Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

viernes, 22 de enero de 2016

Espías y petróleo

El Reino Unido ha lanzado una seria andanada diplomática contra Rusia esta semana al hacer público el resultado de su investigación judicial sobre el asesinato del que fuera espía de la KGB Alexander Litvinenko, envenenado con polonio 210 en Londres hace ahora diez años. Según el informe oficial británico, Litvinenko fue contaminado por agentes especializados del FSB (sucesor de la KGB) y "probablemente" con la aprobación del propio presidente ruso Vladimir Putin. La primera reacción de Moscú a esta acusación fue muy adecuada, ya que un portavoz del Kremlin la calificó de "fino humor británico". Lo explicaba muy bien este portavoz: "una investigación pública y abierta que se basa en datos secretos de unos servicios de inteligencia que no se nombran y un veredicto que se sostiene sobre estas etéreas informaciones empleando repetidas veces palabras como 'posiblemente' y 'probablemente' sólo puede ser calificado como una broma".

 Teniendo en cuenta además de quién parte la acusación, yo aún diría más: sólo puede ser calificada como una broma cínica -apostilla Mac Namara cenándose unas sardinas al limón, uno de sus platos preferidos-. Con el caso Litvinenko, mucha gente parece haberse olvidado de que los servicios secretos británicos son los que más y mejor han utilizado a sus espías en todo el planeta para "eliminar" todo tipo de objetivos o intervenir en todo tipo de conflictos internacionales. ¡Pero si incluso han glorificado la imagen de estos asesinos del Estado creando al personaje de James Bond gracias al periodista, escritor y..., espía Ian Fleming!

- ¿Crees que los rusos se cargaron a Litvinenko realmente? -le pregunto a mi gato conspiranoico.

- Creo que los británicos han vuelto a hacer gala de su tradicional hipocresía, muy parecida a la de esos niños especialmente repugnantes que se pasan el día pegando a otros, a espaldas de los padres, y que cuando alguna de sus víctimas les devuelve el puñetazo o la patada se van corriendo a lloriquear y quejarse a esos mismos padres como si ellos no hubieran hecho nada previamente... Es, sí, más que probable que los rusos decidieran quitar de en medio a Litvinenko por razones que aquí serían largas de explicar, así que lo que podríamos reprochar a los del FSB es su modo chapucero de envenenamiento. Hay fórmulas mucho más discretas, como las que están acostumbrados a utilizar los británicos...

- Pero ¿por qué? ¿Para qué tensar más la cuerda con Rusia? ¿No está todo ya bastante liado con lo de Siria, lo de Ucrania, lo de...

- Veo que sigues sin enterarte de qué va el juego -me reprocha Mac Namara-, porque todo forma parte de lo mismo... Hay una guerra en marcha, una guerra que se está desarrollando desde hace ya tiempo entre distintas superpotencias, en las mismas narices de sus propios ciudadanos pero sin decirles lo que está ocurriendo. La experiencia de las así llamadas dos guerras mundiales del siglo XX fue tan dramática y está tan próxima en el tiempo que ningún gobierno de un país desarrollado, por más que quiera, se ha atrevido a recuperar todavía en público la posibilidad de volver a poner en marcha algo parecido, no vaya a ser que sus votantes despierten del letargo. Por ello han buscado otras fórmulas para continuar sus luchas de enanos mentales y gigantes letales, como los ataques informáticos, las ofensivas financieras o, según los más conspiranoicos, las armas "silenciosas" que provocan terremotos o fenómenos meteorológicos adversos y que pueden fácilmente ser disimuladas como algo "natural". En esta guerra participan distintas naciones y Rusia es una de ellas, enemiga, como siempre, de los anglosajones. En especial, del Reino Unido.

- Creo que el limón te ha sentado un poco mal... -protesto.

- Te lo explicaré hablando de otro país, para que lo entiendas mejor, aunque en realidad todo son piezas del mismo rompecabezas. Echa un vistazo a las noticias. Mira lo que ha pasado con Irán, esa "demoníaca" pieza del "eje del mal" con el que hasta ayer mismo parecía que iba a desatarse una guerra nuclear y que hoy comparte un amable acuerdo con EE.UU. y los países más importantes de Europa. Y lo que ha ocurrido con el petróleo: desde los años 70' del siglo XX nos han bombardeado con la idea de que las reservas se estaban agotando, que estábamos a punto de llegar al borde de la crisis definitiva con el Pico del Petróleo, que ello encarecería cada vez más el precio del crudo hasta que su extracción perdiera toda rentabilidad..., y resulta que ahora se está vendiendo muy barato y sin restricciones. Las noticias se cuentan en los grandes medios de comunicación pero ¿quién las explica? ¿Quién las hila unas con otras?

Me encojo de hombros. Es evidente que existe una hiperinflación informativa pero de hechos que, tomados tal cual se relatan, no parecen encajar ni tener sentido alguno. Mac Namara me recuerda entonces cómo Israel encabezó la gran campaña internacional contra Irán (por cierto, su gran enemigo histórico y también su principal rival contemporáneo) tras el fracaso de su última invasión al sur del Líbano a mediados del 2006. Los militares israelíes esperaban una victoria no excesivamente complicada en un plazo razonable, pero la resistencia planteada por los milicianos de Hezbolá desbarató sus planes y les llenó de incertidumbre sobre el futuro. 

- Al no poder derrotar a la guerrilla islámica entrenada por los iraníes, puso en marcha otras estrategias entre las cuales no fue la menos importante el lanzamiento de una campaña internacional masiva para desacreditar públicamente al régimen de los ayatolás. En esa campaña se incluía por ejemplo la denuncia del hoy más que cuestionado, y ya difunto, presidente argentino Néstor Kirchner implicando a Irán en el atentado de 1994 contra la mutua judía AMIA en Buenos Aires, precisamente pocos meses después de lo del Líbano. O los dramáticos llamamientos del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y varios de sus colaboradores respecto a las bombas atómicas que aseguraba lanzarían los iraníes sobre Israel en cuanto hubieran desarrollado su programa nuclear... La orden era colocar el cartel de "Estado terrorista" a Irán para machacarle desde todos los ángulos posibles. Este sambenito, sea cierto o no, es una táctica muy manida por ciertos dirigentes y está destinado sobre todo al consumo interno de sus propios países... Naturalmente nadie recordó que Israel podría responder a la primera bomba de Irán con cientos de sus propias bombas atómicas, que es el motivo principal por el que Teherán nunca lanzaría un artefacto de este tipo, vista la represalia que podría sufrir. El concepto de "guerra fría" ya deberíamos conocerlo... Pues bien, entre las represalias y sanciones impulsadas por EE.UU. a instancias de Israel contra Irán figuraba el recorte de sus exportaciones de petróleo, que tenía dos objetivos básicos. El primero, hacer un daño importante a la economía iraní. El segundo, aún más importante pero desconocido por el vulgo, mantener la ficción del dólar.

- ¿A qué te refieres exactamente con la ficción del dólar?

- Tú conoces la historia de los bancos, quiénes están realmente detrás y por qué son un arma tan formidable para la dominación mundial. Conoces la historia de la Reserva Federal, ese engaño monumental del sistema financiero en el que aún cree tanta gente según el cual se supone que es un banco central al servicio de EE.UU. cuando en realidad se trata de una institución privada al servicio de ciertos personajes. Y conoces la historia del dólar, una moneda que en sus orígenes estaba bien respaldada pero que la aparición de la Reserva Federal convirtió en un simple papel mojado, aunque las películas de Hollywood se empeñen en contarnos lo "deseable" y "maravilloso" que es tener millones de esos papelitos porque se supone que equivalen a riqueza...

Sí, conozco todas esas historias. Forman parte de una de las asignaturas en nuestra Universidad de Dios, Control y poder del mundo material, y las he comentado más de una vez en esta bitácora.

- La ficción del dólar, es decir, la idea de que el dólar vale realmente lo que se supone que vale, no se basa en la verdadera producción económica de los EE.UU. sino en la constante circulación de una divisa que todo el mundo acepta por obligación en mercados de bonos, en tesoros de países asiáticos y, especialmente, en el pago de petróleo. En este último caso, los tres mercados básicos son los de Londres (el crudo de referencia aquí es el Brent, para Europa, África y Oriente Medio), Nueva York (el Texas, para América) y Dubai (para Asia y zona del Pacífico). En esos mercados sólo se puede pagar en dólares o petrodólares, según la expresión que se puso de moda hace unos años. Ahora bien, imagina que un grupo de grandes productores y consumidores se pusiera de acuerdo para abrir otro mercado en el que no se pagara con dólares sino con euros o con rublos o con yuanes... Un grupo de países en el que estuvieran por ejemplo China, Rusia, India e Irán, entre otros. El efecto sobre la economía estadounidense sería absolutamente devastador. Comparado con eso, la conocida como Gran Depresión de 1929 sería un jueguecito de niños, porque el dólar podría acabar siendo como el marco alemán de la república de Weimar, cuando una barra de pan llegó a costar 3.000 millones de marcos, no porque fuera muy cara sino por la gigantesca devaluación de la moneda. Todo esto tiene mucho que ver con los recientes hundimientos de las Bolsas: esos "activos tóxicos" que circulan por ahí no tienen tanto que ver con los bonos basura impagables sino con el monstruoso exceso de dólares que ha distorsionado la finanza en todo el planeta Tierra.

- Ésa es la verdadera razón de las guerras por el petróleo.


- Exacto, no se trata tanto de controlar a los productores del petróleo, que también, sino al mercado donde esos productores lo colocan, para que siga eternamente utilizando el dólar como moneda única de intercambio. La segunda guerra contra Iraq, basada en la ya famosa advertencia de que disponía de "armas de destrucción masiva", se puso en marcha cuando a Saddam Hussein se le ocurrió tratar de liberarse de la presa anglosajona, vendiendo en euros. Y la guerra contra Libia también tenía que ver con esto, porque la intención de Gadafi era crear una nueva divisa que incluso ya tenía nombre, el Denario de Oro, para reemplazar al dólar en el comercio de todo el crudo extraído del norte de África. En ambos casos, los líderes de estos países fueron ejecutados:
 privadamente en el primer caso, públicamente en el segundo. En ambos casos, sus países fueron destruidos y llevados a un elevado grado de violencia y anarquía donde aún permanece la mayor parte de su territorio e infraestructuras, excepto la industria petrolera. En ambos casos, el petróleo sigue siendo extraído y comercializado en dólares y nadie ha vuelto a sacar el tema del pago en euros o en nuevos denarios.

- Entonces, el petróleo iraní...

- Irán estará a salvo de guerras, de momento, mientras se limite al dólar. En 2012 vendía 2,5 millones de barriles diarios, cifra que el embargo internacional redujo a 1 millón. Ahora ha anunciado que incorporará medio millón de barriles más a su oferta, que espera incrementar hasta los 4 millones en un plazo no excesivamente largo. Hay que tener en cuenta que este país dispone de las cuartas reservas de crudo del mundo y las segundas de gas natural.

- Pero al aportar tantos barriles más, ha ayudado a derrumbar el precio del crudo...

- Y ahí tenemos un nuevo ejemplo de cómo algo puede ser bueno y malo al mismo tiempo, cómo todas las circunstancias se pueden interpretar de una manera buena o mala según se mire. Irán se libra de la soga de las sanciones pero quizá saque el mismo o incluso menos dinero que antes, cuando el barril estaba más alto de precio. Fastidia a Israel y, en cierto modo a EE.UU., pero también a Rusia, que es otro de los productores implicados en el juego.

- Y China, ¿a verlas venir?

- Ni mucho menos. China es el Imperio del Medio, como se llamó a sí misma desde antiguo. Los chinos se han considerado siempre el centro del mundo..., bueno, en realidad, como casi todas las civilizaciones del planeta, pero en su caso con más razón ya que aproximadamente 1 de cada 5 homo sapiens es chino. Piensan a largo plazo y sus dirigentes creen tan inevitable su predominio que no tienen ninguna prisa en acelerarlo, simplemente está, esperando con paciencia su momento. En todo caso, es la gran incógnita. A EE.UU., no le hace gracia su lenta pero implacable constitución como superpotencia del futuro y trata de manejarla como puede pero es como si un gorila tratase de abarcar y reconducir a un elefante.
La inclusión del yuan chino como la tercera divisa en importancia de la cesta de cambio del Fondo Monetario Internacional, en una decisión que será efectiva formalmente a partir de octubre de este año, es un intento por evitar que el elefante tome el rumbo que le da la gana en lugar del que quiera imponerle el gorila. De momento el elefante se deja conducir pero ¿por cuánto tiempo? Sólo con que el gobierno de Pekín decidiera vender de un día para otro la enorme cantidad de dólares, bonos del Tesoro y otros instrumentos financieros norteamericanizados en su poder, el desastre inflacionario para EE.UU. sería similar a la apertura de un cuarto mercado petrolero que antes te comenté.  No es probable que ocurra a corto plazo, por la complejidad de los mercados financieros globales y porque ello equivaldría a desatar la guerra física. Pero, tarde o temprano, alguien en Pekín tomará una decisión que será como el soplido que desbarata un castillo naipes. Y ello traerá múltiples consecuencias de un alcance que la mayoría de la gente no imagina.

Es lo malo que tiene hablar con Mac Namara: le preguntas por una cosa en concreto y empieza a tirar del hilo y acaba contando dieciocho más, con lo cual me colapsa porque yo estoy todavía pensando en la primera cuando él va por la dieciocho. Antes de que siga abrumándome, se me ocurre decirle:

- Bueno, todo esto tiene algo bueno. Por lo menos la gasolina es más barata.

- ¿Más barata? Menuda estafa. Apenas unos céntimos de euro... Cuando sube el barril de petróleo, las gasolinas y gasóleos, así como la inmensa mayoría de productos se disparan de precio, pues vivimos en la civilización del crudo, con plásticos por todas partes: en los electrodomésticos, en las herramientas, en los vehículos de transporte, en los objetos de oficina, en los ordenadores, en la ropa... La subidas es doble: por el aumento del coste de producción de esos artículos y por el aumento del coste en el transporte de esos artículos desde su lugar de fabricación al de venta. Sin embargo, cuando baja el barril de petróleo de forma continuada, las gasolinas bajan mucho menos de precio y mucho más tarde, mientras que la inmensa mayoría de los productos que suben en caso contrario no descienden de precio. Consecuencia: el margen es mucho mayor para productores y transportistas que, por supuesto, no piden un reajuste a la baja de lo que ganan, como lo exigen al alza cuando la situación es la contraria. Además, un precio bajo del petróleo desincentiva la inversión en energías renovables, limpias, las que deberiais desarrollar en lugar de seguir llenando de porquería el planeta.

Y vuelve a hacer lo que hace en estos casos. De pronto, se incorpora, se estira y se marcha pasillo adelante sin decir nada, muy digno. Un gato es un gato, por conspiranoico que sea. y por tanto siempre es él quien decide terminar una conversación, no tú.





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