Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

viernes, 22 de enero de 2010

La "desafección" y su porqué

Un artículo publicado en el diario El País por Albert Solé y titulado La (des)afección eterna recuerda a su padre Jordi Solé Tura, fallecido ha no mucho y al que como es lógico y con amor filial encumbra calificándole de "intelectual, maestro, político y uno de los padres de la Constitución Española". Nada que objetar a la parte emotiva del texto, con sus recuerdos familiares y demás (ambos, en la foto de al lado), pero sí a la ingenua defensa de los que, hablando en general y como fue el caso de su padre, pertenecen a una clase aparte en España: la política. Solé escribe que “hablo a menudo con amigos (…) y vuelvo a oír la eterna queja (…); a saber: políticos corruptos, chaqueteros, interesados, incapaces, etc.”, aunque asegura que sus contertulios apuntan a que su padre “era distinto, ya no quedan políticos como los de la transición”.

Solé añade que “mitificamos el pasado y despreciamos el presente” y que está invadido por una “sensación de deja vu, porque llevo oyendo eso (las críticas hacia la clase política española) desde tiempos inmemoriales” cuando resulta que “el buen político de antes tuvo que soportar durante su vida activa el mismo clima de sospecha permanente y prácticamente las mismas acusaciones que los de ahora (…) las mismas encuestas sobre el incremento de la desafección hacia los políticos (…) se cae en la descalificación global (…) y los que más suelen vociferar contra los políticos suelen ser el empresario de caja B, el abogado trapichero, el médico y el fontanero que cobran sin factura o el funcionario indolente”. Concluye asegurando que el votante “tiene que estar informado, conocer la letra pequeña del pacto social, saber quiénes mueven los hilos de los grupos de presión" porque en su opinión "el sistema se sustenta sobre una base de gente (de políticos) comprometida y entregada que antepone el interés común al particular, que trabaja mucho y que cree en la cosa pública”.

Todo el texto del que he entresacado las frases precedentes resulta de una inocencia tal (prefiero pensar que es inocencia y no cara dura) que le voy a recomendar a Albert Solé que se lea el libro que acaba de publicar Daniel Montero y que no tiene desperdicio: La Casta. El increíble chollo de ser político en España. Y luego hablamos. Por cierto, no soy empresario de caja B, ni abogado, ni médico, ni fontanero, ni funcionario indolente. Mis cuentas son públicas para Hacienda y estoy controladísimo por el Estado (excepto en mi ser más íntimo y espiritual, por supuesto, ya que las autoridades de este mundo no tienen acceso al campus de la Universidad de Dios). Y, sí, probablemente, su padre fuera una persona noble y leal, aparte de político. Pero insisto en que se lea este libro antes de sorprenderse tanto por la "desafección" que los españoles en general sienten hacia sus políticos.

Resumiendo algunas informaciones de Montero:

* En España existen, contamos sólo los altos cargos, algo más de 77.000 miembros de "la casta" entre alcaldes, diputados, senadores, parlamentarios autonómicos, etc., pero no existe ni un solo dato oficial sobre su actividad particular. Esto es: su productividad (ya que usan tanto este término) como políticos más allá de la foto de turno y qué es lo que aportan en concreto a la comunidad día a día. O sobre su absentismo laboral (aunque cualquier cronista parlamentario puede dar testimonio de las telarañas que crían los escaños tan a menudo). El descontrol es tal que no existe una sola institución que conozca exactamente cuánta gente, aparte de los altos cargos antes citados, cobran del Estado. Por cierto, que diputados y senadores tienen una retención en su nómina del 4,5 %, no como la de cualquier español a secas.

* Entre las prebendas a disposición de los políticos, los señores diputados por ejemplo pueden emplear a su antojo con cargo a las arcas del Estado (o sea, al bolsillo de todos nosotros) cuantos viajes en avión, tren o barco "necesiten" por valor de 5 millones de euros al año. Si les gustan los coches, es especialmente interesante el puesto de presidente autonómico: de los 17 presidentes autonómicos, 14 utilizan un Audi , una marca “un poco mejor” que Dacia. Un ejemplo del empleo de estos autos: en 2008, el gobierno autonómico de La Rioja pagó 200.000 euros extra a sus chóferes por realizar más de 870.000 kilómetros, unos 2.300 al día, durante el año... ¡Y eso que La Rioja es la comunidad autónoma más pequeña de España, con una población total inferior a la de cualquier ciudad dormitorio de Madrid! ¡No quiero ni pensar en los gastos del gobierno autonómico andaluz!

* Con todo esto no es de extrañar que la deuda media de un ciudadano español, por culpa de sus Ayuntamientos, sea de 566 euros. La deuda es de los ciudadanos, no de "la casta" que invirtió 66,6 (¡el Número de la Bestia, con coma incluida) de euros en las últimas elecciones generales; de esa cantidad, los bancos españoles prestaron 44 millones de euros para financiar sus campañas publicitarias (Hoy también el diario El Mundo hablaba de la deuda impagada de 30 millones de euros del PSOE). ¿Serán devueltos alguna vez? En total, los partidos políticos deben en este momento unos 145 millones de euros a los bancos y no parece que éstos vayan a embargarles su casa o su negocio, como a tantos otros ciudadanos. Claro que los dirigentes financieros son muy comprensivos con los partidos, sobre todo si están en el gobierno y luego pueden "echarles una mano" cuando surge una crisis financiera...

* Hablemos de pensiones, ahora que los políticos sugieren la reforma del Pacto de Toledo, o sea el recorte de derechos en ese sentido para el ciudadano: ¿cómo es posible que un español común que ha trabajado toda su vida, haya ganado lo que haya ganado (y hecho ganar al Estado), no pueda cobrar más allá de una cantidad limitada, si es que llega a ella, mientras que los exministros mantienen durante dos años una pensión por cese de 58.000 euros anuales? Eso son ¡seis veces más que la pensión media española! Y además pueden compatibilizar ese sueldo con el suyo como diputado, como hacen José Antonio Alonso, Mariano Fernández Bermejo, María Antonia Trujillo o Jesús Caldera... A lo mejor, no es necesario tocar el sistema de pensiones sino las pensiones del Sistema.

* Esas pensiones son poca cosa, en realidad, si tenemos en cuenta lo que ganan durante su vida activa los políticos. Si nos ponemos a sumar sueldos resulta, según Montero, que las nóminas de "la casta" nos cuestan unos 720 millones de euros al año: tres veces más dinero del que se dedica a cuidar el precioso e invalorable patrimonio nacional. Ahí podemos incluir las dietas de los parlamentarios que no viven en Madrid y que, además de su "sueldecito" se embolsan más de 1.800 euros extra por sus presuntos gastos de manutención y alojamiento (cuando ocupan sus escaños). Claro que cada institución de la Administración (parlamentos autonómicos, diputaciones, cabildos, ayuntamientos...) fija los sueldos de sus cargos electos sin límite alguno. Montero pone como ejemplo el sueldo del alcalde de Ricote, en Murcia, que cobra 40.000 euros al año en una población que no llega a los 1.300 vecinos. O el caso de Marisol Yagüe, tan conocida en los programas de telebasura, que cobraba en el arruinado Ayuntamiento de Marbella más de 84.000 euros como alcaldesa: más incluso que el sueldo oficial del presidente del gobierno.

* Algunos datos concretos de personajes concretos, que se citan en este libro:

a) José Luis Rodríguez Zapatero, flamante presidente rotatorio semestral de la UE, es el único de los mandatarios europeos que no sólo no se costea sus vacaciones como hace cualquier ciudadano corriente, sino que además las carga al erario público. Y con él, más de un centenar de personas entre escoltas, asesores y demás. Las tres semanas de vacaciones de verano en Lanzarote nos salieron según sus cálculos por unos 200.000 euros.

b) Manuel Chaves, vicepresidente tercero del actual ejecutivo y muy criticado por los partidos de oposición, que consideran superfluo su puesto, cobra más de 81.000 euros al año por este cargo además de una indemnización de otros 46.000 anuales por haber tenido que abandonar la presidencia autonómica de Andalucía. Cerca de 130.000 euros en dos sueldos del Estado que son sólo compatibles para altos cargos porque para el resto de españoles cobrar ambos a la vez está prohibido por ley.

c) Rodrigo Rato se embolsa una pensión vitalicia de 80.000 dólares anuales tras su paso por el FMI, al que llegó catapultado por sus responsabilidades en el anterior gobierno del PP. Esa cantidad, sumada a su sueldo de exministro, le llevaba a percibir, ya en 2006, 37.000 euros al mes; por comparar, 32.000 euros al año es, en este momento, lo máximo que puede cobrar un español no político como jubilación. Y no precisamente gratis: para conseguir eso ha debido cotizar al menos 35 años, 15 de ellos con la base más alta.

d) Los líderes periféricos que tanto se meten con la nación española defendiendo las inexistentes "naciones" catalana y vasca no hacen ascos a las pensiones "españolas". Jordi Pujol cobra casi 77.000 euros como expresidente catalán y lo hará hasta 2014. Después, el pobre, "sólo" se embolsará 57.600 hasta el final de sus días. Y Juan José Ibarreche cobra como exlehendakari 45.000 euros al año (es la mitad de lo que ingresaba cuando era presidente autonómico vasco). Y lo cobrará durante toda su vida. En cuanto a los políticos en activo, otro ejemplo de la alegría con la que se "reparte" el dinero de todos es el de Carmen Capdevila, consejera de Acción Social de la independentista Esquerra Republicana de Cataluña, que abonó 30.000 euros públicos por un informe que le aconsejaba "Cómo dirigirse a los ciudadanos en tiempos de crisis". Trabaja en la misma Generalitat de Cataluña que encargó casi 1.600 informes por los que pagó entre 12.000 y 30.000 euros con títulos tan apasionantes como "Diseño del parchís y puzzle de la casita de cartón recortable", "Estudio y propuesta de desarrollo de un chat de la línea 900" o "Estudio socioeconómico de explotación de avellanas" (¡sin comentarios!)

e) Incluso para los recién llegados, la política es lucrativa. Leire Pajín, la diputada más joven de España en 2000, ya en 2008 tenía derecho, a sus 33 años de edad, a una indemnización de 85.000 euros anuales del Estado por su apasionante labor política.

En fin, éstos son sólo algunos ejemplos de los muchos que se pueden encontrar en el libro de Daniel Montero. A lo mejor ahora Albert Solé empieza a entender el porqué de la "eterna desafección", como él dice, hacia la clase política española aunque le recomiendo que se lo lea entero...

1 comentario:

  1. La Política es un gran negocio en la falsa democracia. ¿Qué es la democracia? Un grupo de empresas de trucos para convencer a los trabajadores de que es la mejor forma de gobernar y dirigir un país. Viven de ellos: de los impuestos (la palabra lo dice: impuestos)y los trabajadores les pagan a la fuerza. ¿Son elegidos los gobernantes? Sí, son elegidos por los trabajadores que han sido "convencidos" por los políticos con sus "discursos" de que son los mejores.

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