Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

miércoles, 26 de octubre de 2011

El problema de andar dormido

Un estudio de Attitudes publicado esta semana certifica que al menos uno de cada cuatro conductores españoles dirige su vehículo en estado "de piloto automático”. Es decir, que, en cuanto se sienta al volante, cae en un estado de sopor vigílico en el que su mirada “se dispersa” y su atención “se minimiza”… Es la llamada “conducción subconsciente” que según este estudio afecta sobre todo a los conductores experimentados y que “tampoco supone un peligro inminente ni multiplica el riesgo de accidente grave, pero sí está relacionado con ‘pequeños incidentes’ durante el viaje” como saltarse semáforos en rojo o stops, exceder la velocidad, frenar bruscamente o no ceder el paso a los peatones. Resulta sarcástico que el documento califique estas conductas de alto riesgo de siniestralidad como “pequeños incidentes”, aunque lo más interesante de esto es la constatación del estado de sueño hacia el que se desliza el homo sapiens en cuanto realiza una actividad rutinaria, por más que en ello se juegue la vida. Y si esto acontece conduciendo, que es una actividad siempre de riesgo, imaginémonos en el resto de situaciones de la vida: sentados frente a la pantalla, caminando, hablando… ¿Cuál es el nivel de conciencia real en cada uno de esos momentos? Muy bajo.

Es más, estoy ya plenamente convencido (la verdad es que la idea no es mía sino de nuestro tutor en la Universidad de Dios, que nos lo viene repitiendo desde el primer día que llegamos a clase) de que el gran y principal problema de la actual humanidad es básicamente ése: la inmensa facilidad para quedarse dormida incluso aunque ese desplome de conciencia signifique el final de su existencia. Sólo si se acepta el hecho de que el hombre corriente está profundamente dormido a pesar de mantener los ojos abiertos y moverse en apariencia de manera normal es posible entender que pasen las cosas que pasan en el mundo. Sabemos que los sonámbulos y los hipnotizados viven sus respectivas experiencias oníricas como si fueran reales. De hecho, son reales para ellos en el mismo instante en el que las perciben o creen percibir…, aunque se esfuman en su memoria y en su existencia misma cuando pasan al estado “normal”. Por tanto no debería ser tan complicado para nosotros plantearnos en serio la posibilidad de que, como tantas veces nos dijeran sabios y místicos de todas las épocas y todos los lugares del mundo, el homo sapiens no tiene capacidad de contemplar y entender la Realidad real, con mayúsculas y redundancia, sino una versión adaptada a las condiciones y los deseos de cada cual.

Una de las muchas pruebas de este sueño catatónico general es lo que está ocurriendo en los últimos años con la crisis financiera, que no económica como falsamente suele llamársele, que se ha presentado como si fuera mero fruto de la codicia de unos cuantos banqueros imprudentes cuando, como bien me recuerda Mac Namara, un examen detenido de todo lo que ha pasado en los últimos años nos sugiere que no se ha dejado nada al azar. Si se recurre a la lógica, uno puede percatarse de las incongruencias de la explicación oficial. Quien más, quien menos, ha tenido que pedir un préstamo en algún momento de su vida y en consecuencia ha experimentado esa sensación de haber sido escaneado con rayos X, de haber sido examinado hasta lo más íntimo por los responsables de la oficina bancaria antes de que tuvieran a bien considerarle solvente y colocar la firma correspondiente para la concesión del crédito. Hablamos de dinero, el arma del poderoso dios Mammón que domina el mundo a través del interés y la usura más o menos encubierta, y sus sacerdotes no lo regalan ni lo dejan a bajo precio a no ser que tengan un interés particular en un proyecto concreto. Es cierto que algún banquero se puede equivocar en algún momento dado con un negocio o un préstamo, o que puede estar dispuesto a arriesgar más de lo habitual víctima de la codicia en el manejo de unas cantidades dinerarias que en realidad no posee físicamente ya que no son más que meros apuntes en sus ordenadores pero… ¿Los más importantes banqueros del mundo se van a equivocar o van a ser víctimas de la codicia todos al mismo tiempo? Nadie lo bastante despierto puede creerse semejante memez.

- Es todo tan increíble –apunta Mac Namara, que se apunta con rapidez a cualquier crítica contra los banqueros- como el hecho de que las agencias de rating como Moody’s, Standard and Poors (¡Poors significa "pobres" en inglés!) o Fitch sigan machacando sistemáticamente y siempre en el momento más inoportuno a los países que hacen lo posible para salir de la crisis financiera, a fin de hundirles todavía más en el pozo y agravar la situación general en lugar de contener sus datos y ayudarles a salir adelante…

- A no ser que de lo que se trate sea de no resolver esta crisis sino que dure lo más posible -argumento.

- Es exactamente eso –dice él-. Hay muchos datos al alcance de cualquiera que nadie parece ver. Por ejemplo, el hecho de que los europeos sigan haciendo caso a este tipo de organismos en lugar de descalificarlos por completo recordando que ninguno de ellos previó públicamente la quiebra de las grandes instituciones financieras norteamericanas que originó la crisis. O que no hayan creado ya sus propias agencias de “rating” para defenderse de las americanas. ¿Por qué no lo han hecho? A la vista del bombardeo mediático contra Grecia, Portugal, Irlanda, España y ahora Italia, con desestabilización de todo el Viejo Continente a la vez, creo que no se insistirá lo bastante en tirar de hemeroteca para dejar claro que la crisis no se desató en Europa sino en Estados Unidos.
Y que las finanzas de este país están hoy por hoy más quebradas que las griegas. Pero nadie dice nada porque el dólar aún sigue siendo la moneda mundial de referencia y porque posee el ejército más poderoso del mundo… Y porque ciertos titiriteros tienen allí instalada su base oficial todavía. Resulta sangrante que Barack Obama exija a los países europeos que “pongan orden en su casa” y aclaren sus cuentas cuando las de Washington apestan, pero es que la administración de este tipo es de tebeo y aquéllos que le votaron siguen dormidos. Fíjate: Obama no ha hecho prácticamente nada de lo que prometió para llegar al poder, empezando por arreglar el estado financiero de su país.

- Hombre, al menos le han dado el premio Nobel de la Paz –adelanto, irónico.

- Sí, por mantener las mismas o más guerras que su predecesor y primo George W. Bush…

- ¿Primo? ¿A qué te refieres?

- Obama es un bluff completo, pero hay que despertar y despejarse un poco el cerebro para comprenderlo. Para empezar, no es "el primer presidente negro" ni "afroamericano" (la forma políticamente correcta de decir negro en EE.UU.) de su país como se insiste una y otra vez engañando a todo aquél que quiera ser engañado, sino el primer presidente mulato. Este pequeño matiz es más importante de lo que parece, porque se nos vende la imagen de un tipo anónimo pero muy válido que ha llegado a la Casa Blanca por su propio esfuerzo, partiendo del pueblo llano y encima de una minoría que hasta los años 60’ careció de los mismos derechos oficiales que los blancos en esa “democracia” llamada EE.UU., cuando la realidad es muy diferente… Obama pertenece al mismo "stablishment" que sus primos lejanos George W. Bush, Richard Cheney y Sarah Palin, además de varios exvicepresidentes como Lyndon Jonson, Harry Truman o Gerald Ford.

- ¿Tiene conexiones físicas con ellos? –pregunto asombrado.

- ¡Y químicas y genéticas! Sí, el padre de Obama era negro y, según varias investigaciones periodísticas independientes, agente de la CIA en África igual que su madre lo fue en Indonesia, pero su progenitora era una señora blanca blanquísima llamada Ann Dunham, a través de la cual el actual presidente estadounidense está emparentado con algunas de las familias que han regido su país desde su independencia a finales del siglo XVIII (no hay más que echar un vistazo a los apellidos empleados por los altos cargos de sucesivos gobiernos a lo largo del tiempo) . Fue esta rama de su familia la que le introdujo en la política y le entrenó desde hace muchos años en foros como la universidad de Columbia o la prestigiosa y muy selecta escuela de Derecho Harvard Law School para el puesto que hoy ocupa como por “casualidad”. Hace falta estar muy dormido para llegar a creer de verdad que esas poderosas familias iban a dejar el control de la superpotencia en manos de un hombre del pueblo llano…, y mulato.
 
- Nos hemos desviado del tema…

- No mucho. Piensa que lo que ocurre en EE.UU. es una copia de lo que sucede en Europa, donde también un grupo de familias mantiene el control. Sin salir de España, te llevarás una divertida sorpresa cuando revises los apellidos de los miembros más decisivos de los gobiernos sucesivos de “derechas” y de “izquierdas” que se han sucedido en el tiempo desde el franquismo hasta el día de hoy. Y tanto en el caso de los "yankees" como en el de los europeos, estas familias se comportan de la misma forma en algunos asuntos. Por ejemplo, en su servidumbre a la banca, a la que están dispuestos a dejar manos libres a pesar de que es la responsable principal de la actual situación ¿Y por qué? Porque todos los partidos políticos, todos en todo el mundo, han necesitado financiación para salir adelante. Y la mayor parte del dinero preciso se lo han facilitado las entidades financieras con las que mantienen deudas colosales que esos mismos bancos que luego desahucian alegremente a parados sin ingresos no tienen prisa en cobrar, puesto que les permite tener embridados a los partidos y, con ellos, a los gobiernos.

- Todo esto me inspira un poco de temor –confesé, sintiendo cierto cosquilleo en mi columna vertebral.

- Eso es buena señal –dijo Mac Namara-: significa que estás despierto.
  

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