Resulta asombrosa la facilidad con la que tantos mortales depositan su propio destino en manos ajenas y luego, además, se quejan por el hecho de carecer de control alguno sobre su vida. Ya no me refiero al simple temor a expresarse como uno es, o cree ser internamente, sometiendo la opinión personal a una criba constante según los cánones del asfixiante código de lo políticamente correcto para decir o no según qué cosas, sino al hecho de negarse a asumir las riendas de sus días y dirigirse hacia los objetivos que desea. Hay algo mucho peor que una persona que toma un rumbo equivocado y es aquella otra que no sabe cuál tomar.
En una de mis últimas vidas acompañé al gruñón pero sabio Gurdjieff (éste sí era un sabio y no los impostores que con tal nombre se reunían esta mañana en medio de la artificial expectación mediática) en sus peregrinajes por el mundo. Qué tiempos aquéllos en nuestras primeras reuniones semi secretas en Moscú, adonde viajábamos desde San Petersburgo, y luego el peregrinaje por las incómodas tierras del Cáucaso forzados por la revolución de los criminales bolcheviques hasta instalarnos definitivamente en la extravagante Mansión del Priorato cerca de París. Aquí a la izquierda incluyo una instantánea que le tomamos en sus últimos años y que debería terminar con la estúpida idea de que las personas muy espirituales necesariamente deben ser lánguidos flacuchos y no pueden disfrutar de un buen almuerzo. "Si ustedes se dieran cuenta de ustedes mismos en el acto de comer, como en el de caminar, leer..., o incluso el de defecar, estarían realizando una actividad más elevada y más espiritual que si emplearan toda la noche en rezar las oraciones más complicadas", solía decir el Bigotes.
El viejo George Ivanovich nos enseñaba entonces acerca del Cuarto Camino y los misterios del ser humano (creo que fue en aquella reencarnación cuando volví a tomar conciencia de nuevo acerca de mi carrera en la Facultad de Dios, después de algunas vidas anteriores en las que las circunstancias materiales me llevaron a abandonar tan excelsa actividad). Sus enseñanzas siempre resultaban sorprendentes, sobre todo en el contenido, pero también en las formas. Por ejemplo, durante un tiempo llegó a pagar a un tipo sumamente desagradable y sobre el que por entonces nos preguntábamos qué hacía allí, exclusivamente para que se dedicara a tocar las narices al resto de los miembros del grupo. Más tarde descubrimos que tenía una misión concreta: probar cuáles eran los avances reales en el dominio sobre nosotros mismos.
Gurdjieff insistía mucho en esta idea: el hombre corriente no vive sino que es vivido, el hombre es una simple máquina que reacciona de manera predeterminada según la tecla que se toque, igual que el paciente no puede evitar levantar la pierna cuando el médico le da un toquecito en cierto punto de la rodilla con un pequeño martillo. Es un destino dramático, de esclavo, y tomar conciencia de que existe y de que uno está sometido al mismo justifica todos los esfuerzos y penalidades que sea preciso soportar para escapar de él.
Viendo la afición contemporánea a “las predicciones para el año que comienza” compruebo que los años, los decenios, los siglos..., se suceden y, hoy como ayer, la superstición se enseñorea de las mentes de los esclavos que no saben que lo son y que siguen buscando en la oscuridad una mano que les guíe en lugar de abrir los ojos y escoger por ellos mismos el camino. Proliferan en los medios de comunicación los "iluminados", "adivinos", "gurúes", "brujos" y demás mercachifles que, con el visto bueno de algun@s necios líderes mediátic@s, arrojan sobre las masas ciegas sus "augurios" a cambio de dinero y/o notoriedad pública.
Uno de estos engañabobos es este tipo con pinta a medio camino entre Matusalén y Picapiedra saliendo de la oficina que se llama Antonio Vázquez Alba aunque él se hace llamar el "Brujo Mayor". Aunque parezca increíble, es una celebridad en México donde todos los años por estas fechas convoca una rueda de prensa para "anunciar" lo que va a ocurrir durante todo el año según sus "dotes proféticas". Y no caigamos en la trampa fácil de comentar: "Es que los mexicanos, los pobres, no son muy listos". Recuerdo que aquí en España hay fulanos equivalentes como Rappel o Aramís Fuster: cada país tiene a los cantamañanas que se merece.
Atención a algunos de los "augurios" que el "Brujo Mayor" anunciaba para 2010 porque no tienen desperdicio:
1º) Caos militar en Suramérica con provocaciones de guerra entre Venezuela y Colombia (cualquier persona bien informada durante el año pasado podría "vaticinar" esto, vistas las bravuconadas de Hugo Chávez y los últimos movimientos de EE.UU. para tomar posiciones en la región).
2º) Argentina sufrirá un golpe de Estado que descabalgará del poder a Cristina Fernández de Kirchner (un poco exagerado, aunque tampoco sería una "sorpresa" si algo así sucediera, teniendo en cuenta que la Historia de Argentina algo nos puede contar sobre golpismo y que la situación allí es crítica para todo el mundo menos para los Kirchner y sus amigos, cuyas cuentas corrientes se han multiplicado por mucho en los últimos años; la inestabilidad y el malestar popular son crecientes).
3º) Manuel Zelaya no volverá al poder en Honduras y "cualquier día desaparecerá de la embajada de Brasil donde se cobija actualmente" (impresionante capacidad de "previsión" de este Moisés mexicano).
4º) Continuará la inseguridad y también las muertes violentas por la guerra entre el gobierno y los cárteles del narcotráfico (y dale con las "novedades").
5º) También los cantantes de la música "grupera" (uno de los géneros favoritos hoy en México, que se expresa por ejemplo con los narcocorridos) seguirán teniendo problemas con los narcos (curioso que diga eso, no sólo después de que varios artistas hayan muerto en los últimos años a manos de este tipo de criminales sino ¡pocos días después de la detención de Ramón Ayala, conocido como "el rey del acordeón" y archifamoso músico mexicano, en una fiesta de narcotraficantes!)
Es decir, que lo más fácil para pronosticar el futuro es hacerlo sobre hechos del pasado. No es de extrañar que este peculiar "adivino" extraiga ahora sus vaticinios de la prensa teniendo en cuenta que cuando lo ha hecho a partir de su imaginación (perdón, quería decir de su "intuición" y sus "poderes") no ha obtenido grandes resultados. El año pasado pronosticó por ejemplo que en 2009 EE.UU. retiraría sus tropas de Iraq para mandarlas a continuación a la frontera con México con vistas a invadir el vecino del sur, o que la "depresión económica" (ni siquiera la llamó "crisis financiera internacional") en México sería "mínima". Claro que en enero de 2008 ya había "predicho" que ese mismo año Fidel Castro moriría, que Britney Spears le acompañaría al Otro Barrio tras sucidarse o que Nicolas Sarkozy y Carla Bruni se separarían cuando en realidad el presidente francés y la modelo italiana se casaron. Nadie recuerda, por supuesto, las "predicciones" del año anterior...
Franco Battiato también estuvo con nosotros en la época en que seguimos a Gurdjieff por la Europa que se destruía a sí misma aunque, como nosotros, lo hizo en una reencarnación anterior. Andando el tiempo en su vida actual como gran, enorme, compositor europeo tuvo un sueño y de pronto le asaltó una visión de aquellos días lejanos y apasionantes. Y plasmó sus fugaces recuerdos en una canción maravillosa llamada Prospettiva Nevski:
... e il mio maestro mi insegnò com'é difficile trovare l'alba dentro l'imbrunire, il mio maestro mi insegnò com'é difficile trovare l'alba dentro l'imbrunire...
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