Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Sad Keanu

A propósito de lo que ayer escribí en torno a la interpretación de una imagen (la famosa fotografía del surafricano Kevin Carter con el buitre y la niña que le reportó el Premio Pulitzer y, con él, la gotita que colmó el vaso de sus amarguras y le condujo al fin al suicidio) un colega me comentaba poco después la enésima "última moda" en Internet, que gira en torno al actor Keanu Reeves y la manipulación de unas fotos robadas que se han convertido en el principal entretenimiento de la legión de internautas que tienen poco o nada que hacer con su vida diaria. Una manipulación que demuestra, una vez más (y van...) lo poquito, o más bien nada, que podemos fiarnos hoy por hoy de lo que vean nuestros ojos, por muy convincente que parezca.

Keanu Charles Reeves es un actor muy popular y con un rostro y un gesto muy peculiares. Tiene nacionalidad canadiense aunque nació en Beirut de madre inglesa y padre descendiente de ingleses, portugueses, chinos y hawaianos (de hecho su nombre Keanu es original de Hawai). Lo que se dice un hijo de la globalización, vamos... A lo largo de su carrera ha rodado algunas de las películas más taquilleras de Hollywood desde la vertiginosa Speed hasta el infumable remake de Últimatum a la Tierra (originalmente The day the earth stood still) pasando por la muy imprescindible y gnóstica Matrix y sus más que prescindibles secuelas.

En lo personal, cuentan que es un tipo extraño, con unas vivencias personales harto complicadas. Desde el abandono de su padre con el consiguiente divorcio de su madre y sus años de infancia vividos en distintos países del mundo en compañía de diversos padrastros hasta la dramática relación con su novia Jennifer Syme (en diciembre de 1999 ella dio a luz a la hija de ambos, pero nació muerta; menos de dos años después, la propia Syme fallecía en un accidente de coche). Da la impresión de ser una persona desnortada sin grandes objetivos más allá de sus empresas cinematográficas, habida cuenta su vagabundeo vital: vivió mucho tiempo en hoteles o alquilado (a pesar de disponer de unos ingresos más que considerables gracias al éxito de sus películas) y no se le ha conocido una relación lo suficientemente estable como para "sentar la cabeza" (ni siquiera con Syme con la que nunca hubo planes serios de boda, ni aún durante el embarazo; eso sí, se ha confirmado su relación ocasional -léase sexual- con Sandra Bullock, Sofia Coppola, Charlize Theron y otras). 

Ese vagabundeo fue precisamente el que permitió que un fotógrafo de la agencia Splash News le inmortalizara hace unos meses comiendo igual de mal que suelen comer tantos norteamericanos, sobre todo en las grandes ciudades: en el primer banco del parque que encuentran, cuando no en las escaleras de alguna entidad financiera o un monumento nacional, y con un paquetito de comida rápida de los de comprar y llevar que igual es pollo frito al estilo del sur, arroz chino tres delicias o rosquillas bañadas en cinco tipos distintos de chocolate (esa alimentación tan americana que tantos problemas de salud les genera). En las imágenes, reproducidas aquí a la izquierda, se le ve almorzando solo, con la mirada perdida y un aspecto tan triste que un grupo de desocupados decidieron recortar su silueta y, bautizándola como Sad Keanu (Keanu el Triste), pegarlas por doquier en imágenes de todo tipo, desde películas famosas hasta paisajes urbanos y fotos históricas, con ayuda del Photoshop: ese programa informático que tanto daño ha hecho a la credibilidad del ojo humano.

El experimento fue todo un éxito y ahí tenemos a Sad Keanu convertido en un nuevo icono de Internet, reproducido hasta la saciedad a pesar de que (o tal vez en reacción al hecho de que) Splash News intentó reclamar los derechos de autor de la imagen y forzó la retirada de varios sitios web dedicados al actor. En la actualidad hay cerca de 600.000 lugares de la red donde se pueden encontrar diversas imágenes en sus interpretaciones más insólitas. ¡Cualquier agencia de publicidad pagaría una millonada por conseguir el secreto mediante el cual una tontería como ésta se puede multiplicar así, ad infinitum, sin intervención coordinada de ningún equipo concreto, sólo por el gusto de la gente! Y por cierto ¿qué opina el propio actor de este extraño éxito mediático? A juzgar por unas declaraciones concedidas no ha mucho al New York Magazine en las que entre otras cosas calificaba la situación de "conceptualmente divertida" no parece que le preocupe demasiado (teniendo en cuenta que toda promoción es poca para alguien en su profesión; como suele decirse: que hablen de ti, aunque sea mal). La siguiente es una selección de imágenes elaborada deprisa y corriendo, de entre las miles que podemos encontrar en Internet, sólo para hacernos una idea de hasta dónde llega el fenómeno en este momento. 


Empezamos con un clásico: Morfeo le ofrece las pastillas, la roja y la azul (hay que coger la roja: no olvidarlo nunca, si uno aspira a entrar en la Universidad de Dios):


Aquí aparece insertado en Forrest Gump, una de las películas contemporáneas más inquietantes que he visto. No por el infantil argumento, obviamente, sino por el despliegue de tecnologías que ya en 1994, año del estreno, mostraba lo fácil que es engañar a una audiencia manipulando imágenes (si un director corriente de Hollywood podía utilizar entonces esas tecnologías, ¿de qué dispondrían los militares o las agencias de información, por ejemplo?).


Sad Keanu junto a uno de los principales símbolos de la estupidez actual: Homer Simpson. Por supuesto y como no podía ser menos en la imagen aparece meditando ante el manjar favorito del dibujo animado: una rosquilla estilo Donut.





En una foto histórica, la tomada por Charles C. Ebbets el 29 de septiembre de 1932 en la planta 69 de las 70 con que se construyó el edificio General Electric del Rockefeller Center y publicada unas semanas después por el suplemento dominical del New York Herald Tribune con el título de Almuerzo en la cima del rascacielos.
   





Una foto divertida que mezcla a dos de los principales actores del cine actual, ya que Sad Keanu aparece con Leonardo Di Caprio. Si no supiéramos que es falsa podríamos interpretar que Di Caprio se va tan contento después de haber revelado a su colega que le acaba de arrebatar a su chica..., o al papel de su vida en la última gran producción que prepara Hollywood.




Una de las muchas imágenes de demuestran que las fotos y películas del primer alunizaje de la historia en 1969 fueron elaboradas en realidad en un estudio de la Tierra bajo la dirección del gran Stanley Kubrik. Es innegable que Sad Keanu estaba allí...








De hecho, aparece en los lugares más insospechados. Desde la conferencia de Yalta...







... hasta en los entrenamientos de las unidades motorizadas de la Werhmacht. 








¡También estuvo con mi admirado Maurits Cornelis Escher!
















E imitando a Wally, porque el negocio es el negocio, y siempre se puede aprovechar para hacer un remake del personaje del jersey de rayas. Y..., sí, Sad Keanu aparece de verdad en medio de esta marabunta. Para ser exactos, en la esquina inferior derecha. 








Aunque puestos a ganar dinero, ¿qué tal un Sad Keanu de Lego? ¿El regalo perfecto para Navidades?








Ah, y aquí la foto que le encantaría a Mac Namara... No sabemos si Sad Keanu es masón pero desde luego no ha sido presidente de los EE.UU. (y tendría difícil llegar a serlo ya que nació fuera de sus fronteras) pero, ¿podrían cambiar las normas legales para que alcanzara la Casa Blanca algún día? ¿Es ése el mensaje subliminal de este cuadro donde aparecen juntos tantos presidentes masones?  ¡Misterio!

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