
Para ello debemos recordar una de las escenas más repetidas en los telefilmes norteamericanos, sobre todo en los que están ambientados en época contemporánea, que nos muestran a algún o algunos personajes escuchando el himno nacional y llevándose inmediatamente la mano al pecho como símbolo de su emoción, ya que así quieren representar que llevan el himno (y por extensión la patria) en su corazón. Sin embargo, este gesto tan característico no es de origen estadounidense, ni mucho menos. De hecho, ante una secuencia de este tipo es frecuente escuchar el comentario: "Mira, como Napoleón", ya que conservamos varios retratos del Pequeño Corso, como el que aparece al comienzo de este texto (y que contiene otros detalles interesantes: por citar sólo el más evidente, ese curioso demonio que aparece labrado a sus pies) en el que Bonaparte esconde su mano a diversas alturas de su cuerpo, entre el pecho y la barriga.
Para explicar el porqué de esta peculiar pose se han publicado todo tipo de especulaciones e hipótesis a cual más tonta o infantil. Pero lo cierto es que no es el único de los grandes nombres de la Historia que

Aun

Después de todo lo cual, ya sólo nos queda añadir un detalle. Y es que, en efecto, la mano sobre el pecho corresponde con uno de los signos masónicos: el del grado del Ma

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