Uno de los grandes mártires de la conspiranoia norteamericana es William Milton Cooper o, simplemente, Bill Cooper, quien manejó muchos de los documentos más inquietantes que circularon por el mundo durante la segunda mitad del siglo XX, algunos de ellos con teorías ciertamente alucinantes y otros que han obtenido diverso grado de confirmación a lo largo del tiempo. Lo cierto es que estaba en una buena posición para acceder a estos informes ya que trabajó durante bastante tiempo para la Inteligencia Naval norteamericana (tras servir en la Fuerza Aérea, participar en la guerra de Vietnam y recibir un par de medallas por sus capacidades bélicas) y él mismo reconoció haber intervenido en diversas operaciones cuestionables desde el punto de vista ético (encubrimientos incluidos), lo que, de hecho, le llevó a retirarse de esta labor, si bien conservó muchos de los contactos creados en aquella época.
Gracias a ellos se convirtió en “el locutor de radio más peligroso de Norteamérica” según palabras del entonces presidente de EE.UU. Bill Clinton, ya que aprovechaba su programa de radio (y sus libros) para hablar sobre todas estas cosas. Una especie de predecesor de Julian Assange y su WikiLeaks, pero en la radio en lugar de Internet y con asuntos más jugosos aún.
Bill Cooper no llegó a cumplir los 60 años de edad. Murió con 58 en un confuso incidente armado con la Policía, en el mejor estilo de Expediente X. Según la versión oficial, un grupo de agentes fue a su casa a detenerle tras recibir un aviso de que había amenazado a unos transeúntes junto a su casa, lo que no parecía buena idea teniendo en cuenta además que estaba acusado de evadir impuestos. Los agentes fueron recibidos a tiros (al viejo estilo yankee de "salgan de mi propiedad si no traen una orden de registro..., o aunque la traigan") e incluso uno de ellos resultó herido en la cabeza. Otro contestó al tiroteo y mató a Cooper.
Según la versión de sus seguidores, entre los que se cuenta naturalmente Mac Namara, todo fue una trampa del FBI, ejecutada por órdenes "de arriba". La idea era aprovechar cualquier provocación para asesinarle fríamente como, según ellos, así lo hicieron. Con el agravante de que el tiroteo se produjo delante de su familia y el detalle de que, siendo paralítico de una pierna, hubiera sido fácil detenerle simplemente disparándole a la otra.
Como siempre, la eterna duda: un hecho y dos versiones muy distintas. ¿Cuál creer? Para arrimar el ascua a su sardina (expresión que viene especialmente bien tratándose de un gato), Mac Namara me explicó algunas cosas interesantes...
- Bill se había convertido en un tipo demasiado peligroso, no sólo para la Administración norteamericana sino para quienes, a través de ella, controlan verdaderamente los Estados Unidos. Hay un pequeño detalle que es del dominio público pero que la inmensa mayoría de la gente ignora hoy día porque ha sido sistemáticamente ocultado por los medios de comunicación corrientes, debido a sus implicaciones... -tras una pausa melodramática, mi gato conspiranoico me informó de lo siguiente:- El 28 de junio de 2001, en su programa de radio 'Hour of the time', Bill advirtió de que los norteamericanos debían prepararse para sufrir un golpe tremendo, un ataque estremecedor contra ellos, del cual se echaría la culpa a Osama Ben Laden, aunque sus artífices serían determinados elementos del propio gobierno norteamericano. La mayor parte de la gente que le escuchó entonces no le dio mayor importancia. Sonaba como esas profecías apocalípticas de siempre... Ahora bien, menos de tres meses después se produjo el
bestial poliatentado del 11-S. Y..., fíjate en algo más: Bill fue tiroteado menos de dos meses después de aquella trágica fecha: el 5 de noviembre del 11-S. Parece obvio que 'sabía demasiado' y había que quitarle de en medio antes de que la gente empezara a hacerse preguntas incómodas como las que él hacía... Por ejemplo, ¿cómo era posible que Ben Laden, el hombre más buscado del mundo y a quien ni siquiera los mejores servicios secretos eran capaces de ubicar, fuera tranquilamente entrevistado por un reportero de la CNN en una cueva perdida en algún lugar del centro de Asia? ¿Esa cueva, por cierto, estaba en Asia, o era un decorado de cartón piedra? Sí, sin duda Bill se convirtió en un locutor peligroso...
Es cierto que, después de su "profecía" a través de las ondas radiofónicas, William Cooper dejó escrito en su sitio de Internet que temía seriamente por su vida y advertía, con un tipo de letra bastante grande y en color rojo:
El que avisa no es traidor... Pero tampoco esto fue tomado muy en serio por sus lectores, acostumbrados al tremendismo, la aventura y la emoción... Y olvidándose de que aún a día de hoy escarbar públicamente en ciertos asuntos sigue siendo la mejor manera de acabar con la propia vida (o mejor dicho: que alguien acabe con tu propia vida) antes de tiempo.
¡¡ATENCIÓN!! CUALQUIER INTENTO DEL GOBIERNO FEDERAL O DE CUALQUIER OTRO DE EJECUTAR ÓRDENES ILEGALES E INCONSTITUCIONALES DE ARRESTO..., SE ENCONTRARÁ CON RESISTENCIA ARMADA.
La vocación de Cooper por las informaciones "diferentes" debió nacer en él a una edad temprana. En primer lugar por ser hijo de un oficial de la Fuerza Aérea de los EE.UU., lo que le llevó a pasarse la infancia de un lugar a otro del mundo junto a su familia, según destinaban a su padre a una u otra base (por ejemplo, se graduó en 1961 en el Instituto Yamato de Japón). Esta falta de arraigo en un lugar concreto y la posibilidad de acceder a distintas culturas y a gentes diversas por fuerza tuvo que abrirle la cabeza respecto a sus contemporáneos. Y en segundo lugar, porque entre los escasos datos que han trascendido sobre su vida personal nos encontramos con que fue un miembro activo en la organización juvenil (miembros entre 12 y 21 años) DeMolay International..., cuyo emblema vemos a la izquierda y cuyo nombre real es Orden de DeMolay. Se trata de un grupo de origen masónico cuyo nombre recuerda a Jacques De Molay, el último de los grandes maestres del Temple, asesinado en la hoguera por gentileza del Papa Clemente V y el rey Felipe IV de Francia, ambos en comandita.
La obra más famosa de este hombre, la que tiene un lugar de honor en la biblioteca de todo buen conspiranoico y que, sorprendentemente (¿sorprendentemente?) nunca ha sido traducida y publicada en español, que Mac Namara sepa, es Behold a Pale Horse (He aquí un caballo pálido), un título tomado de la Biblia (después de todo era norteamericano...), del libro de las Revelaciones, donde dice: "Y miré y he aquí un caballo pálido, y el nombre de quien iba montado sobre él era Muerte, y el Infierno le seguía." En sus páginas, y en las de sus otras obras, desarrolló las hipótesis más asombrosas basándose en las informaciones secretas que decía poseer y lanzando constantes llamamientos a la incredulidad y la desconfianza del ciudadano, al objeto de mantenerse libre ante la vasta conspiración que a su juicio se extendía por el mundo, y en especial por su país. Frases suyas que se hicieron famosas son por ejemplo las de "Escuche a todo el mundo, lea todo lo que encuentre, pero no crea absolutamente nada de lo que le digan a no ser que pueda comprobarlo personalmente" o "Nadie se hizo popular por contar la verdad a la gente. La Historia recuerda lo que le sucedió a los verdaderos profetas en el pasado. Sin embargo, algunos se dieron cuenta de las advertencias y no fueron tomados por sorpresa. Otros prefirieron enterrar sus cabezas en la arena y se negaron a escuchar. Éstos últimos murieron."
La teoría general sobre la que William Cooper montó su interpretación inicial de la Gran Conspiración partía de la presunta existencia de un pacto secreto entre el gobierno de los Estados Unidos y una raza de extraterrestres. Él afirmaba haber trabajado en un proyecto secreto bautizado como Operation Majority en el que había obtenido información clasificada sobre la alianza tecnológica entre ambas partes. La historia es conocida por los aficionados: el misterioso comité Majestic 12, el permiso a los aliens para secuestrar temporalmente a algunos seres humanos y experimentar con ellos (sin matarlos) a cambio de entregar tecnología punta extraterrestre al gobierno de Washington, las mutilaciones de ganado, la traición de los grises, el asesinato de JFK, etc. Sin embargo, años más tarde dijo que todo aquello no era exactamente así, y denunció haber sido víctima de una manipulación por parte del "gobierno secreto de los Illuminati" que, aseguraba, habitualmente engaña al Ejército y a otros sectores de la administración norteamericana con la idea de que están trabajando con o en contra, en función de lo que convenga en un momento dado, de estos extraterrestres hipotéticos.
Sólo los dioses saben cuánto de lo que llegó a conocer (más allá de lo que le dejaron publicar en vida) era realmente cierto y cuánto fruto de una paranoia personal o inducida desde fuera al objeto de desacreditarle y, con él, desacreditar una manera distinta de ver las cosas y reflexionar sobre ellas.
Uno de sus documentos más conocidos, en el que resumía sus tesis, finalizaba con unas palabras ciertamente peligrosas desde el punto de vista del control social, pues le mostraban como un tipo incontrolable:
"He expuesto la verdad tal como la veo. Me es indiferente lo que puedan pensar de mí, pues sólo he cumplido con mi deber. Mi destino me da igual: ahora puedo presentarme ante Dios con la conciencia limpia".
La obra más famosa de este hombre, la que tiene un lugar de honor en la biblioteca de todo buen conspiranoico y que, sorprendentemente (¿sorprendentemente?) nunca ha sido traducida y publicada en español, que Mac Namara sepa, es Behold a Pale Horse (He aquí un caballo pálido), un título tomado de la Biblia (después de todo era norteamericano...), del libro de las Revelaciones, donde dice: "Y miré y he aquí un caballo pálido, y el nombre de quien iba montado sobre él era Muerte, y el Infierno le seguía." En sus páginas, y en las de sus otras obras, desarrolló las hipótesis más asombrosas basándose en las informaciones secretas que decía poseer y lanzando constantes llamamientos a la incredulidad y la desconfianza del ciudadano, al objeto de mantenerse libre ante la vasta conspiración que a su juicio se extendía por el mundo, y en especial por su país. Frases suyas que se hicieron famosas son por ejemplo las de "Escuche a todo el mundo, lea todo lo que encuentre, pero no crea absolutamente nada de lo que le digan a no ser que pueda comprobarlo personalmente" o "Nadie se hizo popular por contar la verdad a la gente. La Historia recuerda lo que le sucedió a los verdaderos profetas en el pasado. Sin embargo, algunos se dieron cuenta de las advertencias y no fueron tomados por sorpresa. Otros prefirieron enterrar sus cabezas en la arena y se negaron a escuchar. Éstos últimos murieron."
La teoría general sobre la que William Cooper montó su interpretación inicial de la Gran Conspiración partía de la presunta existencia de un pacto secreto entre el gobierno de los Estados Unidos y una raza de extraterrestres. Él afirmaba haber trabajado en un proyecto secreto bautizado como Operation Majority en el que había obtenido información clasificada sobre la alianza tecnológica entre ambas partes. La historia es conocida por los aficionados: el misterioso comité Majestic 12, el permiso a los aliens para secuestrar temporalmente a algunos seres humanos y experimentar con ellos (sin matarlos) a cambio de entregar tecnología punta extraterrestre al gobierno de Washington, las mutilaciones de ganado, la traición de los grises, el asesinato de JFK, etc. Sin embargo, años más tarde dijo que todo aquello no era exactamente así, y denunció haber sido víctima de una manipulación por parte del "gobierno secreto de los Illuminati" que, aseguraba, habitualmente engaña al Ejército y a otros sectores de la administración norteamericana con la idea de que están trabajando con o en contra, en función de lo que convenga en un momento dado, de estos extraterrestres hipotéticos.
Sólo los dioses saben cuánto de lo que llegó a conocer (más allá de lo que le dejaron publicar en vida) era realmente cierto y cuánto fruto de una paranoia personal o inducida desde fuera al objeto de desacreditarle y, con él, desacreditar una manera distinta de ver las cosas y reflexionar sobre ellas.
Uno de sus documentos más conocidos, en el que resumía sus tesis, finalizaba con unas palabras ciertamente peligrosas desde el punto de vista del control social, pues le mostraban como un tipo incontrolable:
"He expuesto la verdad tal como la veo. Me es indiferente lo que puedan pensar de mí, pues sólo he cumplido con mi deber. Mi destino me da igual: ahora puedo presentarme ante Dios con la conciencia limpia".
Un dibujo animado que te va a encantar sobre el NWO:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=bKSJCBSmOTs&feature=player_embedded