En el Colegio Oficial de Médicos de Madrid, Benemeglio aseguró que recurrir a la hipnosis se ha convertido en los últimos tiempos ya en "una verdadera moda en España". Se usa para muchas cosas: intentar mejorar el aspecto físico, tener una vida sexual más satisfactoria, mejorar en la vida laboral e incluso para recuperar la pareja perdida. De hecho y según sus estadísticas, 4 de cada 10 españoles que echan mano de la hipnosis lo hacen para resolver problemas emotivos, otros 4 para enfrentar problemas de su vida cotidiana y los 2 que quedan para, afirma, "llenar vacíos existenciales" (será para ocupar su tiempo libre o algo así). Uno de los objetivos más solicitados es dejar de fumar: un 23 por ciento de los que recurren a la hipnosis reconocen carecer de fuerza de voluntad suficiente para conseguirlo en solitario. Según el método de
Es cierto que el interés por la hipnosis en España ha crecido en los últimos tiempos (conozco algún caso concreto de cursos que se están impartiendo a todo tipo de personas), aunque no sé si tanto como en Italia, donde según un estudio promovido por
Y bien, nadie duda de la utilidad de la hipnosis para bucear en la psique pero, como sucede con todas las herramientas que manejan la parte más sensible y frágil del ser humano (su mente), se olvida enseguida los graves riesgos que conlleva el manipulara sin la experiencia y sobre todo sin la limpieza de intenciones que precisa el manejo de este arte. Como dice
De hecho, más de una vez me he preguntado como usaría yo la hipnosis si tuviera la posibilidad de emplearla como por ejemplo se ve entre los jedis de
La tentación, la maldita tentación del poder personal ("póstrate ante mí y te daré el dominio del mundo entero..."). ¿Cuál será la motivación oculta de todos aquéllos que se interesan por aprender y practicar hipnosis? En principio, no dudo de las buenas intenciones de médicos y psicólogos como es el caso de Benemeglio y tantos otros que la emplean para curar todo tipo de fobias hoy día, pero la vida me ha enseñado a ser muy desconfiado.
Por lo demás, la hipnosis demuestra una falta alarmante de control sobre la propia vida. Que uno no sea capaz de asumir la responsabilidad de sí mismo y de hacer algo que le beneficia además (como dejar de fumar o ponerse a adelgazar) y decida someterse a las órdenes de otra persona, obedecerlas como si fuera su superior, para poder materializar sus propósitos no deja de ser patético. Sobre todo teniendo en cuenta cómo se nos llena la boca en estos tiempos con palabras y conceptos como el de la libertad: ésa que se supone existe hoy más que nunca cuando es justo al contrario (el esclavo que se cree libre es el que más cargado de cadenas malvive).
Y aún más. Resulta paradójico preocuparse por si uno puede aprender a hipnotizar y deshipnotizar a otra persona cuando la sociedad entera, el planeta entero vive sumido en un estado de duermevela y de semiconciencia asombroso, sin percatarse de lo que está sucediendo realmente. Cuánta gente vemos cada día actuando como si fueran "en piloto automático" con la mirada perdida, sus pensamientos en otro sitio y sin darse cuenta de lo que les está pasando. Cuántas cosas importantes se nos van de la cabeza, cuántas oportunidades perdemos, cuántos accidentes sufrimos, cuántos malos ratos lamentamos..., todo porque nuestro estado de vigilia habitual es verdaderamente penoso. Cuántas cosas compramos que no necesitamos, cuántas ideas defendemos que no nos importan, cuántos prejuicios expresamos sobre cosas acerca de las cuales nada sabemos en el fondo..., todas injertadas desde fuera precisamente porque nuestro nivel de conciencia es sonambúlico, como si fuera una portería de fútbol sin portero, y así no es raro que nos cuelen todos los goles. Tampoco resulta extraño que las películas y los libros de zombies se hayan puesto de moda, teniendo en cuenta que vivimos en medio de una auténtica sociedad zombie. El filósofo chileno Darío Salas bajo su seudónimo de John Baines ha tratado magistralmente este tema en varios de sus libros y especialmente en Hipsoconciencia y en El desarrollo del Mundo Interno.
Los hipnotizados que querían aprender hipnosis..., parece el título de una de esas novelillas pulp del siglo pasado.
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