Así lo confesó Bono a una granada selección de directivos de alto nivel y jefes de redacción de diarios nacionales, cadenas de radio, televisiones…, junto con los portavoces de los grupos parlamentarios en la Cámara Baja. A todos ellos y con la excusa de una comida para conmemorar el aniversario del 23-F, empezó a quejarse de que los medios de comunicación transmiten a la ciudadanía la idea de que sus señorías “cobran mucho y trabajan poco” lo que ha despertado mucha “inquietud”. Sí, es lo malo de la existencia de la prensa libre, ¿verdad?, eso de que uno pueda comprobar en la televisión o en fotografías como la que se reproduce aquí al lado (si es que no quiere creerse algunas crónicas periodísticas muy significativas que lo denuncian de vez en cuando) lo que les importa a sus "señorías" su trabajo a juzgar por el elevado grado de absentismo laboral que practican... Salvo, claro, cuando alguien toca la corneta y manda "¡Firmes!" en el partido porque hay que sentarse corriendo en el escaño para votar una ley concreta que interesa sacar adelante, o no.
En su afán por convencer a los periodistas de lo malos que son por limitarse a transmitir la realidad pura y dura, Bono se sacó del bolsillo un estudio sobre lo que cuesta un diputado a las arcas del Estado. La conclusión del informe es que el parlamento español supone mucho menos dinero para el ciudadano que cualquier cámara europea... ¡E incluso hay seis parlamentos autonómicos aún más caros que el nacional! Lo que por otra parte lo único que quiere decir es que los parlamentarios europeos y los autonómicos de esas seis regiones viven todavía mejor de lo que lo hacen los de la madrileña Calle de San Jerónimo.
Por lo demás, imagino que José Bono no comentaría esa otra estadística que se publicó a mediados de noviembre del año pasado y según la cual, de los dos partidos mayoritarios el PP es el más activo puesto que "sólo" el 9 por ciento de sus diputados (14 de un total de 153) no han presentado una sola iniciativa ni han tenido ninguna intervención desde que comenzó la legislatura. El caso es más grave en el PSOE, porque la cifra de políticos vagos llega al 33 por ciento (57 de sus 169 escaños ocupados). Si sumamos los unos y los otros veremos que un 20 por ciento de los parlamentarios nacionales podrían haberse quedado en su casa y no hubiera pasado absolutamente nada. Para compensar la cosa (de un partido mayoritario respecto al otro), en las votaciones celebradas hasta la fecha de publicación de esta estadística, la media de diputados del PP que faltaron a las más de 40 sesiones de votación era de 15 diputados, mientras que la media del PSOE era de 3 ausencias. También es lógico, si tenemos en cuenta que dada la precaria mayoría socialista, este partido no se puede permitir el lujo de dar muchas "vacaciones" a los suyos si quiere aprobar sus leyes. Un diario gratuito publicó entonces esta imagen que aparece aquí a la izquierda y que resumía un poco lo que hay.
Volviendo al señor Bono, su comida se completó con la presentación de un informe sobre las actividades extraparlamentarias de los 350 diputados de la Cámara Baja (¿de verdad hacen falta tantos después de visto lo visto?) donde cada uno de ellos puso lo que quiso poner en un llamado Registro de Intereses-Actividades. Por ese documento nos enteramos por ejemplo que Rodríguez Zapatero preside la Fundación Carolina y es patrono de las Fundaciones Pablo Iglesias y Alternativas y patrono y presidente de Ideas para el Progreso, además de jefe de gobierno y secretario general del PSOE. O Mariano Rajoy, patrono de la Fundación FAES, tertuliano de medios de comunicación y conferenciante. O Bono mismo, patrono de la Fundación Barredo y Para el Progreso de Salobre, además de articulista y (¡cielos!) autor literario. Será muy divertido cuando los medios de comunicación empiecen a publicar lo que algunas de sus señorías son y no han declarado en este registro, aunque eso signifique volver a subir el pistón.
La verdad es que ser político sigue siendo uno de los grandes chollos de este país como ya resumimos hace unos días al mencionar el imprescindible libro La Casta de Daniel Montero, se ponga el señor Bono como se ponga, y no parece que haya solución a corto plazo. La última prueba la tenemos en el informe del Tribunal de Cuentas que se ha hecho público esta semana y que corresponde al año 2006, el último fiscalizado. Un documento que por cierto ha pasado bastante inadvertido en los medios de comunicación, a pesar de lo esclarecedor de algunos de sus datos. Resumimos los de mayor interés:
* La mayor parte del dinero público fue a parar a los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE. Los conservadores recibieron casi 65 millones de euros y los socialistas casi 63 (más los 12 millones concedidos al PSC que, aunque está integrado, presenta sus cuentas por separado por aquello del “hecho diferencial” catalán), manteniendo así el equilibrio que muestran en el panorama político, donde ambos se vienen alternando desde hace muchos años como las dos opciones preferentes de la inmensa mayoría de votantes.
* El conjunto de los partidos políticos españoles recibió a lo largo de ese año algo más de 193 millones de euros, de los cuales 184 y medio fueron para los que tienen representación parlamentaria, poco más de 6 millones para los que sólo tienen presencia en asambleas autonómicas y 2 y medio para partidos de ámbito exclusivamente local.
* El caso del Partido Comunista de las Tierras Vascas, heredero de Batasuna, es especial. El Tribunal no fiscalizó sus cuentas por su posterior ilegalización, pero reseña que recibió ayudas del gobierno y del parlamento autonómico vasco controlado entonces por el PNV por un importe de casi un millón doscientos mil euros: un millón doscientos mil euros que no hace falta ser un lince para deducir que fueron a parar en gran parte a la saca común del submundo etarra. Es decir, sirvieron para financiar el terrorismo.
* Ojo a esta revelación: la deuda que los partidos representados en el Congreso acumulaban en 2006 (hoy será obviamente superior) superaba los 191 millones de euros, de los que millón y medio eran intereses. Los partidos con representación autonómica como por ejemplo el Andalucista, UDC, EA o el PSM, tenían también su deuda, que sumaba más de 10 millones. ¿Conoce alguien a una empresa o un particular al que un banco cualquiera, el que sea, le permita mantenerse durante años y años y años con este volumen de deudas, sin intervenirle? Los partidos políticos son los únicos que consiguen, una y otra vez, renegociar sus números rojos aunque según el Tribunal de cuentas “desconociéndose los términos de la negociación que ha ocasionado el cálculo de los intereses abonados”. ¿A cambio de qué?
Sumados los datos del Tribunal de Cuentas a lo que ya sabíamos acerca de sus “señorías”, realmente señor Bono ¿cómo pretende que los ciudadanos les tomen en serio?
Es verdad, vivíamos mejor cuando solo había UN POLÍTICO: FRANCO.
ResponderEliminarHombre, Franco no era político sino militar, y solo habia uno, no cienmil como hay ahora viviendo a nuestra costa.
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