Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

lunes, 14 de febrero de 2011

Los diez errores metafísicos más comunes

Una compañera de mi clase de Segundo de Dios me pasó el otro día unos apuntes de una amiga suya que está intentando ingresar en nuestra Universidad y a la que, afirma, le están entrenando bastante bien en una academia de preparación a los exámenes de selectividad divina. No sé qué profesores tiene ni cómo están orientándole exactamente, pero el texto que me hizo llegar mi colega contiene pistas muy interesantes para los neófitos (seguramente porque alguien lo filtró desde nuestro campus) y una prueba de su calidad es que está firmado por autor anónimo. Como sé que algun@s de nuestr@s lector@s habituales también están interesados en ingresar en esta dura pero apasionante carrera universitaria, me he tomado la molestia de resumirlo para que vayan viendo lo que hay.

El texto se titula Los diez errores metafísicos más comunes y parte de un hecho elemental que cualquier aspirante a convertirse en diosecillo conoce por propia experiencia: "...el Univeso funciona como una gran computadora: hay que saber presionar las teclas adecuadas para obtener lo que se desea. Cuando no lo estamos haciendo, la computadora se detiene, espera fría y silenciosamente la señal eléctrica correcta." Más claro no se puede decir. A continuación, enumera cuáles son esos diez errores que han conducido a tantos aspirantes a "cometer errores y a frustrarse en sus expectativas" y finalmente a terminar abandonando la Universidad de Dios. Son éstos:

1º- "ENVOLVERSE EN UNA BURBUJA DE PROTECCIÓN O LUZ O ÁNGELES O CUALQUIER OTRA FORMA EXTERNA QUE NOS PROTEJA DE LOS PELIGROS DEL AFUERA. Lo único que logra este tipo de ejercicio es fomentar la idea de que algo externo puede tener más poder que nosotros (...) En realidad, debería practicarse algún tipo de ejercicio de reconocimiento de la seguridad personal (...) buscar alguno que nos recuerde la naturaleza divina de la vida y no el peligro que percibe nuestro ego (...) No son los pensamientos los que determinan nuestra realidad sino nuestras 'creencias'. Sólo los pensamientos que hemos interiorizado y tomado como nuestra verdad se manifiestan. Dicho de otra forma, lo que 'sentimos' internamente es lo que toma forma en el mundo externo. La mente humana produce un promedio de 60.000 pensamientos diarios y la mayoría de ellos son negativos (...) Es necesario seleccionar ejercicios mentales, meditaciones o visualizaciones que fomenten las creencias de paz, armonía y prosperidad..." 

No es tan sencillo como sugiere el texto pero sí bastante parecido. No basta por supuesto con repetir fórmulas y palabras vacías, sino que éstas deben tener un significado..., y muy concreto. El poder de los magos de "cuento" no reside en las palabras mágicas que dicen sino en el significado de esas palabras que ellos conocen y que, dichas en boca de otros que ignoran ese significado, las convierten en inservibles.

2º- "ENVIAR LUZ A OTRAS PERSONAS PARA QUE SE MEJOREN. Se puede enviar luz o energía a otras personas para que se curen de cierta enfermedad, mejoren su situación económica, su vida afectiva y otra cosas. Pero la mayoría de estos ejercicios se parecen más a una forma de manipulación que a una verdadera ayuda espiritual (...) La mayoría de los problemas sólo son momentos de prueba que vive un individuo: son necesarios y muy útiles para el despertar de su conciencia (...) El enviar luz a una persona podría acelerar o entorpecer su ritmo personal. Nuestra intervención es innecesaria y, la mayoría de las veces, no es más que un deseo egoísta de que la persona resuelva rápido su problema porque éste nos despierta angustia o dolor..." 

¿Se puede enviar energía a otras personas para ayudarles? Por supuesto que sí: somos energías nosotros mismos, la propia Ciencia reconoce que la materia no es sino una forma densa de energía. El famoso "poder de la oración", igual que el "mal de ojo" y otras formas de influencia están relacionadas con esto: uno puede mover realmente determinados tipos de energías con los que afectar a otros para bien o para mal. El principal problema no es cómo hacerlo (existen técnicas para aprender y luego sólo es cuentión de práctica) sino si es conveniente hacerlo. En el mundo hay demasiada gente empeñada en "salvar" a los demás cuando no han empezado a salvarse a sí mismos: son como esos ecologistas radicales que llaman a luchar por la Amazonia o la Antártida cuando son incapaces de hacer algo por los arbolitos recién plantados en su propia calle. 

3º- "CREER QUE VAMOS HACIA DIOS, QUE EVOLUCIONAMOS ESPIRITUALMENTE. No vamos hacia Dios porque ya estamos en él. Todo lo que nos rodea forma parte de su cuerpo universal. No evolucionamos espiritualmente. Nuestro espíritu es perfecto y completo, no puede ni tiene que evolucionar. En realidad, es un problema semántico, ya que la evolución espiritual no existe. Lo que queremos significar con eso es el despertar de nuestra conciencia a esa perfección..."

En este caso hay alguna diferencia sutil. Según este texto de la academia de preparación no hace falta evolucionar: sólo despertar a nuestra realidad espiritual... Pero si así fuera ¿qué sentido tendría el trayecto interior, los sufrimientos, los sacrificios, la vida misma de todos los grandes maestros espirituales que conocemos, desde Pitágoras a Jesús, pasando por Buda o Confucio? Si bastaba con abrir los ojos, no les hubiera sido necesario hacer ni la mitad de lo que hicieron... En la Universidad de Dios se aprende que, en efecto, el espíritu es perfecto en sí, pero la evolución consiste en despertar para hacerlo crecer, de manera que en el momento de la "muerte" abandone este mundo siendo más grande y poderoso (cuanto más, mejor) de lo que lo era cuando llegó.

 4º-  "ANGUSTIARSE O PREOCUPARSE CON UN FAMILIAR ENFERMO O EN CRISIS. En nuestra cultura está bien visto que uno se aflija o sufra junto con sus seres queridos; sin embargo, eso sólo sirve para incrementar su pesar. (...) Al afligirte por la enfermedad de un ser querido, agravas esa enfermedad, le das más fuerza y poder. La solución es hacer un esfuerzo personal y reconocer que más allá de nuestro entendimiento existe una Inteligencia Superior que actúa y tiene el poder de restaurar completamente a nuestro ser querido si así lo desea él mismo..."

Es una variante del segundo punto. No tiene mucho más comentario porque estas ideas pueden haber sido extraídas del manual de mi profe de Filosofía, Epícteto.

5º- "CREER QUE UNO HA SIDO 'ELEGIDO' POR DIOS. Muchas personas que estudian en escuelas esotéricas se sienten especiales y evolucionadas (...) Esta presunción se convierte en una forma de arrogancia, nada espiritual, que nos hace pensar que somos privilegiados, especiales, elegidos..., y que los demás están descarriados o perdidos en la vida. Esta forma de arrogaqncia también se ve en las religiones que se sienten propietarias de Dios. Si uno no sigue su culto, está perdido..."

Por desgracia, este error es muy común y está a la orden del día. Los "evolucionadísimos" son además los que suelen ir luego de "salvadores".


6º- "SACRIFICARSE POR OTROS. (...) Las tareas que se hagan por los demás deben hacerse con amor y, si no, es mejor evitarlas. Todo lo que se hace con amor es placentero, y por eso no pesa ni molesta. Por el contrario, lo que se hace con sacrificio genera presión interna, rencor, enojo, molestia y a veces hasta odio. El sacrificio por los demás está aprobado socialmente y es muy bien visto (...) el sacrificio va muy de la mano con la manipulación. Por ejemplo, una madre que ha dejado su vida a un lado por criar a los hijos tarde o temprano usará su postura para exigir algo de ellos (...) La actitud de mártir no lleva hacia Dios como muchos creen, sólo el camino del amor..."


Otra matización: mi tutor Thoth me ha explicado más de una vez que el sacrificio en sí no es malo. Sacrum facere, que es el origen de la palabra, significa literalmente hacer algo sagrado. Uno hace sacrificios pensando en conseguir, gracias a ellos, un beneficio más grande a largo plazo del que podría conseguir a corto si no los hiciera. Ahora bien, Thoth también me recordó que esto es como lo de las palabras mágicas: un sacrificio sólo funciona bien si conocemos perfectamente su significado y lo aplicamos con conciencia plena. Y con amor, claro.

7º- "DEPENDER DE AMULETOS, ESTAMPAS RELIGIOSAS, CRISTALES, VELAS, IMÁGENES U OTROS ELEMENTOS. Es cierto que los materiales tienen su propia energía y que el contacto con ellos (en especial, con ciertos cuarzos) produce cambios en nuestra vibración personal y pueden ayudarnos en el proceso curativo (...) El problema es que la mayoría de estos elementos se convierten en amuletos y les damos más poder del que en realidad tienen (...) el amuleto pasa a ser Dios (...) Lo peor sucede cuando la persona extravía su amuleto o éste se le rompe. La mayoría de las veces esto se interpreta como un presagio de que algo malo va a suceder..."


Como los sacrificios o las palabras mágicas, los amuletos (los reales, no los cachivaches supersticiosos) pueden ser herramientas útiles en un momento dado pero, al igual que las anteriores, no funcionarán si uno no conoce su significado profundo. Y por supuesto ni pueden ni deben entenderse como algo imprescindible para la persona sino como simples muletas temporales. Como decía aquella bella frase: "Posees sólo aquello que puedes salvar en un naufragio".

8º- "CREER QUE UNO PUEDE GUIAR A OTROS O QUE PUEDE SER GUIADO. Sentir que gracias a uno otras personas se iluminan o, al revés, que la presencia de otros nos devuelve a la luz es pura ilusión del ego. La verdadera guía es interna, es tu intuición, la voz de tu espíritu (...) Todos aprendemos y enseñamos al mismo tiempo. Por ese motivo es conveniente mantener una actitud receptiva hacia las señales que recibimos de nuestro entorno y ver qué resonancia producen en nuestro interior. No eres el salvador ni la guía de nadie (...) Esto es cierto también al revés. Nadie te rescatará ni te salvará, excepto tú mismo..."

Un maestro lo es no porque necesite ser adorado o imponerse a otros, ni mucho menos porque se dedique a salvar a nadie, sino porque conoce el camino que hay que recorrer. La diferencia entre un maestro de verdad (y no tanto cantamañanas como hay suelto por ahí) y su discípulo es que el primero fue segundo y ya ha transitado por los caminos por donde éste deberá pasar; por tanto no necesita repetir el camino y no lo hará: se limitará a indicar a su alumno lo que tiene que hacer y por dónde deberá ir, pero sin acompañarle. Esta verdad es especialmente dura, pero fidelísima: "Nadie te rescatará ni te salvará, excepto tú mismo". Todos los que se pasan el día rezando a sus dioses para que les salven son, en el fondo, una pandilla de vagos esperando a que otro haga el trabajo por ellos.

9º- "CREER QUE LOS MAESTROS ESPIRITUALES SON AQUÉLLOS QUE NOS PROVEEN DE LA INFORMACIÓN TEÓRICA. (...) El hecho de que una persona transmita una determinada información no la coloca en un grado superior (...) Los verdaderos maestros espirituales son aquéllos que nos ponen a prueba y vienen 'disfrazados' de hijos, padres, jefes, amigos, enemigos, animales, plantas y demás. Son aquéllos que nos traen problemas. Ellos son los que realmente nos enseñan las lecciones que tenemos que aprender porque nos ponen a prueba..."

Y las pruebas son todos los días a todas horas. Uno nunca sabe cuando se puede presentar el siguiente profe espiritual dispuesto a ponernos entre la espada y la pared. En la antigua mitología nórdica, esta presencia divina mezclada entre los humanos corrientes la representaba el dios Odin/Wotan cuando encarnaba en la Tierra y se paseaba entre los mortales disfrazado de un hombre tuerto de larga barba vestido de color gris y con un sombrero de pico (sí, me temo que el Gandalf de El Señor de los Anillos no es más que una evocación moderna del Padre de los Dioses... Tolkien no inventó nada: se limitó a reactualizar muchas cosas del pasado más lejano).


10º- "CREER QUE UNO NO PUEDE ENOJARSE, TEMER O SENTIR CUALQUIER OTRA EMOCIÓN NEGATIVA POR HALLARSE EN EL CAMINO ESPIRITUAL. Esta creencia nos lleva a una gran represión de la ira y los enojos que hacen su reaparición más tarde bajo la forma de rencor, crítica o rechazo (...) El tener un conocimiento intelectual acerca de la acción destructiva de ciertas emociones no las hace desaparecer. Uno puede saber lo malo que es el enojo y sin embargo no poder evitar enojarse (...) La mayoría de las personas que transitan el terreno espiritual son muy exigentes consigo mismas y pretenden erradicar completamente de sus vidas este tipo de reacciones. Esto no resulta desacertado, pero sólo se logra a través de un proceso..."

Como diría aquel personaje de Billy Wilder: "Nadie es perfecto". De hecho, si lo fuéramos, no estaríamos perdiendo el tiempo en este plano de la existencia. Pensar que no nos podemos permitir el lujo de enfadarnos, gritar, llorar o cualquier otra reacción negativa de vez en cuando sólo por estar estudiando la carrera de Dios no es más que un coletazo de narcisismo y vanidad, propio del ego inferior.
 

3 comentarios:

  1. El o la imbécil que ha publicado este estupidez de ensayo se ha atrevido a emitir un juicio de lo que no sabe, de lo que no ha practicado. ¿Con qué autoridad este o esta animal irracional se ha atrevido a manifestar que la metafísica tiene fallas? Oye, so bestia, primero infómate bien, practica, y luego opina. Cabeza de asno.

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  2. estas demostrando que tu metafisica no te lleva a nada sino no utilizarias esos terminos como imbecil,estupidez bestia tranquilisate o anda a tu maestro metafisico que te ayyudde chau walmar max

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  3. andaaa jaja a prender velas gil jaja excelente ensayo felicito al que publico esto o mejor anda buscando otro amuleto o vibra o mejor dicho te elevaste tanto que chocaste con el techooooooooooooooo

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