Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Las mil y una biblias

Ser más papista que el Papa es una vieja expresión española que se refiere al ansia excesiva de hacer méritos ante el jefe, el líder o el gurú (y también ante una mayoría social), en un afán por identificarse hasta el extremo con sus postulados que puede llevar a aplicarlos en exceso e incluso a interpretarlos erróneamente de tanto insistir en ellos. Suele relacionarse con la conocida como fe del converso: ese fanatismo que se apodera de las gentes que abrazan una creencia o un estandarte cualquiera y, aunque "acaban de llegar al club" como quien dice, se convierten precisamente por su carácter neófito (y en general necesitado de demostrar su fortaleza) en los más ardientes defensores del dogma, aunque éste carezca de lógica. 

Ejemplos de esta actitud dislocada hay muchos. Entre ellos me llamó siempre la atención la fiebre por la Biblia que padece una inmensa mayoría de creyentes americanos y también europeos, siendo así que los propios israelíes son mucho menos crédulos y tienen bastante menos respeto al conjunto de historietas y leyendas que componen el contenido del conocido como “libro más vendido del mundo” y que, en realidad, no es otra cosa que una colección de textos de muy diversa procedencia. Por cierto que muchos de ellos son simples copias (sonrojantes copias, en más de una ocasión) de volúmenes escritos por pueblos ajenos a Israel: principalmente por los que desarrollaron las civilizaciones del Antiguo Egipto y Mesopotamia. Los cuentos relacionados con el Edén, el Diluvio Universal, el Dios Único, la Serpiente de conocimiento, el hombre nacido del barro, los ángeles celestiales y tantos otros ya eran viejos mucho antes de que naciera el primer copista que se dedicó a compilar eso que pomposamente se ha dado en llamar el Antiguo Testamento

Otros relatos, en teoría más realistas, que hablan de gloria y poder, de reyes, sacerdotes y ejércitos, de las batallas de Israel con otros pueblos, se han revelado igual de míticos y por tanto fuera de la existencia verdadera, por mucho que el cine de Hollywood se empeñe en defender su engañosa existencia presentándonos a sus protagonistas con el rostro de actores famosos cuando la inmensa mayoría de los personajes que desfilan por la Biblia son tan de cartón piedra como Maciste o Ursus. Lo más curioso, insisto, es que sean los occidentales que viven a miles de kilómetros de Oriente Medio y no las gentes que lo hacen in situ los que más y mejor se creen estos relatos infantiles y vibran emocionalmente con cada noticia acerca del presunto descubrimiento de algún resto arqueológico que pueda sugerir la certeza de la más mínima anécdota bíblica.

Uno de los libros más interesantes para terminar con la fábula y poner las cosas en su sitio es La Biblia desenterrada. Lo publicaron en 2003 (y pasó prácticamente inadvertido por estos pagos) el arqueólogo y académico israelí Israel Finkelstein, director del Instituto de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv y corresponsable de las excavaciones en Megido (que un sector de los apocalípticos insiste en señalar como futuro escenario del Armagedón, la popularmente morbosa batalla del fin del mundo) y Neil Asher Silbermann, director del centro histórico arqueológico Ename de Bruselas. Finkelstein lleva años trabajando como un verdadero científico: es decir, no se pasa la vida buscando pruebas de lo que dice la Biblia para intentar demostrar la realidad de sus afirmaciones, como tantos diletantes, sino que se limita a desenterrar los restos arqueológicos que encuentra y luego los compara a ver si coinciden o no con el texto sagrado, con independencia de que lo hagan realmente. Su tesis es que la Biblia como tal se puede y se debe considerar un texto importantísimo desde el punto de vista cultural pero en ningún caso una guía fiable desde el punto de vista científico. Parece muy lógico pero lo asombroso es que para millones de personas en todo el mundo, incluso para compañeros suyos de profesión, no lo sea y que por ello haya tenido que soportar diversas descalificaciones gratuitas. 

Entre las conclusiones más interesantes de esta obra figura el hecho de que el Éxodo fue una completa invención y en realidad jamás existió (¿qué pensarían Cecil B. DeMille, Charlton Heston y Yul Brynner, por acordarme de alguien?). Según ha detallado Finkelstein en algunas entrevista, se supone que tras permanecer 430 años en Egipto los descendientes de Jacob el patriarca iniciaron en el siglo XV antes de Cristo un viaje masivo de regreso a su tierra y se dice que "más de medio millón de judíos cruzaron el Mar Rojo y erraron durante 40 años por el desierto antes de llegar al monte Sinaí, donde Moisés sellaría la alianza de su pueblo..., pero los archivos egipcios, que consignaban todos los acontecimientos administrativos del reino faraónico, no conservaron ningún rastro de una presencia judía durante más de cuatro siglos en su territorio. ¡Tampoco existían en aquella época muchos de los lugares señalados en el relato, como las ciudades de Pitom y Ramsés! (...) Egipto había construido en toda la región una serie de fuertes militares perfectamente administrados y equipados. Desde el litoral oriental del Nilo hasta el más alejado de los pueblos de Canaán, nada escapaba a su control. Casi dos millones de israelitas huyendo por el desierto durante 40 años tendrían que haber llamado su atención, pero no hay ni una sola referencia, ni una pequeña estela de la época, hablando de esa gente (...) la orgullosa ciudad de Jericó cuyos muros se supone se desplomaron con el sonido de las trompetas era en realidad en aquella época un pobre caserío. No existían Bersheba, Edom ni otros sitios célebres. Esos lugares estuvieron allí..., pero mucho tiempo más tarde, mucho después del reino de Judá..."

Es decir, que los hebreos jamás conquistaron Palestina huyendo desde Egipto... "porque ya estaban allí, eran pastores nómadas de Canaán que se instalaron en las regiones montañosas hacia el siglo XII antes de Cristo (...) comunidades muy reducidas que vivían de la agricultura, aisladas unas de otras, sin administración ni organización política". Es decir, israelitas y cananitas, y sus descendientes hoy judíos y palestinos tan sangrientamente enfrentados entre sí, no son sino dos tribus hermanas que empezaron a evolucionar de manera distinta desde el punto de vista religioso/cultural en un momento dado. Fue esa evolución (o casi mejor podríamos llamarla involución, vistos los resultados) la que los separó y enfrentó para degenerar en el irracional y sangriento conflicto que se mantiene hoy día. ¿O no es acaso una gran tragedia simbólica que la palabra paz se diga shalOm en hebreo y shalAm en árabe? 

Sólo más tarde, hacia el siglo X antes de Cristo las tribus judías crecieron y se fusionaron hasta convertirse en una primitiva monarquía fundada por Saúl. Pero su sucesor, David, tampoco fue el gran héroe de los relatos bíblicos. No existen referencias a él en concreto, sino a su Casa pero "es improbable que fuera capaz de conquistas militares a más de un día de marcha de Judá porque la Jerusalén de entonces, tomada como capital por el rey, era un pequeño poblado rodeado de aldeas poco habitadas" sin posibilidades de surtir los soldados y producir el armamento necesario para conquistar un gran imperio. Sobre Salomón existen las mismas dudas y "probablemente tampoco ha sido el personaje glorioso que nos quiere legar la Biblia".

Las investigaciones contenidas en La Biblia desenterrada destacan otros múltiples anacronismos que conducen a la falsedad de diversos episodios que a día de hoy tantos conversos siguen creyendo a pies juntillas como si hubieran sucedido de verdad. Por ejemplo, toda la historia de José, vendido como esclavo por sus hermanos  comerciantes que se dedicaban a vender goma arábiga, bálsamo y mirra en caravanas de camellos... Pues resulta que este tipo de actividad comercial que se describe no era nada común en la época en la que se le quiere encuadrar, pero sí mucho más tarde a partir del siglo VIII antes de Cristo y gracias a la hegemonía asiria y no egipcia (recordemos que José acaba en la corte del Faraón). Por cierto que el nombre de Tierra de Gosén que se utiliza para la zona del delta del Nilo proviene de un grupo de origen ¡árabe! que no aparece en la zona hasta el siglo VI... Y en cuanto a los arameos, otra tribu que tiene gran protagonismo, resulta que sólo empieza a controlar las fronteras septentrionales de Israel después del siglo IX.

El fenomenal trabajo de Finkelstein y Silbermann conduce a una conclusión tremebunda para los fanáticos religiosos, tanto para los judíos como para los cristianos, según los cuales el Pentateuco (el conjunto de los cinco primeros libros del Antiguo Testamento; esto es Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) supone un conjunto de textos "revelados" por la divinidad. Y esa conclusión es que esta colección de textos no es ni más ni menos que "una genial reconstrucción literaria y política de la génesis del pueblo judío, realizada 1.500 años después (¡1.500 años después!) de lo que creímos", una reconstrucción iniciada durante la monarquía de Josías, rey de Judá, en el siglo VII antes de Cristo en un momento de "fermento espiritual sin precedente y una intensa agitación política". Es entonces cuando "una coalición heteróclita de funcionarios de la corte se responsabilizó de la confección de una saga épica compuesta por una colección de relatos históricos, recuerdos, leyendas, cuentos populares, anécdotas, predicciones y poemas antiguos".

Es decir, más o menos como si la Academia de la Historia dictara que la colección de novelas de Juego de Tronos de George R.R.Martin es un fiel relato de la Edad Media en Europa. O como si consideráramos a Las mil y una noches como un tratado etnográfico/cartográfico/geográfico del mundo real.
  


1 comentario:

  1. Y dentro, válgame, de todo esta historia, dónde queda el último libro de Zecharias Sitchin, que regalé, no he podido psar de la 45, a pesar del tema, interesante... supongo que sabes de cual hablo.. Me interesa tu opinión sobre el particular. ¿Cómo empieza Mcnamara el 2012? Gracias!!!

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