo también tengo esposa y además seis hijos. ¿No será una carga para usted?
- ¡Hay sitio para todos en la limusina! -respondió alegre el banquero.
Lo cierto es que tuvieron que apretarse un poco en el interior, pero al fin todos lograron acomodarse dentro del lujoso vehículo, que se puso en marcha de inmediato hacia la mansión del banquero, ubicada en una maravillosa finca en la urbanización más cara de la ciudad. Cuando estaban llegando, el primero de los hombres pobres, verdaderamente emocionado, le dijo al banquero:
- Tengo que darle de nuevo las gracias por su bello gesto. Fíjese que todo el mundo me ha hablado siempre muy mal de los banqueros porque dicen que controlan a todo el mundo a través del dinero y los impuestos, incluso a los políticos..., pero la verdad es que usted es el primero que se ofrece a ayudarnos y darnos de comer.
- No hombre, no se preocupe -contesta el banquero-. Verán cómo les gusta mi casa: ¡mi césped tiene como metro y medio de altura y se pueden hartar de comer!
Moraleja: cuando creas que un banco te está echando una mano o que se preocupa por ti, reflexiona profundamente...
Los enlaces que añado ahora son otro "chiste" que explica de forma gráfica y sencilla el modus operandi bancario y el porqué de la imposibilidad de terminar con los impuestos y por supuesto con la deuda externa. Si todos los ciudadanos conocieran este texto y dedujeran las conclusiones adecuadas, quizá encontraríamos entre todos la fuerza y la voluntad necesarias para terminar de una vez y para siempre con el cuento de las "crisis cíclicas" de la finanza y librarnos de las cadenas de los que nos tienen esclavizados mientras nosotros pensamos ser libres. La versión original en inglés en:
http://www.relfe.com/plus_5_.html
y una versión en español en:
http://quierolatierra.s5.com/
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