No es fácil ser un gato con poderes, como yo: está uno siempre muy ocupado con muchas cosas que mejor no revelaré no vaya a ser que ELLOS decidan silenciarme para siempre...
(En realidad, lo que estoy haciendo con esta críptica frase es justificarme por no haber tenido la decencia de pasarme por el blog a lo largo de las últimas semanas, aunque me comprometí con el dueño de este espacio mientras él se largaba a no sé dónde; pero ¡qué le vamos a hacer! No es fácil ser un gato con..., ah, espera que esto ya lo he dicho... Bueno, el caso es que he estado muy liado tomando el sol en la azotea y jugueteando con las gatas del barrio y..., ejem, a lo que íbamos. Me ha llamado esta tarde el aprendiz de dios para preguntarme qué tal llevaba lo del blog y si lo estaba alimentando bien para no defraudar al personal. Le dije: "sí, sí, tranquilo, que está haciendo una dieta estupenda". Claro, no le conté que la dieta era de pocas entradas... En fin, que mientras el tipo no regrese de sus viajes por el mundo me ha recordado mi compromiso, así que añadiré algunas cositas más en los próximos días y a ver si cuando vuelve y retoma la publicación habitual no se nota mucho. Miau.)
Un buen amigo del dueño de este espacio es Heráklito. Compartieron años de vida (no muchos, pero alguno cayó) durante el siglo V antes de Cristo y luego creo que se han cruzado alguna vez en reencarnaciones posteriores. El caso es que una de sus frases favoritas es del tal Heráklito, conocido entre otras cosas por ejercer de Pero Grullo o, lo que es lo mismo, revelarnos lo evidente, que de tan evidente nos pasa por lo general inadvertido. La frase susodicha es la siguiente:
¿Por qué extrañarse o molestarse con la conducta de tantos seres humanos? Los asnos siempre han preferido la paja al oro.
(En realidad, lo que estoy haciendo con esta críptica frase es justificarme por no haber tenido la decencia de pasarme por el blog a lo largo de las últimas semanas, aunque me comprometí con el dueño de este espacio mientras él se largaba a no sé dónde; pero ¡qué le vamos a hacer! No es fácil ser un gato con..., ah, espera que esto ya lo he dicho... Bueno, el caso es que he estado muy liado tomando el sol en la azotea y jugueteando con las gatas del barrio y..., ejem, a lo que íbamos. Me ha llamado esta tarde el aprendiz de dios para preguntarme qué tal llevaba lo del blog y si lo estaba alimentando bien para no defraudar al personal. Le dije: "sí, sí, tranquilo, que está haciendo una dieta estupenda". Claro, no le conté que la dieta era de pocas entradas... En fin, que mientras el tipo no regrese de sus viajes por el mundo me ha recordado mi compromiso, así que añadiré algunas cositas más en los próximos días y a ver si cuando vuelve y retoma la publicación habitual no se nota mucho. Miau.)
Un buen amigo del dueño de este espacio es Heráklito. Compartieron años de vida (no muchos, pero alguno cayó) durante el siglo V antes de Cristo y luego creo que se han cruzado alguna vez en reencarnaciones posteriores. El caso es que una de sus frases favoritas es del tal Heráklito, conocido entre otras cosas por ejercer de Pero Grullo o, lo que es lo mismo, revelarnos lo evidente, que de tan evidente nos pasa por lo general inadvertido. La frase susodicha es la siguiente:
¿Por qué extrañarse o molestarse con la conducta de tantos seres humanos? Los asnos siempre han preferido la paja al oro.