Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

martes, 8 de febrero de 2011

La gaita

Ian MacDonague admiró el soberbio ejemplar de gaita expuesto en la vitrina del Museo de Aberdeen, sus manos revoloteando al lado del cristal como queriendo aferrar la caña doble, acariciar su odre aterciopelado con los colores del clan escocés y soplar, soplar para liberar el místico gemido que albergaba en su interior.

- El universo debe de tener forma de gaita -susurró, ensimismado- y Dios es el gaitero mayor. Su creación es armónica y maravillosa porque es una canción, es una versión de Amazing Grace fluyendo constantemente de Su divino instrumento...

- A ver, papá, deja de decir chorradas -le interrumpió su adolescente y por tanto irreverente hijo Sean- porque...

- ¡Maldita sea! ¿Es que siempre tienes que llevarme la contraria? ¿Acaso existe un instrumento más hermoso y dulce, a la vez que poderoso y guerrero? Haz caso de mi opinión como músico. ¡El mismísimo Robert Bruce derrotó a los orgullosos ingleses en Bannockburn amparado por los berridos salvajes de sus gaiteros!

- Que sí, que lo que tú quieras pero es que...

- Léete el estudio de Joseph MacDonald, el Complet Theory, muchacho: ¡1760, nada menos, y ya entonces la gente tenía muy claro lo serio que puede llegar a ser el manejo de maravillas como ésta! Ojalá pudiera yo tener una tan hermosa para tocarla a pleno pulmón.

- Eso no te lo crees ni tú porque...

- ¡Por el kilt del solista de la Banda de Tambores y Gaitas de la Policía de Caledonia! ¡No te atrevas a decirme lo que puedo o no puedo hacer, Sean! Ya sé que a ti sólo te interesa la guitarra eléctrica y todas esas músicas modernas que...

- ¡Pero si a eso iba desde el principio! ¡Si tú no eres gaitero sino acordeonista!




No hay comentarios:

Publicar un comentario