Estamos tan acostumbrados a oír hablar de tragedias y catástrofes ecológicas en nuestro sufrido planeta (importante contaminación y degradación del medio ambiente, deforestaciones masivas, animales en vías de extinción, flora natural "patentada" por grandes empresas farmacéuticas...) que resulta cuando menos chocante descubrir otro tipo de noticias muy distintas a las que no se les suele dar el mismo bombo y que, de alguna forma, compensan muchos de los miedos que surgen a partir de las informaciones anteriores. Por ejemplo, sólo en los últimos 10 años y sólo en el Amazonas, se han descubierto algo más de ¡1.200 especies nuevas! Es decir, más o menos una cada tres días. Para los amantes de la estadística, el dato exacto es: 637 plantas, 257 peces, 216 anfibios, 55 reptiles, 39 mamíferos y 16 aves. Además, algunas son especialmente llamativas, como la bautizada como Hormiga de Marte (Martialis Heureka) que vemos arriba a la izquierda: el primer género de insecto vivo de este tipo descubierto desde hace casi cien años y que posee diversas características que hacen sospechar a los científicos que se trata de un animal de origen prehistórico.
Es verdad que la Amazonia (ubicada entre Brasil, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guayana y Surinam, se extiende en un territorio que equivale a casi dos veces Europa y la mayor parte de él está inexplorado) es con diferencia la región emergida del mundo con mayor biodiversidad conocida..., pero semejante variedad biológica debería ayudarnos a meditar sobre lo que sabemos realmente acerca de los seres vivos con los que compartimos nuestro planetal, en lugar de seguir defendiendo esa estúpida tesis según la cual el homo sapiens es poco menos que la cúspide de la creación. De hecho, y a pesar de llevar más de dos siglos largos documentando especies de todo tipo, apenas tenemos una idea cierta de todos los seres que viven en la Tierra. Según los expertos, desde que el mundo ha sido habitable, han existido sobre su superficie en torno a ¡500 millones de especies diferentes! La mayoría de ellas sólo podemos imaginar cómo fueron...
(Entre paréntesis me pregunto: ¿alguna de esas especies hoy desaparecida llegó a tener inteligencia similar o superior a la nuestra, a desarrollar algún tipo de cultura hoy desaparecida o cuyos restos supervivientes no somos, en nuestra torpeza contemporánea, capaces de reconocer?)
En la actualidad, sólo encontramos vivas más o menos un 1 por ciento de todas esas especies: algo más de 5 millones. Un estudio reciente de biólogos brasileños cifraba en más de 260.000 millones de dólares (¿cómo lo hace el homo sapiens para reducir siempre todo a una simple cuestión económica?) el dinero necesario para intentar llegar a conocerlas a todas porque en este momento sólo han sido descritas en torno a un millón y medio, la mayoría animales marinos, insectos o microorganismos. Es interesante recordar una vez más que el planeta que llamamos Tierra está sumergido bajo las aguas en sus tres cuartas partes..., y resulta que en lo que a los animales marinos se refiere, apenas hemos sido capaces de clasificar el 1 por ciento de las especies que viven bajo el agua. Y ojo, que no son todas criaturas minúsculas. En los últimos años se han descubierto entre otras cosas varios tipos de calamares gigantes, un nuevo tiburón de 6 metros y una ballena de 12... ¿Cuántas más nos esperan debajo de la superficie? Y sobre todo ¿cómo son?
(Entre paréntesis me pregunto: ¿y si resulta que después de todo existiera en alguna parte de algún océano una civilización de sirenas y tritones respiradores de agua como los que aparecen en todos los mitos y el folklore de cuantas civilizaciones han vivido a la orilla del mar o incluso de los grandes ríos? Hay demasiadas zonas profundas e inexploradas en los lechos marinos como para desechar alegremente esta tesis invocando "los avances científicos")
Lo cierto es que según los cálculos de los que saben, el océano esconde hasta 750.000 especies hoy todavía desconocidas. Y eso a pesar del primer gran censo de vida marina que se presentó hace un par de años, tras un decenio de trabajo y más de medio millar de expediciones que permitieron catalogar 120.000 especies, de las cuales 6.000 nuevas. Para su sorpresa, los investigadores han descubierto que el fondo del mar, lejos de ser un desierto por culpa del frío, las altas presiones y la perenne oscuridad reinante, es un hervidero de formas de vida desconocidas. Desde arañas gigantes hasta gusanos con tentáculos o cangrejos tan raros como éste que vemos aquí, el denominado "Yeti de los cangrejos" por su color y aspecto. Aunque tampoco hay que irse hasta el fondo del mar, matarile, rile, rile... En el Gran Arrecife de Coral australiano se han encontrado 10 nuevos animales en una sola expedición: desde un crustáceo con el mismo aspecto de un fantasma, un pez hacha de aspecto explícito o una medusa que irradia su propia luz.
De entre todos los animales hallados recientemente, uno de los más bizaros es el Gusano del Diablo (Halicephalobus Mephisto) que posee un inmediato e inquietante parecido físico con el desconocido fenómeno recientemente descubierto en los polos de Saturno (compárense la foto del gusanito de marras, a la izquierda, con esta imagen del planeta, a la derecha). Este animal recibió
su nombre no tanto por su aspecto, de todas formas horrible, sino por las condiciones infernales en las que sobrevive, hasta a 3,5 kilómetros bajo la superficie terrestre, soportando altas presiones y temperaturas de 48 º centígrados. El Gusano del Diablo mide sólo medio milímetro y se alimenta de bacterias. Sus características especiales permiten a los investigadores especular con encontrar algún pariente suyo en otros planetas del Sistema Solar (¿Saturno, quizás?).
Tantas especies nuevas aparecen a diario que la revista National Geographic se ha permitido el lujo de escoger y publicar, sólo entre las aparecidas el año pasado, un auténtico top ten de las más asombrosas, bien por su extravagante aspecto, bien por sus habilidades particulares. Son las siguientes:
* Una sanguijuela llamada Tyrannobdella Rex (Reina Tirana) que se cree vivía ya con los dinosaurios hace 200 millones de años y que posee una única mandíbula con 8 dientes que parece un ojo. Fue descubierta ¡en la nariz de una niña peruana!
* Un murciélago de Papúa Nueva Guinea al que se ha bautizado popularmente como Yoda por su ligero parecido al legendario maestro de Star Wars y que tiene una nariz en forma de tubo que asemeja una trompeta.
* Un pez "comemadera" (o "leñador") de hasta 70 centímetros de largo que vive en la Amazonia y posee dientes en forma de cuchara con los que raspa los troncos de árboles que caen al agua y así se va alimentando.
* Un ser inclasificable denominado el calamar-gusano que vive en aguas del Mar de Célebes y posee tentáculos en su cabeza. Además, se desplaza con una especie de cerdas que emplea como si fueran remos. Si en lugar de medir 10 centímetros midiera 10 metros sería el monstruo perfecto para enfrentarlo contra Godzilla en cualquier película japonesa.
* Un lagarto que aparece curiosamente desde hace tiempo en el menú tradicional del sur de Vietnam pero hasta ahora no había sido catalogado. Lo más interesante de esta especie es que las hembras pueden clonarse y reproducirse a sí mismas sin necesidad de actividad sexual: ¡el sueño del feminismo militante!
* Un mono de hocico chato que no es especialmente discreto: en cuanto llueve se pone a estornudar por lo que su presencia, aunque nueva para la ciencia moderna, era ya conocida por los nativos de Birmania, igual que en el caso del lagarto. Ellos le llaman nwoah que significa "mono con la cara vuelta hacia arriba".
* Un sapo más pequeño que un dedo, que no pasa por la etapa de renacuajo sino que sale del huevo directamente ya como un animal joven. Como tiene una nariz larga y afinada y como el investigador que lo descubrió en Colombia posee muy poca imaginación, le bautizó con el nombre de "el sapo que se parece al señor Burns" (sí, se refiere al personaje de Los Simpsons).
* Un pulpo de Canadá, cuya mayor rareza es que es de color púrpura y que por su aspecto parece más bien un juguete para niños de Preescolar que un ser vivo.
* Un pez rosa con unas aletas que parecen manos y que de hecho utiliza como tales apoyándolas en el lecho marino para desplazarse por él como si caminara. Es natural de Tasmania, como el famoso monstruo de.
* Y una babosa de Borneo, con una cola tres veces más larga que su cabeza, que ha sido apodada Ninja (yo en realidad le habría llamado Cupido) porque cuando busca reproducirse arroja, literalmente, "dardos de amor" a su pareja: están compuestos por carbonato de calcio inyectados de hormonas y parece que funcionan muy bien. Al menos garantizan el apareamiento inmediato.
(Entre paréntesis me pregunto: ¿serán todos y cada uno de estos seres conscientes de la presencia humana en el mundo, siquiera aquéllos de entre sus respectivas especies que hayan tomado contacto con nosotros, los "amos" del planeta? ¿O acaso a su manera se sentirán ellos mismos los dueños de sus ecosistemas, la especie más perfecta en cada uno de sus territorios? Y en cuanto al homo sapiens, ¿habrá sido ya descubierto por alguna otra especie superior que se crea la más importante de la Tierra y a la que nosotros no podamos ver por ser demasiado grande e incognoscible para nuestros sentidos, como nosotros lo somos para una hormiga?)