Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

jueves, 20 de mayo de 2010

Los cuernos

El pasado 16 de mayo falleció, víctima de un cáncer de estómago, Ronald James Padavona, más conocido por su alias de Ronnie James Dio o, simplemente, Dio. Tenía 67 años (6+7=13, ¡mala suerte, muchachote!). A los que nos les guste la música conocida como heavie metal no les dirá nada, pero fue uno de los principales personajes de la vertiente satanista del rock duro. Resulta gracioso escuchar a los "expertos" (ciertos críticos musicales y algunos peleles con un increíble poder mediático que dictan lo que debe ser cultura y lo que no) que reducen la parafernalia de este tipo de bandas (cruces y pentáculos invertidos, el triple seis, las imágenes infernales de zombies amenazadores o de demonios arrogantes, los nombres característicos de los grupos, las letras obvias de sus canciones...) a "simple y entretenido espectáculo que sólo escandaliza hoy a las señoras mayores" pues demuestran una de dos: o su perfecta ignorancia de cómo afectan los símbolos a la mente humana o su directa complicidad con quienes siempre han apoyado este tipo de música básicamente ruidosa y agresiva que tanto ha contribuido a la deshumanización actual (y a la sordera) de muchas personas sin ser éstas conscientes de ello. De hecho, él mismo lo admitió titulando así, Deshumanizer, el disco que grabó con Black Sabbath en 1992.

Uno de los principales expertos en psiquiatría de bebés y de mujeres embarazadas, el canadiense Thomas Verny, declaraba justamente hace unos días al diario El País que al ser humano más primario, al feto que se encuentra en el vientre de la madre (y por tanto se guía por impulsos absolutamente naturales no contaminados por influencia intelectual alguna) no le gustan ni el rock ni el jazz pero sí la música clásica y en especial, el divino Mozart y el maravilloso Vivaldi. Verny, de 74 años, dejó la obstetricia por la psiquiatría perinatal con el fin de estudiar el fascinante mundo de la mente de los recién nacidos y, entre otros descubrimientos, comprobó la existencia de personas que poseían recuerdos previos a los dos años de edad, incluso con pocos días de vida. Sus experiencias, recogidas en libros como La vida secreta del niño antes de nacer, le llevan a la conclusión de que la salud mental del pequeño se puede preparar incluso antes de su concepción en este mundo. Cuenta que el director de orquesta Boris Brott le reveló un pequeño secreto familiar y es que cuando estudiaba música se dio cuenta de que en algunas partituras podía anticipar cómo seguiría la melodía del chelo, como si tuviera "poderes de adivinación" pero sólo para este instrumento. Más tarde, su madre le explicó el porqué: durante buena parte de su embarazo del futuro director ella no dejó de practicar con su chelo. Y las piezas que ella tocaba en aquella época eran las que años después y "sin conocerlas previamente" Boris Brott podía reconocer y "anticipar".

Pero volvamos a Dio. Nacido en Estados Unidos de padres italianos (Padavona no es un apellido precisamente noruego), comenzó a tocar música muy jovencito en grupos como los Red Caps (Gorros Rojos) y Ronnie and the Prophets (Ronnie y los Profetas). Del rockabilly de la época evolucionó a un sonido más trabajado con diversas influencias, desde el Rythm and Blues hasta el Pop, y a finales de los años 60 le encontramos dirigiendo The Elves (Los Elfos) que, enseguida, mutó su nombre por el de Elf (Elfo) a secas. La leyenda cuenta que la denominación de la banda se debe a la escasa altura de sus componentes, teniendo en cuenta que él era el más alto y apenas llegaba al metro sesenta. Sin embargo, es interesante repasar el nombre de los distintos grupos en los que participó a lo largo de su vida para darnos cuenta de que siempre están relacionados con hechos místicos o religiosos (incluso el primero, Red Caps, pues éste es uno de los apodos que en la tradición anglosajona tienen cierto tipo de elfos por el color de sus sombreritos; por cierto, que en esas leyendas los elfos no son sólo los seres educados, etéreos y hermosos estilo El Señor de los Anillos, sino que el término se emplea también para designar a seres bastante más desagradables).

Otro mito del rock duro, Ritchie Blackmore, le reclutó para su grupo Rainbow (Arco Iris) con el que conoció sus primeros triunfos de importancia durante los años 70 y de donde saltó a Black Sabbath (Sabbat Negro) sustituyendo a otra leyenda del satanismo rockero, Ozzy Osbourne. Con ellos, su carrera se consolidó definitivamente con discos como Heaven and Hell (Cielo e infierno, título con el que luego actuarían también como grupo) o Live Evil (Directo Diabólico) y decidió dar el salto en solitario con su grupo, al que en el característico arranque de soberbia típico en estos casos, bautizó como a él mismo. Es decir, como el apodo artístico con el que se dotó desde bien temprano: Dio. En italiano (el idioma de sus padres), Dio significa Dios, lo que ya de por sí debería darnos una idea de lo que pensaba sobre sí mismo..., aunque algunos estudiosos consideran que en realidad era un acróstico de Devil Is Ours (El demonio es el nuestro -nuestro Dio, nuestro Dios-). Convendría recordar las declaraciones de Tony Iommi, uno de los líderes de la banda y que posteriormente tocó con Dio, cuando dijo en una entrevista que "la magia negra y la brujería no son chorradas sino necesidades legítimas."

En 1983 debutó la banda con su nombre y lo hizo con un disco de sarcástico título: Holy Diver (Santo submarinista), ya que en su explícita portada se aprecia un gigantesco demonio con un rostro muy similar al de Seth (el dios del Mal en la mitología egipcia) y que se convirtió en la "mascota" de su grupo arrojando al mar a un sacerdote encadenado y presa del pánico porque su destino inmediato es ahogarse. Ese demonio muestra un gesto en su mano izquierda que se ha convertido en un clásico de la llamada música metal y, en general, de todo el rock duro: los cuernos. El entorno de Dio extendió la leyenda de que había sido el "inventor" de esta posición característica de los dedos de la mano, con el índice y el meñique extendidos y el resto de los dedos cerrados sobre la palma. En realidad, fue simplemente su máximo difusor entre los jóvenes hipnotizados por el ritmo brutal de sus álbumes y por los mensajes de rebeldía y surrealismo oscuro de sus canciones. Él se limitó a aprenderlo de su abuela italiana, que lo utilizaba como protección contra el mal de ojo..., o para echarlo. Cualquier estudiante mínimamente versado en rituales y ceremonias (esto no es ni de Primero de la Carrera de Dios, sino del curso de preparación previo) conoce lo que significan "los cuernos" y a quién se invoca con ellos.

Los títulos de sus discos a lo largo de su carrera hablan por sí solos: desde los ya citados hasta Under wheels of confusion (Bajo las ruedas -o Arrollado- por la confusión), The rules of Hell (Las reglas del Infierno), Dream Evil (Sueño diabólico), The devil you know (El diablo que ya conoces) o Angry Machines (Máquinas furiosas), entre otros. Siguió tocando en conciertos y preparando nuevos temas prácticamente hasta el final de su vida. Para finales de 2009 se le diagnosticó el cáncer de estómago por el cual comenzó su tratamiento en la Clínica Mayo: un centro hospitalario irónicamente denominado como el mes en el que definitivamente ha muerto, seis meses después de la aparición de la enfermedad.

Respecto a los "cuernos", que tanto ignorante toma como un simple gesto rockero, un rápido vistazo a la galería de fotos nos mostrará cómo muchos de los personajes más conocidos del mundo contemporáneo emplearon o siguen empleando este signo para invocar ciertas fuerzas en su beneficio. Y según algunos, para reconocerse entre ellos, públicamente, como miembros de cierta cofradía secreta. Desde músicos tan conocidos como:


Pasando por populares actores (sobre todo en EE.UU., donde la libertad de culto es sensiblemente superior a Europa):


Por supuesto, también políticos, y no precisamente los de tercera fila:


Incluso mujeres de políticos, incluso en portadas de revista de gran tirada:


A veces se disimula este antiquísimo signo, se le convierte en familiar para la gran masa social, "adaptándolo" a otros sistemas de comunicación mucho más modernos. Por ejemplo, en el idioma de los sordomudos, en inglés, ¡es sinónimo de Te quiero! Y como tal apareció en su día en un sello oficial de los Estados Unidos:


¡Hasta Spiderman
, el héroe por excelencia de Marvel, pertenece a la extraña cofradía! Sus famosas telarañas sólo salen expulsadas de sus muñecas cuando practica el gesto característico...

Y cuando nuestra capacidad de asombro parece haber llegado a su límite resulta que el Papa Benedicto XVI reconoce públicamente durante su reciente viaje a Portugal que "los ataques al Papa y a la Iglesia no sólo vienen del exterior sino que los sufrimientos de la Iglesia proceden de dentro, del pecado que existe en la Iglesia. Esto se ha sabido siempre, pero hoy lo vemos de una forma aterradora". Si él lo dice, debe saber por qué:




2 comentarios:

  1. te has convertido en un Guillermo de Baskerville...descubriendo al Papa haciendo cuernos...jajaja...lo peor de todo esa tapa de Dio ..por dios qien se la dibujo....lo opuesto a Yes...

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