Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

viernes, 25 de junio de 2010

Sonría a la cámara: ya es oficial que Echelon existe

Repaso la información internacional en la prensa de hoy intercambiando pareceres con mi gato conspiranoico:

- La guerra soterrada de Rusia y Bielorrusia por el abastecimiento de gas y petróleo a Europa, la tensión entre el Vaticano y Bélgica por lo de la pederastia, los líos de norteamericanos y británicos en el asuntillo de Afganistán, Obama I el Mesías presentando las Tablas de la Ley de su nueva reforma financiera en Estados Unidos que dicen es la más ambiciosa desde la Gran Depresión (eh, esto puede traer cola, tenemos que comentarlo otro día), el Mundial de Fútbol de Suráfrica por supuesto..., incluso la retirada de la estatua del Gran Asesino Stalin de Tiflis, la capital de su Georgia natal... Hummm..., va a ser cierto lo que decías, Mac Namara: que nadie cuenta lo de Echelon.

- Nadie ve nunca lo verdaderamente importante.

- Bueno -me paro un momento, sorprendido-, aquí hay algo que quizá... Mira: otro logro de la presidencia semestral española, que termina la semana que viene. Han conseguido poner de acuerdo a populares, socialistas y liberales del Europarlamento (533 de los 736 escaños) para dar el visto bueno al espionaje..., digo..., al control de Washington sobre los datos bancarios de los europeos.

- Sí, ése es otro gol que os cuelan los eurodiputados que se supone os representan (los gatos somos demasiado inteligentes para dejarnos engañar por gentes como ésas: a mí no me representa nadie salvo yo mismo), pero es más o menos legal porque se ha hecho con todo el descaro del mundo sin que nadie haya levantado la voz, otra vez con la vieja excusa de la lucha contra el terrorismo internacional. Es el nuevo pacto de Swift: el consorcio belga que gestiona las transferencias y ofrece garantías y límites en el uso de datos de los europeos en Estados Unidos. La semana que viene seguramente se aprobará el acuerdo, que entrará en vigor el 1 de agosto, y que permitirá a las autoridades estadounidenses (o mejor dicho a las autoridades que controlan EE.UU.) descubrir y manejar vuestros datos personales, bancarios incluidos, a placer. Pero no era a eso a lo que me refería antes. Sigue buscando.

Busco y rebusco la información de mi felino favorito, pero no parece que nadie haya dado mucha importancia al hecho que me ha contado Mac Namara hace un momento y que ha motivado el que ahora estemos revisando los periódicos digitales. La información la ha publicado el diario británico The Guardian y con ello me ha vuelto a poner los dientes largos una vez más, porque los anglosajones (sobre todo los norteamericanos pero también los británicos) serán todo lo que quieras, que lo son, pero en el ejercicio del Periodismo dan cien mil vueltas al resto del mundo. Son capaces de revelar las informaciones más trascendentales (otra cosa es el uso que se haga luego de ellas), mientras en España, por ejemplo, vamos poco más lejos de descubrir el color de la ropa interior de Belén Esteban o si a Jorge Javier Vázquez le ha salido otro grano en los glúteos. De hecho, aparte de una nota de la Agencia EFE, no he encontrado más acerca de lo de Echelon.

¿Y qué es lo de Echelon? Pues que The Guardian, un diario bastante serio, ha confirmado aprovechando la legislación actual sobre libertad de información la existencia del primer documento oficial que reconoce la realidad de esta tan temida como desconocida red de espionaje mundial fundada mano a mano por Estados Unidos y Gran Bretaña en 1946 y cuya puesta en marcha ha sido negada repetidamente por Washington y Londres (de acuerdo con la estrategia habitual: negarlo todo y acusar de "frikis" y "desquiciados partidarios de la teoría de la conspiración" a los que se atreven a preguntar por este tipo de cosas) desde que hace pocos años se empezó a filtrar la primera serie de informaciones al respecto.

Se trata de un documento de media docena de páginas conocido hasta ahora en la jerga de los investigadores como el UKUSA (United Kingdom-United States of America) pero en realidad archivado con el anodino nombre clave de BRUSA (BRitish-US communication Agreement o Acuerdo de comunicación britanonorteamericano) y en el que se especifica la vinculación entre los dos países mediante lo que en un primer momento fue una simple red global de puestos de escucha. En el caso del Reino Unido, el organismo encargado del despliegue fue el GCQH (Gobernment Communications Headquarters o Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno) y en el caso de Estados Unidos, la National Security Agency o Agencia Nacional de Seguridad. Este último dato demuestra de nuevo cómo los gobiernos ocultan información sistemáticamente puesto que en teoría la NSA (cuyas instalaciones actuales en Fort Meade, muy cerca de Washington, vemos aquí a la derecha) no se fundó hasta principios de noviembre de 1952: ¡seis años después de la redacción del documento ahora publicado!

Según la información facilitada por el diario británico, el informe advierte de que "no podrá revelarse la existencia" de Echelon a "terceras partes". Esto es, a nadie fuera de determinados niveles superiores en las jerarquías norteamericana y británica, ni aun a los aliados teóricamente más sólidos como Francia. Y además, ninguna persona que estuviera al tanto de su existencia y de su forma de trabajar recibiría misión alguna de carácter "arriesgado, que pudiera facilitar su captura por el enemigo o por una tercera parte". No obstante, el acuerdo original fue posteriormente ampliado a Canadá (en 1948) y a Australia y Nueva Zelanda (1956), países todos de la misma órbita anglosajona y de la Commonwealth, si bien con un nivel más limitado de información y análisis que el que seguían manteniendo los dos socios originales que durante mucho tiempo han exhibido sin pudor su denominada "relación especial" en detrimento de la en teoría más lógica aproximación de Londres al resto de las capitales europeas.

Los roces entre Londres y Washington po
r actuaciones concretas de uno u otro gobierno recortaron la confianza y, con ella, la fluidez de la información transmitida entre ambas orillas del Atlántico. Sucedió por ejemplo en 1973, ante la política pro-europea del primer ministro británico Edward Heath que tanto molestó al presidente estadounidense Richard Nixon y que le llevó a limitar los datos que se pasaban a los británicos. También durante la invasión de Kuwait en 1990 el entonces presidente norteamericano George Bush padre exigió a su colega de Canadá Brian Mulroney que enviara barcos de guerra para apoyar a la coalición internacional. El ejecutivo de Ottawa se negó y la Casa Blanca cortó de raíz la colaboración. Pocos días después, ésta y otras presiones hicieron reconsiderar su posición al gobierno canadiense, que cambió de idea, envió los barcos y, enseguida, volvió a contar con la información de Echelon.

En cualquier caso, Echelon no es un sistema cualquiera de espionaje, sino el sistema
de escucha y vigilancia más poderoso y sofisticado del mundo. En teoría se usa sólo para escuchar mensajes "peligrosos", relacionados con el terrorismo o la violencia, pero en la práctica (y de ahí que acabara siendo denunciado ante la Unión Europea, cuyo Europarlamento presentó en 1998 la investigación abierta a raíz de las informaciones facilitadas por el físico escocés Duncan Campbell en uno de sus libros, aunque sirvió de bien poco) se ha empleado para todo tipo de espionaje, incluido el industrial y el comercial, el de ONGs como Greenpeace o Amnistía Internacional, el de personajes mundialmente conocidos y capaces de arrastrar masas con sus opiniones como lady Di o Teresa de Calcuta y por supuesto el de los movimientos antiglobalización. Pero los países europeos que deberían haber arrinconado al Reino Unido por esta traición de uno de sus miembros en beneficio de la alianza con otro país fuera de la UE como es Estados Unidos nunca han protestado. ¿Por qué? Porque británicos y norteamericanos les dieron parte del "pastelito" para que se callaran: Noruega desde 1954, Alemania desde 1955 y otros como Italia e Irlanda poco después comenzaron a recibir algunas de las informaciones de la red. Y se callaron: ninguno de ellos reveló jamás la existencia del invento.

Echelon puede capturar, registrar y analizar cualquier tipo de mensaje enviado por teléfono fijo o móvil, radio, fax, télex o correo electrónico en cualquier parte del mundo, sea cual sea la tecnología que empleen para transmitirse: desde el cableado submarino hasta la emisión vía satélite. El único defecto del sistema es la colosal cantidad de información escrutada que pueden hacer morir de éxito todo el concepto. Sin embargo, el impresionante desarrollo tecnológico de los ordenadores actuales ha hecho posible manejar este inmenso caudal de datos seleccionando una serie de palabras o cifras de acuerdo con una especie de diccionarios que reflejan las principales preocupaciones del espionaje en un momento dado. Para hacernos una idea de los recursos a disposición de este Gran Hermano Orwelliano actualmente en funcionamiento, sólo en 1999 los servicios de información norteamericanos ya recibieron un presupuesto anual de cerca de 27.000 millones de dólares.

- Ahí viene la pregunta inevitable -me dirijo a Mac Namara-. Si este sistema es tan poderoso, ¿cómo es que no pudo prever los atentados del 11-S en EE.UU. o sus equivalentes del 7-J en Londres y el 11-M en Madrid? ¿o cómo es que no puede localizar a Osama Ben Laden?

- Y ahí viene la respuesta inevitable -contesta él, impertérrito-. ¿Quién te dice que no lo hizo? Ya sabes suficiente sobre todos esos acontecimientos, y más que sabremos en el futuro sobre sus verdaderos responsables, como para no creerte las explicaciones oficiales, ¿no? Mira: Echelon se ha usado para todo. Robin Robinson, un ex empleado del British Joint Intelligence Commitee (Comisión conjunta de Inteligencia británica) reveló no ha mucho que la primera ministra Margaret Thatcher ordenó en 1989 a título personal que se interceptaran todas las comunicación de Lonrho, la empresa propietaria del diario Observer porque publicó un artículo con datos sobre los sobornos que había recibido su hijo Mark en una multimillonaria venta de armas a Arabia Saudita. Pero, ¿sabes lo más grande de todo?

- Sorpréndeme.

- Que Echelon no es el sistema de espionaje mundial sino sólo uno de ellos. El más potente, sí, pero no el único. En 1995 la Unión Europea dio vía libre al establecimieno de su propio sistema equivalente, con el nombre de Enfopol, que en el Consejo Europeo de mayo de 1999 fue aprobado como tal, aunque no ha habido ningún debate público para informar a sus propios ciudadanos. Francia tiene su propia red, Frenchelon, y por supuesto también posee una Rusia, que se conoce como Sorm. Hasta Suiza posee un más modesto "echeloncito" bajo el nombre de Satos3.

- En resumidas cuentas: sonríe a la cámara, alguien en alguna parte te está observando con atención.

- Exactamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario