
La Guerra de las Dos Rosas comenzó cuando el duque Ricardo Plantagenet (York) intentó quitar de en medio al rey Enrique VI (Lancaster) quien, pese a ser hijo del gran Enrique V, carecía según los cronistas de la época de una correcta estabilidad mental así como de otras cualidades precisas para soportar sobre la cabeza una corona como la que portaba. Aprovechando su debilidad militar por la guerra de los Cien Años el duque intentó el golpe definitivo pero fue derrotado y, aún peor, murió, en Wakefield. Después de sucesivas escaramuzas durante treinta años, el conde de Richmond, Enrique Tudor, se puso al frente de los Lancaster y en Bosworth Field derrotó de nuevo y esta vez para siempre a los York (que al final demostraron ser tan blanditos como el jamón que lleva su nombre). Coronado como Enrique VII, tuvo la inteligencia suficiente para terminar con tres decenios de guerra como se hacían estas cosas en la Edad Media. Es decir, casándose con Isabel de York y uniendo así ambas casas..., y ambas rosas, en una sola: la roja y blanca de los Tudor que a partir de entonces representó al trono de Inglaterra.
Es por eso por lo que la rosa de los Tudor aparece en muchos de los cuadros, dibujos y todo tipo de representaciones de los reyes de Inglaterra, desde esa época hasta entonces. Incluyendo los de la poderosa, gélida y neurótica reina Isabel I, la famosa "reina virgen" y sin duda una de las personas más populares que ha ocupado el trono de la monarquía británica (y durante más tiempo). Conocemos muchas i

Uno de los cuadros menos conocidos de la reina Isabel I, de autor anónimo y que se conserva en la Galería Nacional de Retratos del Reino Unido, muestra a esta mujer con su característico gesto agrio y empuñando algo en su mano derecha, cuyo dorso aparece ennegrecido por una mancha extraña. Durante mucho tiempo, los expertos pensaron que lo que sujetaba contra su pecho era la Rosa de los Tudor, pero no se explicaban el porqué de la sombra. El enigma ha quedaro resuelto recientemente, gracias a que vivimos en una época tan estéril desde el punto de vista creativo que los especialistas en arte prefieren aprovechar su tiempo en limpiar y recuperar la belleza de las obras antiguas que en malgastarlo con las "novedades" prescindibles que nos ofrecen los "artistas" de nuestros días. Y aquí surge la sorpresa porque una de las conservadoras de la susodicha Galería Nacional, Tarnya Cooper, ha revelado al mundo que gracias a los rayos equis y la tecnología de infrarrojos se descubrió lo que luego se ha confirmado: que lo que verdaderamente sujetaba la "reina virgen" era... ¡Una serpiente! Una serpiente de escamas verdes y azules pintada primorosamente.
Ahora nos encontramos con la parte más divertida, cuando los analistas actuales cometen el mismo error de siempre que es intentar justificar y explicar con razonamientos actuales los comportamientos de nuestros antepasados. Cooper y los otros

De hecho, la serpiente era uno de los emblemas favoritos de Lizzard-bel (¡como podrán imaginarse todos los lectores de las fascinantes/extravagantes/sugerentes teorías de cierto investigador británico llamado David Ic

Dándole vueltas a la imagen de Isabel I apareció por mi cuarto, cómo no, el ilustre Mac Namara.
- Mira quién está ahí..., la malvada Issssssabel -comentó mi gato conspiranoico alargando la ese como si imitara el siseo de una serpiente.
- Así que tú tampoco crees que fuera una buena persona precisamente, ¿mmmh?
- Seguro que no sabes esto -dijo, mirándome con sus ojos burlones-: la última vez que se exhibió públicamente ese misterioso retrato fue en 1921. Y en esa época los llamados expertos de la Galería Nacional de Retratos impusieron la retirada permanente del cuadro de la vista del público achacando la sombra no a una Rosa de los Tudor mal pintada sino a una decoloración por culpa de la exposición y el paso del tiempo... Yo diría que a lo mejor esos expertos sabían más de lo que realmente contaron sobre lo que significaba exactamente el cuadro... Y, por cierto, es interesante que fuera una Rosa de los Tudor lo que pusieron en manos de la vieja bruja, la reina serpiente, para disimular al pequeño y malévolo ídolo que se trae entre manos. Otro día te contaré acerca de las peculiaridades de las rosas de York y Lancaster pero ¿sabes que sería interesante? Que alguien explicara cuál fue exactamente la causa de la "inestabilidad mental" de Enrique VI...
- Tus comentarios son inquietantes, como de costumbre.
Mac Namara sonrió y concluyó:
- ¿Sabes la última noticia? El Instituto de Astrofísica de Canarias acaba de descubrir el exoplaneta más parecido a los del Sistema Solar de todos los detectados hasta el momento desde la Tierra, que son unos cuantos: en torno a 400. Es muy parecido a Júpiter y orbita en torno a una estrella parecida al Sol en un año de unos 95 días. Está a unos 1.500 años luz de distancia de nuestro mundo y quién sabe si podría tener vida, aunque resulta difícil teniendo en cuenta que se le ha calculado una temperatura que oscila entre los 150 grados y los 20 bajo cero. Le han bauitzado como Corot-9b y ¿sabes dónde lo han descubierto?
En la Constelación de la Serpiente.
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